☪apítulo 60

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AZÚL

Lo deje ir, porque no quise detenerlo,
lo deje ir, viéndolo con una tierna sonrisa en mi rostro. Aunque ahora él no lo entienda, sé que pronto se le pasará y si tendré que dar explicaciones, las daré, pero ahora no. lo dejé ir, porque quería que él mismo se llevara la sorpresa esta noche, y no sé, pero algo me dice, que cuando pase, vendrás a mi corriendo, para abrazarme y besarme

Volteo para mirar a el árbol sagrado, aún sin borrar aquella dulce sonrisa que tenía en mi rostro, llena de felicidad y de esperanza

- Gracias, gracias por no permitir que cometieramos ese terrible error - digo - ¡ AH !, Y por favor, no permitas que se mate

Caminé de vuelta a casa, y al llegar, todos estaban angustiados y esperando nuestra llegada,
al verme, se levantaron, a lo que mi madre y mi padre, siendo los primeros al verme, corrieron hasta mi

- ¿ Qué ocurrió, hija ? - preguntó mi madre

- ¿ Qué fue lo que pasó ? - mi hermano se acercó a mi - ¿ Por qué saliste corriendo así ?, ¿ Le pasó algo a Froy ?

- ¿ Aún no llega ? - pregunté a Margaret, y está negó - Pensé que...

- Él está bien, Principe - responde Margaret, a mi hermano - Solo hay que dejarlo solo un momento

- Pero... ¿ Por qué están todos así de alarmados ? - esta vez habla mi cuñada

- No es nada que requiera preocupación - vuelve a hablar Margaret y me mira - O por lo menos, ya no

- ¿ Por qué mejor no te sientas ? - mi madre me lleva a la silla y me sienta - ¿ Quieres algo de tomar ? - niego y me deja de mirar, para hablarle a mi hermano y a su novia - ¿ Por qué no van y buscan unas yerbas para los nervios ?, Vayan a la casa de Rachell, ella debe tener

Mi hermano me mira y no tan convencido, asiente y se va, junto con Salomé

- ¿ Lograste convencerlo ? - preguntó la señora Alicia

- Gracias a la señora Margaret, no sucedió - digo - Mis piernas son cortas y no es que me guste hacer ejercicio, así que fui un poco lenta

- Si, puede escuchar cuando estaba a punto de decirlo - habla Margaret - Mañana me va a escuchar ese muchacho

- Gracias, tía Margaret - digo con timidez y ella al escucharme decirle de tal forma, se sorprende, pero una gran sonrisa hace iluminar su rostro

- ¿ Margaret, sabes en dónde puede estar Froy en este momento ? - preguntó mi padre y ella lo mira

- Puedo saberlo, pero si lo haga y él se entera, se enojaría

- Sé que mi hijo está bien - todos volteamos a mirarla - Es obvio que está un poco triste y confundido, pero la diosa lo cuidará

- Si - asiento - Sé que mañana él estará aquí, estoy segura.


STEPHAN

Me encuentro mirando por la ventana de mi habitación, sin ninguna idea por mi cabeza, sin ninguna solución para mis dudas, no sé si debería hacerle caso a mi deber o a mis sentimientos, por una parte, si decido no seguir, decepcionaría a mi familia y elegiría hacerle el bien a la persona que amo, y si simplemente decidiera hacerlo, le daría el mayor de los orgullos a ellos y tendría que matar a la única persona de la cual me he enamorado

- Stephan, necesito que vengas ahora mismo - Wills llega con apuro a mi habitación - Es algo urgente

Salgo detrás de él, hasta llegar a la habitación en la que siempre nos reunimos, ya ahí adentro estaba Ruth y Jena, ambas con una gran sonrisa de triunfo

AZÚL © Atracción Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora