Sentía un vacío que no conseguía llenar.
Mi rutina se basaba en tener tantas cosas que hacer, pasa así no pensar en ello. Y, cuando llegara la noche, estar tan agotada que no tener ni fuerzas ni ganas de darle más vueltas.
Le sentía tan cerca, pero a la vez tan lejos al mismo tiempo.. Había veces que con tan solo cerrar los ojos podía volver a sentir el roce de sus labios besando cada centímetro de mi cuerpo, demostrándome con tan solo una caricia el deseo y amor que sentía por mí. Pero al abrir los ojos, la realidad me golpeaba. Incluso había veces que deseaba no despertar, por el miedo de que si no los recordaba, todos mis recuerdos junto a el se esfumarían cual ceniza al viento.
Yo lo estropeé todo.
Me ofreció el mundo enteró y más, y sin embargo yo no pude devolverle lo mismo.
Si tan solo no le hubiera arrastrado a esa estúpida fiesta a la que ni si quiera yo quería ir, quizás no hubiera ocurrido. Quizás no habríamos salido de casa, ni hubiéramos cogido el coche.
Quizás el no se habría ido, dejándome en el vacío, con ese dolor penetrante y constante en el pecho.
Si tan solo yo hubiera cambiado, quizás el no habría muerto.
