SCAR. Capítulo XXV

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Iban abrazados y se besaban en cada esquina, las manos de JungKook iban a parar a las caderas y el trasero del chico mientras que Vante le abrazaba y le besaba.

- Creo que no voy a ser capaz de dar un paso más- le dijo.

- Mmm... ¿por qué?- preguntó Vante, con aire juguetón.

Por toda respuesta, JungKook pegó su entrepierna a las nalgas del chico.

- ¡Caray, señor Jeon!- dijo Vante y rio.

- Ahora no me digas que no estás encantado de verme así por tu culpa.

- Bueno... me gusta cuando te veo así por mi- reconoció- ¡llama al taxi! ¡Quiero hacerme cargo de eso!

JungKook cogió su teléfono y llamó al taxi, mientras venía, seguía sin apartarse del chico. Ambos miraron en derredor, no había nadie por allí, salvo un mendigo a unos metros que dormía profundamente.

Las manos de JungKook fueron hasta la cinturilla del pantalón del chico y metió su mano por dentro.

- ¡Estás loco!- dijo, con una sonrisa y empezó a mirar a todos lados- ¡JungKook! ¡Ah!

- Sólo quería asegurarme de que tú estuvieras igual- le dijo y mordió su cuello.

Volvió a llevar las manos a sus caderas y Vante se moría de anticipación, aquella noche volvería a hacer el amor con JungKook. No podía estar más feliz. Ya no sólo por el acto en sí, había tenido una pequeña crisis de salud y JungKook no había salido huyendo, se había quedado a su lado, habían podido continuar con su vida y ahora cerrarían esa horrible etapa de un par de días con sexo. Lo habían superado. Lo habían superado y se sentía feliz, eufórico. Demasiado, de hecho, pero no le daba importancia.

El taxi puso las luces largas cuando llegó y los chicos, tratando de tapar sus erecciones subieron al taxi. Una vez dentro, se comportaron, solo se abrazaron y se cogieron la mano.

- Muchas gracias, buenas noches- dijo Vante y le dio el dinero del viaje y una buena propina.

- Me están dejando demasiada propina.

- La confianza es algo que no se encuentra así como así todos los días- dijo JungKook.

- ¡Con esto puedo ir hoy antes a casa! ¡Gracias!

Tanto JungKook como Vante se bajaron del taxi, justo en el aparcamiento donde los dejaba siempre el taxi y subieron en ascensor directamente a su planta.

- Shhh...- dijo JungKook, cuando sus manos se perdieron entre las ingles de Vante y el chico gimió.

- No creo que esté permitido hacer esto en el ascensor...

JungKook rio y le besó. Se sentía tan relajado. Por primera vez desde que llegó a Londres sentía que tenía la relación que siempre había tenido con el chico.

Cuando entraron por la puerta de la habitación, JungKook puso el cartel de "no molestar" y cerró bien la puerta, una vez cerrada, sintió las manos de Vante quitándole el abrigo. Dejó que se lo quitara y, sujetándole de la cintura, le subió a sus propias caderas y le llevó a la cama. Le hubiera encantado tumbarle, desnudarle y besar todo su cuerpo, pero sabía que con Vante las cosas no funcionaban así, si quería continuar con él, tendría que anular su lado dominante y, a decir verdad, no le preocupaba en absoluto hacerlo porque el chico era delicado y tierno en el día a día y que llevara el control sexual le descontrolaba y le gustaba.

Así pues, se sentó en la cama y se tumbó, con Vante encima, le quitó el abrigo y el chico se quitó la camisa que llevaba, desabrochándose botón por botón de forma muy lenta y tortuosa para gusto de JungKook.

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