Ese día Amara se levantó más alegre de lo normal, sabía que iba a ser un buen día, salió a dar un paseo por la ciudad y se acercó a garaje central para ver como era la gente de allí.
Cuando llegó, la gente estaba dando vueltas sin parar sacando sus coches del garaje como podían, gritándose entre ellos como si nadie les escuchase.
—¿Que estoy haciendo aquí?—se preguntó la chica después de ver todo aquel gallinero.
Entonces apareció un coche de policía que paró en medio de la carretera y el hombre que iba dentro empezó a gritarles que quitasen los coches de allí y que se fuesen todos lo antes posible.
Esa voz me sonaba familiar, quizá fuese aquel comisario que me atendió ayer. En cuanto terminé de pensar eso el coche de policía desapareció a toda velocidad.
Supongo que estaban ocupados, así que no le di importancia, ya me llamarían en cualquier otro momento. Al momento me empezó a sonar el teléfono, contesté lo más rápido que pude.
—¿Si? —contesté
—Buenas, ¿señora Amara? — dijo una voz masculina desde el otro lado
— Si soy yo
—Bien, le llamo desde la comisaría tiene que pasar y preguntar por el superintendente, le está esperando— dijo el hombre seguro
—De acuerdo, enseguida voy — dijo Amara ya empezando a caminar a la comisaría.
Estaba nerviosa iba a conocer al superintendente, ese hombre del que tanto se hablaba en esta ciudad, y además para hablar sobre su trabajo, quizás al final hoy si era un buen día después de todo.
Siguió caminando, la comisaría le quedaba cerca de garaje central, así que enseguida llegó. Se paró en frente de la puerta, mirando el interior, nerviosa por lo que iba a pasar, podía ser un gran día pero también podía ser el peor. Cerró los ojos un segundo, respiró hondo y entró a comisaria.
—Buenas, me han llamado para venir a hablar con el superintendente — preguntó a un policia que se encontraba en la recepción.
—Si claro ahora mismo la llevo a su despacho — dijo el hombre
—Gracias
Tan pronto como dijo esa última palabra el hombre ya iba en dirección a una puerta que había justo en frente, la puerta daba a unas escaleras, atravesamos otra puerta, comenzamos a subir unas escaleras y después de un pasillo allí estaba, al fondo, el despacho del superintendente, cada paso que daba se ponía más nerviosa, el estómago se le estaba haciendo un nudo, no sabía si le iban a salir las palabras, pero siguió caminando hacia ese lugar.
—Toc toc — llamó a la puerta
— Pase — dijo una voz bastante gruesa desde dentro, de esas voces que te cautivan al hablar
Abre la puerta y pasa Amara con las manos agarradas fuertemente por los nervios.
— Buenas señor superintendente, soy Amara, me llamaron hace un rato para que viniera a verle
— Si, ehh.. , Greco retírese
— 10-4 — dijo el supuesto Greco y salió del despacho
—Bien, Amara, he estado revisando su petición, aquí actualmente no tenemos ningún área de antropología forense así que me gustaría que me informase sobre los planes que tiene pensado para este trabajo
— Si señor, cómo me imagino que ya sepa tengo el grado de biología y estoy especializada en antropología forense, además tengo un máster en balística. Mi trabajo esencialmente consiste en analizar muestras en el laboratorio sobre casos y después analizar la causa de dicho suceso
Después de unas horas el superintendente aceptó su petición, ahora ella había conseguido lo que más quería, su trabajo de antropóloga forense, trabajaría junto a la policía como policía científica.
El superintendente le hizo cargo de ese área y dejó que se encargara de momento del papeleo necesario para empezar a trabajar, le enseñó su uniforme de policía y además le dió uno especial de policía científica.
Ahora Amara podía tanto patrullar como trabajar en el laboratorio, debido a su grado entró directamente como inspectora de policía pero tendrían que enseñarla como era el oficio en esa ciudad, lo bueno es que era responsable del área y en ese momento la única inspectora del CNP.
Salió de comisaria, contenta porque había conseguido lo que queria, así que al día siguiente empezaría su trabajo tan deseado.
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La Chica De Los Santos
Fiksi PenggemarUna chica nueva llega a Los Santos, lo único que se sabe de ella es que no tiene familia, tendrá que forjarse un nombre en esta ciudad. Entonces conoce a dos hombres que le cambiarán la vida para siempre. *** Contextualización: nos encontramos ante...