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Como ustedes me lo mencionaron varias veces...

Antes de iniciar quiero decirles que tal vez en este capitulo sea mas obvia la similitud entre esta historia y otra que anteriormente había publicado (Toxic Lovers) así que quiero aclarar algo, este fic es como él toxic lovers 2.0 🤣 solo que en esta versión Abel si se queda vivo, Julian es un amor,no habrá trastornos, habrá  cuarteto amoroso y sera menos tóxico. Creo. En fin aclarado esto empecemos con él capitulo....

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Se encontraba en una encrucijada. No podía pensar con suficiente claridad en el estado en el que estaba; era como un callejón sin salida. Sus ojos permanecían llorosos desde hacía ya rato y no terminaba de atreverse a hacer un solo movimiento.

Entre tantas preguntas que atacaban la cabeza, la que más se repetía incesantemente era una sencilla: ¿por qué? ¿Por qué había sucedido todo aquello? A él le interesaba Kanon, no era necesario forzarle de esa manera porque tarde o temprano iba a terminar sucumbiendo a sus encantos. Y tampoco tenía sentido que no fuese una persona paciente, ya que esperó largos dos meses para decidirse a conocerle cara a cara, ¿por qué no esperar unas pocas semanas más? Por último, tampoco veía factible que hubiese sido un improvisto y burdo ataque de ira; una persona así hubiese salido huyendo en haberse percatado de qué había hecho, pero Kanon le había fotografiado, quizá con la mera intención de humillarle más.

Ese hombre era un sádico, una bestia acechante buscando arrancarle las entrañas en el momento menos esperado; como una hiena, que engulle la carne de su presa antes de haberla matado. No se le ocurría otra opción y, si estaba en lo cierto, tendría suerte si conseguía que Kanon le dejase en paz.

Ya, en frío, se decidió a levantarse del suelo e irse a la ducha, no sin antes coger de su armario alguna que otra toalla y ropa para cambiarse. Se sentía sucio, todavía notaba esos dedos recorrer su cuerpo y ese miembro taladrando incesantemente sus entrañas; era una total tortura.

 Sorpresa la suya cuando, en abrir las puertas del ropero, se percató que todo aquello que Kanon había comprado para él; se encontraba perfectamente ordenado entre su ropa. Había tenido la paciencia de doblar, retirar las etiquetas y organizar todo ello para colocarlo entre sus cosas. Incluso había dejado las bolsas bien dobladas en el último compartimento, donde guardaba sus zapatos; por si acaso prefería conservarlas. No terminaba de entender de ninguna de las maneras quién era Kanon, ¿qué tipo de persona sería realmente? Por lo que sabía, debía ser alguien peligroso.

Cogió lo necesario para el baño y se adentró en el lavabo. No esperó siquiera que la bañera se llenase, encendió en grifo justo antes de sentarse y dejar que esa agua tan fría recorriese todo su cuerpo sin detenerse; el calentador seguía estropeado. No buscaba relajarse, solo necesitaba liberarse de toda esa suciedad que le manchaba; del tacto de esos perversos dedos, de los posibles restos de semen que pudiesen bañar su mancillado cuerpo.

Paseó la esponja con violencia por todos los rincones de su piel, casi parecía querer arrancársela con el ímpetu que estaba poniendo. Estaba manchado, estaba sucio; lo notaba, pero era un tipo de suciedad que no iba a irse ni con quilos y quilos de jabón, seguiría sintiéndose sucio por muchas veces que se lavase, por muchas veces que se sumergiese en agua. Aquellos recuerdos no desaparecerían.

El traqueteo del agua en el suelo de la bañera evitaba que sus sollozos; sus sonoros y desgarradores sollozos se quedasen entre esas cuatro finas paredes. Las nauseas, el desazón y la culpa no se iban, se habían instalado en lo más hondo de su cerebro y pensaban quedarse allí mucho tiempo, quizá para siempre; y no podía hacer nada. Siquiera podía acudir a nadie.

Killing You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora