Capitulo Uno: "poker face"

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Hirai
—Entonces, me tomó de la cintura, me levantó como tantísimas veces y me sentó en el mismo buró donde parece que ama hacerlo, con esa sonrisa… esa típica sonrisa de niño travieso, como si estuviera haciendo algo muy inmoral, y entre nervios y desesperado se aflojaba la bragueta…
—Joder…–dijo la japonesa levantando las cejas—¿y tú que hacías, que pesabas?
—¿Yo? Ah… Mirar el techo y pensar que tengo que cambiar la estética para que pegue con la reforma de la oficina—mi amiga sorbió de su soda con pitillo mirando a otro lado.
—y luego querida, ve al punto…
—Pues a ver, ahí estaba yo, repasando la lista de la compra, mientras el comenzaba embestirme tan torpe como siempre, y mi mente hizo click, comencé con los ruidos fingidos… ya sabes, el repertorio de siempre, dios soy tan patética—toqué mi frente y acomodé mi cerquillo.
—¿Tu? ¿O él?—rió la rubia burlonamente, como siempre cuando le contaba estas cosas.
—Bueno, entonces espere tres minutos y ya había terminado, y con la respiración entre cortada y cara de éxtasis, me hizo la típica pregunta que tanto odio, pero que se ha vuelto un tópico de cada encuentro sexual…—puse los ojos en blanco, estaba bastante harta—bebé, ¿te corriste?
—¿Es que es su frase célebre o qué?—exclamó Sana entre risas dando vueltas en la silla de en frente de mi escritorio.
—Deja de hacer eso, ¡me pones nerviosa!—golpeé la mesa y le lancé una mirada amenazadora.
—Como se nota que no llegaste… te hace falta sexo de verdad… amiga date cuenta— dijo mi evidente amiga para ir a donde yo estaba y tocar mi cabeza en señal de pena.
—Sana no ayudas…—apoyé la frente en la caoba pulida de la mesa mientras me lamentaba.
—A ver Hirai, eres joven, guapa, asquerosamente rica, inteligente, manejas esta compañía tu sola y a la perfección, puedes hacer lo que sea y que te quede perfecto… ¿cuál es tu problema? No te molestes en responder, ya te lo digo yo: llevar siete puñeteros años de tu vida con el imbécil de Heechul. Que, por cierto, no te aporta nada, esa relación esta más muerta que la heterosexualidad de ChaeYoung—sentenció Minatozaki llevando toda la razón y mentando a la razón por la cual si llegaba a los orgasmos pero solo en mis noches solitarias.
—A ver… te recuerdo que nunca quise esto, pero necesito aparentar, eres la única que sabe lo mío y sé que eres discreta, pero si a mi hermana la echaron de casa y paso por toda esa humillación, hasta que se quitó la vida, además de hacer miserables a mis tradicionales padre, no puedo permitirme ser yo misma, voy a causarle daños… a todos—sequé una lágrima que se escapó luego de años reprimiendo sentimientos, sinceramente todo esto se estaba volviendo más difícil que nunca.
—Momo, eres una hija y una persona excelente, si ellos por tu orientación sexual no quieren que seas parte de la familia, yo te voy a acoger y verás que todo sale bien, o sea… Mina y yo podemos hacerte un hueco en casa, no hay problema… siempre serás bienvenida—me tomó la mano y la apretó para darme seguridad.
—Sana, yo te lo agradezco, pero no es como si pudiera hacerlo, mamá tiene este cáncer y papá solo me tiene a mí, no es que sea justo, pero es mi vida, y lo único que me pesa es mi secreto y la marioneta que tengo de novio, solo necesito algo  que me haga distraerme de todo y me quite el estrés—masajee mi cráneo metiendo los dedos entre mi oscuro cabello negro.
—Mhm, ¿una noche salvaje con Chae por ejemplo?—preguntó levantando las cejas de forma divertida.
—Me refería a un masaje y un té, ¡pero qué te pasa! y deja de mencionar a la jefa Son—me puse roja al decirlo.
—Jefa Son… ¡dios!, que crush tienes con ella, ya pídele salir, al menos un día, vete a una casa del campo tíratela y se feliz—gritó Sana.
—Oe, que haces, cállate, alguien puede oírte, ¿quieres que me maten? Y te recuerdo que está viendo a alguien—algo que me jodia,  era con una chica guapa, súper dulce, que yo misma contraté, de haberlo sabido, nunca le hubiera dado el empleo, porque si, me daba bastante celos.
—Venga ya… no es serio, pero como quieras. Igual necesitas distracción Hirai, y follar, pero con alguien que sepa, a ver si entiendes el acertijo—fue lo último que dijo Sana para guiñarme el ojo y salir de mi oficina dejándome con solo algo muy claro, necesito algo que me distraiga y solo se me ocurría algo.
—Saqué mi pc y me metí  en internet, fui a dar a una página que era justo lo que necesitaba,  era una especie de mansión de fetichismo y demás, donde todo era anónimo y confidencial, justo lo que yo necesitaba. Todo tipo de opciones, precios, juegos, era un todo incluido del placer. Pero yo necesitaba algo que no estaban ofertando, la exclusividad sobre una de las chicas que trabajan ahí, no quería que si iba a ser mía, me llegara con moretones o mordidas de otra u otro.
Pero como eso generaría un vacío de gastos cuando yo no este, no querían aceptar mi proposición, por suerte para mí, y para ellos, siempre lograba llegar a un acuerdo, por ese motivo era una mujer influyente en el mundo del espectáculo. Ofrecí pagar el doble por los servicios y garanticé una sistematicidad en mis futuras visitas al lugar. Pero quería mi derecho exclusivo sobre la chica, algo que pudiera llamar mío, aunque solo fuera un juego.

Nayeon
—Por favor Jeong, no puedes dejarme en la calle, necesito el trabajo. Sabes que dependo de esto para todos los gastos que ella necesita, cada día va a peor y no voy a dejar que este sola, además sin dinero no puedo hacer ningún casting y estamos hablando de mi futuro, por favor, algo podrás hacer—me estaba comenzando a desesperar a ver que mi antigua jefa no me daba trabajo.
—Naye, sabes que somos amigas, pero es que en este último año, vas y vienes como te da la gana, no eres responsable, insultas a los clientes que no les va que los humillen, legas tarde, estas de mal humor, has tenido problemas con otras chicas e incluso dejado a medias las cosas para salir, y sé que tienes tu motivo, pero yo necesito al alguien que este cien porciento entregada, y no creo que seas tú…
—Por favor, puedo hacer lo que nadie quiere, puedes ponerme con los mas sádicos, o darme a los clientes más feos, que se yo, puedo hacer  lo que sea, pero contrátame, si no, voy a perder todo lo que me importa, y no puedo, sabes que no puedo, te prometo estar siempre y ser eficiente, puedo hasta  jurarlo por escrito—supliqué dejando de lado mi orgullo.
—Veamos, hoy me surgió una petición un tanto peculiar que puede ajustarse a tus necesidades, es al parecer de una millonaria excéntrica, que me pidió encarecidamente anonimato y exclusividad con su chica de compañía. Ella planea pagar muy muy bien, y tendrías un horario más abierto, pero siempre que ella te llame tienes que venir, es el trato-se sirvió un vaso de whisky y me observo para ver mi respuesta.
—¿Qué clase de servicio quiere?—pregunté.
—Uno abierto, debe ser la típica aburrida que necesita experiencias nuevas, porque su vida es un coñazo… pero recalco que quiere una sumisa-versátil, pero sumisa…
—Sabes que no es mi área—odiaba ser sumisa.
—Ella paga bien y tú no es que tengas opciones, sin hablar de tus múltiples deudas de hospital—hizo una mueca de ¨estas muy jodida¨.
—¿Cuánto pides?
—Cuarenta y cinco por ciento.
—Treinta.
—Treinta y cinco, y es mi última palabra.
—Hecho—sonreí feliz y fui a darle un abrazo, para ir al hospital, ya se hacía tarde.
—Ah, Nayeon, espera… hay algo más.
—¿Si?—dije confundida.
—Aclaro que te quiere con los ojos vendados en todo momento, y empiezas mañana… suerte.

Right Exclusive [Twice & NaMo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora