Hybrid!AU
Puppy
El camino a casa era bastante dificultoso para Raeyim, el trabajo la había dejado completamente cansada y solo quería recostarse en su cama para así poder descansar todo el fin de semana; estaba bastante feliz de poder tomar vacaciones para navidad pero la lástima era que pasaría aquella navidad sola como los últimos tres años. Caminó hasta la parada de autobús cuando un chico apareció junto a ella, mucho más alto de lo que ella era, parecía agitado y de simple vista podría pensar que estaba asustado.
Los pasos de gente corriendo la ponían más nerviosa y observó el bus llegar hasta su parada, los pasos se acercaban cada vez más y el miedo en la cara del chico era todo lo que podía notar, su cabello estaba tapado con un gorro y traía un enorme abrigo café. Aguantó un poco su respiración para tomar la mano del chico y correr hasta la puerta del bus, sentándose en los últimos asientos soltando un enorme suspiro al sentir el bus marcharse observando cómo aquellos hombres se detenían en la parada de autobús y se gritaban entre ellos frustrados. Raeyim solo se sentó junto al enorme chico y este parecía agotado.
—hey, ¿tienes un lugar en donde quedarte?— el ladeó un poco su cabeza para rápidamente negar— ¿por que arrancabas de esa gente?
—esa gente es mala, si me encontraban me iban a lastimar y dejar sin comida — pasó sus manos por su cara bastante tenso y ella solo lo quedó mirando de reojo.
Raeyim sabía que no tenía que hablar con extraños ni mucho menos dejarlos entrar en su casa, pero ese chico le daba bastante confianza hasta que solo vio lo empapado que se encontraba por la nieve y lo encontraba tan indefenso que no pensó en ningún momento dejarlo solo en la calle, tampoco tenían buena pinta aquellos hombres.
Al ver su parada se levantó y tomó la mano del chico para que la acompañara hasta casa, sentía su mano tan helada que un pequeño escalofrío apareció en su cuerpo, caminando a paso rápido para llegar y hacer que el chico se diera un baño caliente, ya estaba pensando con un poco más de claridad y pensaba darle la ropa de algún ex novio o de su mejor amigo. Al llegar a su casa corrió a prender la calefacción y el chico solo se quedó en la puerta para observarla con detenimiento.
—¿cual es tu nombre?— preguntó Raeyim mientras sacaba su abrigo y tomaba la mano del chico para hacerlo entrar para poder cerrar su puerta.
—me llamo Mingyu. — habló un poco desconfiando.
Ella asintió y masajeo con suavidad sus propias manos para entrar en calor.
—Mingyu sácate eso para poder lavarlo, puedes darte una ducha caliente mientras te busco algo de ropa.
Mingyu se sintió un poco afligido e incómodo, por miedo a que la chica lo pudiera devolver a las personas que le hacían daño, ella sólo soltó otro suspiro y quedó frente a él para ponerse de puntillas y sacar con rapidez aquel gorro; su boca se abrió sin poder creer lo que veía, aquel gorro ocultaba unas orejas peculiares que llamaban la atención por completo. Como si de un perro se tratase.
El más alto se sintió cohibido ante aquello y el temor de que lo devolvieran a aquel laboratorio era su miedo más grande, ya que se había enterado que los híbridos estaban completamente prohibidos y si fuera capaz de ver uno habría que llamar a la policía o simplemente exterminarlos; eran algo antinatural según lo que decía el asqueroso cuidador que estaba a cargo de ellos.
—Mingyu, eres un pequeño cachorro— gimoteó un poco nerviosa y le sacó con suavidad le abrigo, observando aquella cola entre medio de sus piernas, confirmando todo.
—no me devolverás ¿cierto?
Raeyim acarició su sien un poco nerviosa por la situación, pero por unos momento se acordó que su mejor amigo también tenía un hermoso híbrido de gato en su casa, de seguro él podría ayudarla con eso.
—¡claro que no Mingyu!— ella volvió su vista a él— ve a darte una ducha, te buscaré un poco de ropa.
La mayor llevó a Mingyu al baño, dejándole algunas toallas y ropa que había encontrado en algún lugar de aquel cuarto que solo tenía cosas inútiles que quizás tendría que desocupar si ese chico viviría con ella; Raeyim decidió alejar aquellos pensamientos para ir a la cocina y así poder preparar algo para ambos, debía admitir que se encontraba un poco feliz de poder tener compañía para las fiestas y así no poder estar sola.
"Quizás estas festividades serán diferentes", eso era lo que pensaba Raeyim al escuchar la puerta abrirse y encontrarse a Mingyu ya vestido y agradeció a su ex novio Seungwoo por ser igual de alto que él, la ropa le quedaba un poco grande pero no pareció importarle, observando que su cabello empezó a a ondularse y no pudo evitar sonreír ante aquello. Quizás compraría un poco de ropa para el chico.
—¿quieres comer algo en específico Mingyu?— el rápidamente negó, aún no se sentía cómodo en aquella casa.
—comeré lo que tú comas.
Ella asintió, mientras que el chico tímidamente se sentaba en una silla de la cocina y prestaba atención al ver a la chica cocinar, pareciéndole bastante genial y por unos minutos observo una sopa caliente frente a él, para luego ella sentarse frente a él con el mismo plato.
—no sé tu nombre— esta vez fue él quien rompió el silencio entre los dos y sopló aquella sopa para probarla, sintiendo como su paladar pedía por más.
—me llamo Raeyim.
El asintió para seguir tomando de aquella sopa que le había encantado, mientras que ella solo tomaba con calma, esperaba a que el chico se adaptara por completo a su nueva vida.
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Mingyu Scenarios
FanfictionEscenarios con Kim Mingyu. LIBRO #01 DE SCENARIOS DEANFLUENZA ;;Mingidiot, 2020