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Yoongi abrió la puerta del estudio para encontrarse a un Jimin sobresaltado que, al reconocerlo, salió corriendo a su encuentro

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Yoongi abrió la puerta del estudio para encontrarse a un Jimin sobresaltado que, al reconocerlo, salió corriendo a su encuentro.

—¡Hyung! ¡¿Por qué tardaste tanto?! —exclamó el Omega prendiéndose de su cuello.

—Jiminie... hay algo que necesito hacer... no te asustes, ¿sí?

Jimin se apartó un poco para observarlo con grandes ojos, pero no se amilanó ante la tonalidad rojiza en los orbes del Alfa.

El pelinegro cerró la puerta y le pasó llave, acto seguido tomó a Jimin de la mano y lo acercó al pequeño sofá de dos plazas que estaba junto a un gran ventanal en el fondo de la habitación. Se sentó llevando al Omega consigo y a su vez lo acomodó encima de él, como acunándolo.

»No cruzaré los límites, cachorro, lo prometo... solo.... déjame....

El aliento cálido del Alfa acarició con delicadeza la curvatura entre el cuello y el hombro de Jimin, haciéndolo estremecerse sobremanera. Al no estar sentados frente a frente, sino el rubito de lado, esta posición le daba más acceso a su cuello.

Con una mano rodeando su cintura y la otra en su nuca, el Alfa besó despacio el área más erógena del Omega, donde debía ir la marca de enlace, de allí se desprendía su aroma a suave canela, almendras y vainilla que el pelinegro tanto adoraba; y que ahora pretendía mezclar con su propio aroma.

Luego de algunos besos, la lengua de Yoongi se unió a sus finos labios para lamer un poco y dejarlo impregnado con su olor. Jimin jadeó levemente mientras se apoyaba en el firme brazo que rodeaba su cintura. Si hubiese querido escapar del agarre del mayor no hubiese podido, pero en realidad, no quería estar en ningún otro lugar que no fuese el abrazo de su Alfa.

Los afilados colmillos del pelinegro danzaron de manera superficial sobre la zona, sin llegar a tocarla en realidad, mientras que su lengua y sus labios continuaban la dulce tortura del Omega. Y tan rápido como había comenzado, Yoongi suspiró y se apartó del rubio, cuyos cabellos brillaban cenizos ante la luz de la luna que invadía la estancia.

—Hyung... —murmuró el menor al tiempo que giraba la cabeza para que sus miradas se encontraran—. ¿Qué fue eso? ¿Por qué...? 

Yoongi lo interrumpió con un suave beso en sus carnosos labios.

—Esto es lo más cercano que puedo llegar a marcarte…

—¿M-Marcarme? —inquirió Jimin atónito.

—Con mi olor —explicó—. Así cualquier Alfa que esté cerca podrá sentir mi aroma mezclado con el tuyo, y aunque no tengas una marca de enlace, al menos no se te acercarán.

—Dijiste que necesitabas hacerlo... ¿fue por tu... hermano...? —preguntó bajito, no quería que se enojara por sacar el tema.

—Sí, algo así... Me sentí un poco intimidado... igual que aquella vez que jugabas con Tae y Kookie y me puse celoso —confesó el Alfa y se sonrojó.

𑁍˖⋆Ꮇꭹ Ᏼꭼꮮꮻꮩꭼꭰ Ꮻꮇꭼꮐꭺ˖⋆𑁍  YOONMIN ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora