Ese día Amara se había levantado más temprano de lo normal y había ido a comisaría, al laboratorio, quería averiguar todo lo posible sobre esta mafia, quería saber quiénes eran, que querían y porque hacían todo lo que hacían.
Llevaba ya 10 horas trabajando sin parar, intentando buscar la más mínima pista sobre ellos. A esto entró Jack Conway, el superintendente, en el laboratorio, se quedó mirando a Amara, que se encontraba con la cabeza encima de la mesa frustrada y cansada.
- Amara, tienes que descansar - dijo el superintendente
Amara se levantó lo más rápido posible al escuchar su voz.
- Si, 10-4, lo siento señor- dijo Amara nerviosa colocando los papeles desordenados que había en la mesa
- Todavía no tenemos suficiente, mis agentes están haciendo lo posible. Amara váyase a casa tiene que descansar.
- 10-4, iré a cambiarme de ropa
Amara salió del laboratorio, mirando al suelo todavía pensando en el caso y dándolo vueltas, de repente apareció Volkov que se acercó a ella y le puso su mano en el hombro.
- Amara, ¿se encuentra bien? - preguntó Volkov extrañado al ver las ojeras de la chica
- Si si, no se preocupe, estoy cansada nada más
- ¿Quiere que le acerque a casa?
- No, gracias Volkov, iré andando, no se preocupe - dijo Amara sonriendo
- Bien, si necesita algo llámeme - dijo Volkov
- Claro, lo prometo - dijo Amara comenzando a caminar de nuevo
Tras cambiarse de ropa salió de comisaria, encontrándose con un montón de gente en el hall, pidiendo a un policía que les atendiese. Amara salió y fue en dirección a su casa pasando por garaje central, pero de repente apareció una furgoneta negra, con los cristales tintados, Amara se extrañó por un momento pero era garaje central, ¿Que se podía esperar de ese sitio?
Entonces salieron dos personas, vestidas de negro, agarraron a Amara de los brazos y la metieron en la furgoneta tras forcejear un rato. Le pusieron unas bridas en las muñecas y cerraron las puertas. Amara no podía creer lo que estaba pasando.
- ¡Dejadme salir! ¿Quiénes sois? ¿Que queréis? ¿Porque me hacéis esto a mí? - preguntaba Amara sin parar gritando todo lo que sus pulmones le permitían
- Cállese señorita - dijo una voz con un acento asiático desde el asiento del conductor
- ¿A donde me lleváis?
Esta vez no respondieron y se limitaron a conducir, tras un rato, llegamos a un descampado, cerca había un bosque lleno de árboles y sin nadie alrededor.
Sacaron a Amara de la furgoneta y la pusieron en el suelo de rodillas.
- Quédate ahí, y no te muevas - dijo de nuevo la voz asiática, parecía un poco nervioso
Amara intentó moverse lo menos posible intentando reincorporarse todavía de rodillas en el suelo.
- ¿Que queréis de mi? - preguntó Amara de nuevo chillando a los dos que se encontraban allí
Entonces comenzaron a llegar dos personas más vestidas de negro, desde el fondo de ese descampado. Amara se quedó observándolos con miedo, estaba en frente de la mafia que más agentes había matado de la ciudad.
- Sabemos quién eres, que haces y a qué te dedicas, lo sabemos todo sobre ti - dijo uno de los dos hombres que acababan de llegar - queremos que des un mensaje al superintendente - continuó
- ¿Que mensaje? - dijo Amara intentando ser fuerte y fría ante la situación
- El tema es... , creéis que lo sabéis todo sobre nosotros, pero no es asi, no sabéis nada, queremos que dejéis de buscarnos o si no tendrán que morir más agentes
Se acercó el hombre a Amara con un cuchillo en la mano haciéndole un corte en el brazo, mientras Amara gritaba de dolor, el hombre le cerró la boca y le dió un golpe en la cabeza dejándola inconsciente en el suelo. Volvieron a coger a Amara y la metieron en la furgoneta pero esta vez la soltaron cerca de comisaria en un campo que había sin edificar, todavía inconsciente.
Después de un rato, alguien la encontró en el suelo, desangrándose e inconsciente, rápidamente la llevaron al hospital, tan pronto como llegó la identificaron y llamaron al superintendente, que llegó en cinco minutos junto a Volkov.
Amara se encontraba en una camilla boca arriba, con el brazo izquierdo vendado y con una vía en el otro. Todavía estaba un poco adormilada pero consciente.
Entraron los dos hombres y se acercaron a ella.
- Amara, despierte, ¿Que le ha ocurrido? - dijo el Comisario Volkov nervioso
Amara abrió los ojos lo máximo que pudo mirando hacia la voz. En cuanto reconoció al hombre le salió una pequeña sonrisa que temblaba debido a la poca fuerza que le quedaba en el cuerpo.
- Amara, ¿Como se encuentra? - preguntó de nuevo esperando una respuesta
- Bien..., Volkov- dijo Amara con una voz entrecortada
- Bien no Amara, le han secuestrado
- La mafia, ha sido la mafia Volkov - dijo Amara de nuevo con dificultad
- ¿Cómo?
- Querían dar un mensaje - dijo Amara
- ¿Que mensaje? - preguntó Jack
- Lo saben todo sobre nosotros, quieren que dejemos de investigar o mataran a más agentes
- Saben que no podemos hacer eso, Amara, me los cargaré a todos, por todo lo que hicieron, no quedará uno vivo - dijo el superintendente con rabia al saber lo sucedido
Al terminar de decir eso Jack Conway salió de la sala, dirigiéndose a comisaría, mientras intentaba llamar a alguien por teléfono.
- Amara ahora descanse, la llevaré a casa - dijo Volkov poniendo su mano sobre mi brazo
- Gracias
Volkov estuvo hablando con varios médicos y después de un rato aceptaron en dejar que se llevase a la chica a casa.
- Amara, te dejan salir ya, vamos - dice Volkov mientras ayuda a Amara a ponerse de pies y llevándola hacia su patrulla
Lleva a Amara a su casa y la recuesta sobre su cama.
- Volkov, espera - dice Amara un poco débil todavía
- ¿Sí?
- Gracias por todo, eres muy bueno conmigo, y yo no he hecho nada a cambio
- No se preocupe - dijo Volkov con una sonrisa mientras salía por la puerta
En cuanto Volkov salió de la casa, Amara se quedó dormida, sin pensar en todo lo que había ocurrido ese día, algo que le podía dar bastantes pistas para la investigación pero que también le decía que tenía que tener mucho cuidado a partir de ahora.
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La Chica De Los Santos
FanfictionUna chica nueva llega a Los Santos, lo único que se sabe de ella es que no tiene familia, tendrá que forjarse un nombre en esta ciudad. Entonces conoce a dos hombres que le cambiarán la vida para siempre. *** Contextualización: nos encontramos ante...