Capitulo Dos: "When we..."

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Hirai
Desperté en el apartamento que me había comprado para estar ¨sola¨, lo cual no funcionó mucho, mi novio no solo no entiende las indirectas, si no que le gusta invadir cada centímetro de mi espacio, no puedo ni sentarme en el sofá a tomarme un café tranquila si ver algo de su ropa tirada por todos lados, o sus notas de recordatorio para todo pegadas en cualquier lugar recurrente, como si tuviera alzhéimer. Entro al baño y veo su cepillo, voy al closet y allí están sus trajes italianos y si voy a la terraza con un poco de suerte puedo escapar, o eso pensaba, antes de que comprara esa maldita maquina de barbacoas que dejan todo oliendo a carne.
No es que me moleste, es que no lo soporto, siete años, en la misma rutina, con los mismos chistes, vamos a todos lados juntos, tenemos nuestra vida planeada, incluso hizo una lista de los nombres que quiere para nuestros hijos. Lo que no sabe es que llevo años utilizando anticonceptivos y demás, lo último que quiero es un hijo de él. Quizá parezca que mi relación solo es aburrida, pero es más que eso, el simplemente no me llena en ningún sentido, solo me presta atención cuando hay cámaras, cuando quiere sexo o cuando necesita un favor.
Sinceramente mejor así, porque claramente esto es un negocio, un noviazgo de conveniencia, porque básicamente el me compró, mi padre me convenció que era lo mejor, las demás familias estaban hablando del porque una joven como yo no tenía pareja nunca, y se dudaba de mi sexualidad, entonces comprometerme fue la solución que le dio mi padre. Fusionamos nuestras compañías hace un año, yo necesitaba una inversión y el necesitaba de mi equipo profesional y mi talento para captar jóvenes promesas del espectáculo. Soy una reconocida bailarina y CEO de mi propia empresa, donde debutamos grupos, y preparamos a futuros grandes idols, y él es el inversor. Desde el inicio se acerco a mí para aprovechar el nombre de mi familia y ya luego se apodero también de parte de mi empresa, nunca quise hacerlo accionista pero era eso o cerrar, y no podía permitir eso.
9:OO a.m.
Yo estaba una vez más llegando tarde a propósito para verla, solo para verla…
—Estas no son horas de llegar jefa Son…—sonreí dentro de elevador al ver su loco outfit de hoy, como es posible que se ponga las más locas combinaciones y aun así este hermosa siempre.
—Usted lo de predicar con el ejemplo nunca lo ha escuchado entonces, directora Hirai—me sonrió de vuelta, mostrándome esos hoyos en sus mejillas que me moría por morder.
—Tengo una buena excusa—dije acomodando mi pelo en señal de nerviosísimo como siempre solía hacer.
—Si es tan amable de compartirla—comentó mirándome a los ojos mientras el elevador subía.
—Pues, es que… ¡Ah sí!, mi alarma no sonó...
—Wow, totalmente excusada, ¿si te cuento un secreto me crees?—preguntó acercándose a mí, haciendo que yo me agachara un poco acomodándome a su altura.
—S-sí, sí—dije nerviosa al sentir su labios acercarse a mi oreja y rozarlo.
—La mía tampoco sonó—dijo entre risas separándose, dejándome con su perfume plasmado en la mente y en muy malas condiciones.
Una risa nerviosa broto de mis labios—. Muy buena, enserio, ¡no sonó dice!- siendo acompañada por otra aún más incómoda—. Ok…—dije nerviosa quedando como una completa imbécil
«Felicidades Hirai, eres retrasada»
—Nos vemos en el almuerzo jefa, tenga buen día—salió del elevador y fue camino a su oficina, mientras yo acababa de pasar una de las mayores vergüenzas de mi día, siempre igual cada vez que la veía.
—Eso, nos vemos…—golpeé mi frente con la mano y salí a buscar a Sana, necesitaba soltar toda esta frustración, a veces pensaba que le pagaba por oírme las penas y no por su trabajo como profesora de canto.

Nayeon

Llegue a mi pequeño apartamento el cual mantenía apagado por que debía dos meses de renta y el casero me estaba buscando, por suerte logre conseguir un trabajo, sé que le prometí salir de ahí, pero es que es lo único que puedo hacer para sufragar los gastos.
Tome una ducha rápida y guarde algunas cosas en la mochila, cuando escuche al viejo gruñón de mi casero tocar mi puerta.
—¡Oye niña!, tu, se que estas ahí, voy a llamar a la policía, si mañana no tengo el dinero date por demandada, ¡me quedare con tus cosas, y te quedaras en la calle!, responde, ¡sé que estás ahí!—gritaba y daba en mi puerta con su bastón, «hay que ver, para tener busca y captura al menos en tres cementerios de Seúl que vitalidad tenía el ancestro para pedir dinero», pensaba mientras saltaba por la ventaja y corría a la parada del bus.Treinta minutos después estaba entrando a la prestigiosa clínica privada donde estaba la única persona que he amado en mi vida, pero como yo no tengo mucha suerte, hasta eso salió mal.
Estaba entrando a el cuarto donde estaba conectada a la maquina que la mantenía con vida cuando el doctor que llevaba mi caso se me acerco.
—Señorita Im, ¿qué hace tan temprano por aquí?
—Vine a verla, no creo que pueda venir en la noche, ¿ha habido algún avance? —sabía la respuesta pero tenía que tener esperanza.
—No… lo siento mucho, hoy solo tengo malas noticias. Como bien usted debe saber este es la mejor clínica de la capital y si quiere que mantengamos con vida a su pareja, debe pagar, nos debe tres meses que su seguro ya no cubre—dijo  mirando su agenda y con pena en su rostro.
—Sí, sobre eso, no se preocupe, conseguí trabajo y estoy en ello, les pagare cada deuda, lo antes posible, lo prometo—problemas y más problemas.
—Eso está bien pero hay algo más, la última vez que chequeamos a su amiga, notamos un coágulo peligroso en el cerebro, que debemos extirpar, la operación es delicada y rigurosa, de mas esta decir que no será barata—sus palabras entraron en mi cual balas a quema ropa.
—¿Cuanto?
—Treinta millones de won, mínimo. Lo siento, pero tiene que ser lo más pronto posible, tu amiga puede morir, espero su respuesta, que tenga usted buen día—dijo para marcharse y dejarme casi al borde del colapso.
Entre a la habitación y la vi, tan hermosa como la primera vez que la vi, seguía igual, quizá más delgada y pálida, no era para menos luego de largos meses de coma, pero no podía dejarla morir, a ella no.
—Hola hermosa—tomé su mano y me senté a su lado mientras la observaba y escuchaba la maquina que media la frecuencia cardiaca, siempre me calmaba oírla pitar, era como si me dijera, aun puedes hacer algo—. Te extrañe… las cosas no son las mismas sin ti—comenzaron a salir mis lagrimas—no sabes lo que me haces falta, la ropa no se lava sola—reí aun entre lágrimas y sostuve más fuerte su mano.
—No te voy a mentir, he vuelto a la mansión, lo se… lo prometí, pero no es tan fácil, son tiempos duros, pero oye, lo importante es que estoy aquí, ¿ok?, no voy a dejarte. Eso nunca, tu vas a estar bien, eres fuertes, y sabes que, vamos a debutar juntas, el mundo tiene que oír tu voz, y saber de tu talento, y yo te necesito conmigo, ahora estoy luchando, por las dos, así que tú se fuerte por ambas, no me dejes sola, por favor. Solo mantente fuerte, yo…—cada vez hablar era más difícil—. Voy a conseguir el dinero como sea, te lo juro, te amo Jihyo. Volveré—sequé mis lágrimas, deje un beso en sus mejillas y salí del hospital, era hora de la entrevista, me dirían si me aceptaban para el trabajo, la propia persona que me pagaría.
Me fui caminando para llegar a tiempo. Debía cambiarme y arreglarme, no podía trabajar en estas condiciones.

Hirai

El día termino, y aun no había decidido si ir o no a mi cita, cuando sonó mi celular.

shitty boyfriend _ 6:13 p.m.
querida esta noche tengo una importante cena con unos amigos
no me esperes
cuídate cariño

Eso significaba que llegaría borracho y con olor a bar de striptease. Y fue el empujón que necesitaba para que me diera ducha, me pusiera esa ropa que nunca uso, tomara la máscara que pedí por eBay y condujera hasta las afueras a la dirección que me habían dado.
El lugar era rustico enorme, estilo medieval, paredes de piedra, cuadros expresionistas, candelabros, música clásica pero profunda, me recibió la encargada, que me condujo a una habitación, donde me estaba esperando la chica que se supone seria mía.
Estaba vestida con un ceñido corsé de encaje negro, que dejaba ver su perfecta piel, piernas largas y marcadas, su figura esbelta y delicada. Su rostro cubierto por justo como lo pedí una venda, pero denotaba rasgos finos, labios hermosos y un largo y espeso cabello castaño. Sin duda hermosa, pero aun necesitaba saber algo más.
Tome una navaja de mi bolsillo y hice una incisión de casi siete centímetros en su hombro, necesitaba saber su reacción… ella solo sonrió.
—¿Es todo lo que tiene, ama?
Yo solo pude sonreír de vuelta y decirle a la encargada
—¿Dónde firmo?

Right Exclusive [Twice & NaMo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora