Una historia y mil promesas.

Capitulo dos: ¿Por qué yo?

Ya eran más de las 6 de la tarde y papá no había llegado, estaba preocupada así que cogí el móvil y lo llamé. No contestaba. Estaba a punto de entrar en estado de shock cuando...

- ¡Papá! - grité corriendo hacia él - ¿Dónde te habías metido?

- Cogimos atasco.

¿Cogimos? Que cabeza la mía el chico. Y ¿dónde esta él?

- ¿Dónde dejo esto? - esa voz no me era familiar pero se parecía a la de Pete.

- En la cocina - dijo mi padre soltando mi brazo.

¡¡¡Wow!!! Pero ¿y este de donde ha salido?

- Hija este es el chico del que te hablé.

- Hola - dije con voz firme.

Se limitó a mirarme de arriba a abajo sin decir nada.

- Sentaos. Hija este es Ian, tiene 18 y viene de California. Hija hazme un favor y enseñale donde esta su cuarto. Después baja, he de hablar contigo sobre una cosa.

- Claro papá - no puede ser ¡wow! Yo... bueno... yo... desde que Ana, mi madre, se fue nunca le había llamado papá.

Subimos a la habitación de invitados. Abrí la puerta y le dejé pasar. Él pasó rápidamente y cerró la puerta cuando iba a pasar.

"Se dice gracias" dije para mi. Me encogí de hombros y bajé al salón.

- ¿Papá?

- Sí, estoy aquí - su voz salía de la cocina.

- ¿De qué querías hablarme? - pregunté.

- Hija este chico no es problemático o eso creo, pero intenta hacérselo. Bueno lo que quería decirte era que... Si... - carraspeó - Si no sale bien esto y el chico se mete en problemas... Bueno... A mi...

- ¡Papá! ¡Dilo ya! - lo interrumpí nerviosa.

- Me despedirán y no podré volver a trabajar.

Me quedé atónita. No podían hacerle eso a una persona que había trabajado toda su vida para ellos.

Mi padre entristeció. Ya iban como 5 veces que se entristecía hoy. Lo dejé en el salón, subí las escaleras y llame a la puerta de Ian.

- ¿¡Qué!?

- ¡¡¡Abre!!!

- Vo...y - dijo alargando la vocal.

Nada más abrir la puerta lo empujé dentro, cerré la puerta y lo senté en la cama.

- Te voy a decir una cosa muy clara - esto... Yo... No era así pero estaba enfadada - si haces alguna estupidez y por ello despiden a mi padre, te juro por lo que más quieras que iré a por ti, ¿entendido? - su cara era para partirse.

Tras unos segundos - Claro que sí, princesa.

- No me llames así.

- ¿Por qué? ¿No te gusta?

- Me molesta y más viniendo de ti.

- Bien, ¿has terminado con la actuación? - dijo con cierto tono de burla.

- Sí, gracias por tu atención.

En su cara se dibujo una sonrisa, sus dientes eran perfectos - Bien pues si no te importa... ¿Podrías salir de mi habitación?

Asentí y rápidamente salí de la habitación cerrando la puerta con un gran portazo del cuál hasta yo me había asustado.

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Espero que os guste siento la tardanza.
Multimedia Ian :*
Besoos.