—¿Quieres dejar de toquetearlo todo? —Le riñe su prometido al verle coger el tercer folleto de propaganda en menos de diez segundos.
—No, ya que nos sacan un ojo de la cara quiero ver bien lo que ofrecen —sentencia el canario ojeando el tríptico de papel.
—No montes el cuadro, anda —pide Raoul abalanzandose sobre él para quitarle el papel de las manos.
Conocedor de las intenciones del catalán y ágil como una gacela, Agoney se lleva las manos a la espalda. Obligando así a Raoul a rodear su cuerpo con los brazos para alcanzar el folleto.
—Dámelo —ordena el rubio con el papel entre los dedos y forcejeando con los de Agoney—. Agoney, suéltalo.
—No me hables como a Roma, conmigo eso no funciona —le saca la lengua el mayor.
—Con Roma tampoco —reconoce Raoul haciendo carcajearse al canario y obteniendo al fin la dichosa propaganda aprovechando el despiste del contrario.
—¡Eh, eso es jugar sucio! —Se indigna el moreno llevando sus manos a los costados del catalán para empezar una pelea de cosquillas en la que tiene todas las de ganar.
—¡No! ¡Eso sí que no! —Suplica Raoul con una risa histérica, tirando los papeles al suelo y pegando los brazos al cuerpo para evitar que Agoney pueda seguir presionando la zona—. ¡Para, Ago!
Pero el canario no tiene intención de parar, todo lo contrario, pues aumenta el ritmo haciendo que el rubio se vea obligado a tirarse al suelo. Hecho que no va a impedir a Agoney arrodillarse junto a él y seguir con su labor. Los folletos quedan en un absoluto segundo plano cuando las carcajadas de Raoul inundan los oídos del canario y la sonrisa de Agoney llena las pupilas del rubio.
Tan enfrascados están en su pequeña batalla por tener el control sobre el cuerpo contrario que no se dan cuenta de la presencia de una tercera persona en la sala hasta que un carraspeo hace eco entre las cuatro paredes de la habitación.
—Supongo que ustedes dos serán los tortolitos que se casan —rompe el silencio incómodo el hombre trajeado con una amplia sonrisa en el rostro.
—Raoul Vázquez —carraspea el susodicho levantándose del suelo completamente sonrojado y tendiendole la mano al que será su asesor.
—Agoney Hernández —se presenta mucho más calmado su prometido—. Oye, me suena tu cara...
—¿Viven por aquí cerca? Porque igual nos hemos visto por el barrio —explica el chico teniendo la misma sensación de familiaridad con sus clientes—. En fin, Miki Núñez.
Los novios se miran nada más oír el nombre del otro hombre, compartiendo una sonrisa cómplice al caer en cuenta de quién es. Y tanto que les suena, hace poco más de una semana que vieron su nombre en el TikTok de uno de sus mejores amigos.
—Joder, tú estás saliendo con Joan, ¿no? —Afirma más que pregunta el canario con ilusión.
—¿Él os ha dicho eso? —Cuestiona ojiplatico el de rizos, olvidando completamente el trato formal con el que se estaba dirigiendo a la pareja.
—No, no —responde Raoul dándole un codazo de reprimenda a su prometido—. Es solo que te vimos en un video que subió y bueno... sacamos conclusiones precipitadas.
—Sois amigos suyos, ¿verdad? —Pregunta Miki ganándose un asentimiento de cabeza casi sincronizado por parte de ambos—. Pues me sonaréis de su instagram, supongo.
—Seguramente —corrobora Agoney encontrando mucho más divertida la visita a su wedding planner, sabiendo que quien les va a atender está liado con uno de sus amigos.
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ALONE WITH YOU (Ragoney)
FanfictionUna vida estable, de revista, sin más preocupaciones que decidirse entre rosas u orquídeas para decorar el centro de mesa en el banquete de su boda. Raoul considera que vive una vida feliz y plena, sobretodo ahora que está a punto de casarse, lo que...