𝕥𝕨𝕖𝕟𝕥𝕪-𝕠𝕟𝕖

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Al bajarnos del avión, sostuve con fuerza la mano de Sarah

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Al bajarnos del avión, sostuve con fuerza la mano de Sarah. Estábamos de vuelta en Los Ángeles, desde ese momento comenzaría nuestra vida juntos.

Cuando salimos, un grupo de personas con carteles coloridos nos esperaban, allí vimos a Josh, Anthony, Chase, Sebastián, Payton, las chicas, mi madre, mis suegros y Holly. Corrimos juntos a abrazarlos, sin soltarnos de las manos.

—¡Ya están aquí! —nos gritó Holly—. ¡Van amar la sorpresa!

—¡Holly! —gritaron todos al mismo tiempo.

Sarah y yo nos miramos y reímos, estábamos de vuelta en casa.

Tuvimos que irnos en dos autos separados porque eran demasiadas personas. Sin embargo, cuando entrábamos a los límites de Canterbury, Holly comenzó a desesperarse y a verse muy ansiosa. Anthony la regañaba y le decía que no servía para guardar secretos.

Estaban todos muy raros, ocultando algo. Y recordé que Josh había mencionado en la luna de miel que nos tenían algo preparado.
—Esperen, la casa queda por la otra calle —dijo Sarah de pronto. Miré por la ventana y le di la razón, habíamos tomado la otra calle en la intersección, que nos dirigía al centro de la ciudad.

Nos detuvimos frente a un edificio, al frente había un parque y los edificios vecinos eran una tienda y una pizzería. Aunque este parecía sin habitantes, pero con un jardín muy bien cuidado.

—¿Qué es esto? —les pregunté.

—¡Sorpresa! —exclamaron todos a coro. Sarah me apretó el brazo y me miró profundamente, estaba pensando lo mismo que yo.

—¿Nos… regalan una casa? —pregunté aturdido.

—Sólo para ustedes, para que hagan todas sus perversiones con intimidad…

—¡Josh, no quería saber eso! ¡Podía vivir sin esa imagen en mi gente! —le reprendió Holly.

Le dediqué una mirada amenazadora a Josh, para que se callara y no metiera la pata. Pero terminamos riéndonos.

MARRY ME, jaden hosslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora