Tomatoe (Robert smith) shortfic

Capítulo 1: dreams

NOTA2018: dedicado a mi época en la secundaria, realmente sufrí demasiado como para querer hacer este trabajo, ya sé que pocos leerán o les gustará y eso realmente no importa sino lo mucho que me hizo feliz escribir antes. De no ser por eso, ahora mismo estaría muerta.

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Los tragaluces están flotando en el cemento y la lluvia incesante, he descartado una remera de witching hour y de pronto prefiero las medias de rejilla y mis botas de combate y una camiseta robada de la vecina, aquí apesta a comida descompuesta y no reparo en las botellas vacías de licor, no reparo en nada más porque quiero verle de nuevo, a pesar de que me usó, de que fui insignificante para él y porque no soy capaz de negarme de ser usada, no puedo decirle que no a la infidelidad, al desprecio de una prostituta.

Camino bajo la lluvia antes de tomar mi escarabajo y manejar directo al próximo show, es en un auditorio pero he recibido la invitación después de comprar mis boletos con mis ahorros, ahora no tendré que comer por el resto del fin de semana hasta que regrese al trabajo, ahora no podré concretar nada con quién me pedía cuidar de mi bebé de 4 años; camino bajo la lluvia abrazando firmemente a mi bebe en brazos antes de llegar a la casa de Tami, mi vecina.

-Te lo encargo –digo con voz magullada, estoy demasiado cansada, no dormí nada por los nervios y estoy cruda, moral y físicamente. Manejo sin preocuparme en los altos como un zombie, lloro internamente por mi sumisión, por lo patética que soy, me atraganto con lo poco que me quedaba de una botella y estaciono después de llorar y una hora larga de manejar, todavía me asombro de no caer en un coma etílico con lo mal que voy por la vida.

Me maquillo antes de bajar y caminar con toda la bola de adolescentes dark, algunos me ven con curiosidad, lo sé, apesto a alcohol, otros simplemente me dan una sonrisa, tengo la facha de ellos, sólo que mas peinada y bueno, al menos tomé una ducha antes de venir.

Dejo mi boleto y dentro me las arreglo para llegar al frente del escenario, estoy agradecida de estar retrasada porque así no tengo que esperar y el show empieza, las luces son confusas: rosa, verde, amarillo, rojo y me siento en un viaje, lo veo al centro, su cabellera desordenada con mucho spray, su guitarra, ese bajista realmente bueno, su baterista y acepto una de las bebidas que rondan, desconozco si tienen algún psicodélico diluido, sólo se que puedo verlo de mas cerca, el verde predomina y quiero llorar, sus ojos no enfocan nada, veo su silueta con la guitarra en mano, se mueve incandescente, sé que tiene problemas con el pánico escénico así que probablemente para ahora se haya metido dos copas antes de subir, se ve tan relajado, como un demonio perverso asechando, se lo que busca por eso esto y aquí.

Bebo más y entonces me muevo tranquila, puedo oír su voz retumbando en mi cuerpo, lacera, agita, me vuelve irracional, tan animal.

Me siento una imbécil por ser una rogona, él no me ha llamado desde la ultima presentación así que debo suponer que si no lo busco él no lo hará en definitiva, es más, tiene esposa: Poole; ahora sé que yo sólo fui una aventura, una zorra insignificante, que tiene encuentros con él cada vuelve a la ciudad.

Y cuando siento como me rompo en mil pedazos, por la desgracia, él me ve, entre la grumosa de la noche de lubricidad, sus ojos obscenos me miran antes de seguir cantando y ahora sé que lo amo más que a nadie, porque no hace falta otra prueba mas grande de amor que tener un hijo suyo.