... que tergiversa todo.

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IV. ... que tergiversa todo.

Quedan dos días para que el Expreso de Hogwarts los lleve de vuelta a casa y Remus no tiene ni una idea para mantener las malas intenciones de Sirius para sí mismo, al menos en un susurro, y no gritadas a los cuatro vientos. Tiene una pequeña lista debajo del libro de Pociones con los problemas que quiere evitar en casa y las posibles soluciones a cada uno de ellos, y hasta ahora sólo ha resuelto dos. No más, está atascado justo ahí, con una tarea de pociones y el poder antinatural de Sirius para tergiversar todo.

Y Remus se atreve a decirle "poder" porque todos, realmente todos, han caído ante esa lengua. Incluso Remus, y no se refiere a términos sexuales.

"Profesora McGonagall, si usted supiera por todo lo que tuve que pasar estas vacaciones, me dejaría llegar a mi sitio sin convertirme en un reloj" se lamentó Sirius, con rostro lastimero y unas verdaderas ojeras debajo de los ojos. "¿Sabe cómo es, no? Regulus tuvo clase antes que yo. Apuesto que lo vió más pálido de lo normal. Ya sabe, la sangre pesa más que otra cosa".

McGonagall parpadeó en su dirección con los labios fruncidos.

"Siéntese, señor Black. Lo dejaré pasar por ser el primer día" sentenció la profesora. Sirius hundió las comisuras de los labios y asintió sentándose al lado de Remus con pasos arrastrados.

"Maldito bastardo mentiroso" masculló James, inclinado sobre la mesa para poder fulminar con la mirada a Sirius. "Ni siquiera estuviste con los Black este verano. ¿Qué es esa basura de que la sangre pesa?".

"Estuviste jugando Quidditch hasta después de las once, Canuto" recordó Peter en un susurro.

"Sí, estaba practicando lanzar bludgers para el primer partido de Quidditch, tengo que enseñarles unos trucos a los golpeadores de Gryffindor o los de Slytherin nos darán una paliza, Cornamenta" explicó con simpleza. "Y no miento, pasé por mucho este verano, sólo que... no es lo que la profesora cree".

"Bastardo" gruñó James. Sirius sonrió y le guiñó un ojo.

Con Sirius jamás será posible saber qué tan en serio habla ni qué tan real es lo que dice. No porque mienta, sino porque hace que todo parezca otra cosa. Por Godric que Remus una vez creyó que se estaba acostando con una chica de Ravenclaw.

"Oh, ya sabes, tú estabas ocupado así que fui con la rubia de Ravenclaw. La que James dijo que era fantástica con la lengua" comentó sin darle importancia, ni siquiera había levantado la mirada de su trabajo de Runas. No podía ver qué Remus tenía la barra de chocolate suspendida a medio camino de su boca. "Vaya que tenía razón, esa chica es increíble. Y mira que viniendo de Cornamenta es otro nivel, él incluso está seguro de que Evans es la más asombrosa en la cama" resopló una risa y señaló unas runas de su libro.

Remus todavía no puede procesar lo que está escuchando, es decir, ¿de verdad le estaba contando lo increíble que es esa Ravenclaw en la cama? Es-de-cir, sólo hay una maldita forma de saber qué tan bueno es alguien en la cama, ¡y Sirius no debería saberlo de nadie porque, hey, él es su maldito novio!

"Pero esta chica sabe cuándo ir lento y cuando ir rápido, entiende con facilidad lo que uno necesita, y sin que lo pidas en voz alta" rió y negó para sí mismo. Remus está a punto de pedirle que se calle y desaparezca de su vista para siempre cuando Sirius finalmente levantó la cabeza con una sonrisa ladina. "¿Quieres que te preste mis apuntes? Ella no sólo es buena entendiendo Runas, también las habla, es buenísima con esta lengua griega. Incluso me enseñó un par de palabras, ¿quieres que te las diga al oído? No me enseñó nada... inapropiado" aclaró con sorna.

Remus no habría podido contener su patada ni aunque hubiera querido. Y el bastardo todavía tiene el descaro de reírse mostrando los dientes.

"Me ofende que pienses eso de mí" murmuró con falsa tristeza. "Y muchísimo. Más cuando siempre he demostrado lo irremplazable que eres en la cama, Lunático" hijo de puta.

El tipo de chico © [Wolfstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora