☪apítulo 51

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Hemos estado buscando por un largo rato, por toda la habitación "¿ En dónde pudo haber metido ese papel y esa cadena este hombre ?"

- ¿ Alguien ha entregado a tu habitación ? - pregunto y él niega - Pregúntale a Santiago, tal vez él la ha visto

- No, Santiago no entra a mi habitación sin mi presencia - dice - Debí haberla metido en algún lugar y no me acuerdo

Busca nuevamente por su guarda ropa, pero ahora con un poco de desesperación

- Es raro, siempre la he asegurado aquí - se rasca la cabeza - La mantengo envuelta en un pañuelo

- ¿ Qué hacen ? - pregunta Santiago entrando a la habitación

- Busco la cadena que ayer guardé aquí, ¿ Recuerdas ?

- Si, recuerdo que ahí la dejaste, junto con un papel sucio

- Pues, no están - dice colocándose las manos en sus piernas

- ¿ Alguien entro aquí ? - pregunto y lo miro, Santiago parece estar pensándolo

- Pues... no - dice - Laura no creo, yo no lo he hecho y la única persona de afuera, que estuvo aquí, fue... Robert

- ¿ Lo dejaste solo ? - pregunto y él asiente

- Si, a veces lo dejaba solo, pero no creo... - se rasca la cabeza - Nunca vi que subió las escaleras

- No saquen conclusiones, chicos - dice Froy - Eso debe estar por aquí

- ¿ Qué hace, Laura ? - pregunto

- Está allá abajo comiéndose las uñas - responde - Quería saber si cambiaron su decisión, para decirle a ella y que se pueda tranquilizar, pero veo que aun no, así que... Mejor me busco otro modo, hasta que bajen ustedes y nos informen, aún guardo la esperanza que al hacerlo, nos digan que no se van - suelta el pomo de la puerta, que desde que llegó, no dejó de sujetarlo y camina saliendo de la habitación. Miro a Froy y él desvía su mirada

- No digas nada, eso debe estar aquí

Miro el cajón que él ha señalado, se me ocurre una idea, gracias a un recuerdo que tuve : recordé una vez que estuve llorando, porque no encontraba mi pulsera de unicornios rosas. Era una pequeña niña, y según lo último que recordaba era haberla guardado en un cajón del guarda ropa. Al final, la pulsera estaba en la parte de abajo de él pequeño clóset rosa que tenía. Papá me explicó que era tal vez, por tanto abrir y cerrar el cajón, los objetos se caen cuando están mal ubicados, luego en el suelo, los tropezaban, hasta terminar debajo del guarda ropa, y yo que culpaba a mi hermano, creyendo que me la había botado

- Permíteme un momento - digo separandolo de el guarda ropa y me agaché, poniéndome de rodilla y llevado mis codos al piso. Escucho su risa y antes de bajar la cabeza, lo miro confundida - ¿ Qué pasó ?

- ¿ Qué haces ? - pregunta mirando divertido

- Voy a ver si la medalla se encuentra abajo - respondo - ¿ Qué es tan gracioso ?

- Nada, solo que me imaginé algo - dice y yo asiento. Vuelvo a colocar mis codos en el piso y esta vez si agacho mi cabeza, para mirar debajo del guarda ropa - Es excitante - lo escucho murmurar y hago como la que no escuchó

Es un pervertido

- Oh, aquí está - digo y meto mi mano para atraerla a mi

- ¿ Él papel también ?

- No sé, pero es algo envuelto en un pañuelo

- Debe ser esa - dice - Sácala

- Ya voy - digo, aún sin conseguir alcanzarlo - Está un poco lejos, y el espacio es muy angosto. Deberías comprar otra clase de guarda ropa, ya no se usan con pequeñas formas de patas

AZÚL © Atracción Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora