- ¿Dónde estás? Dime que no te perdiste por favor - la voz de la mujer sonaba preocupada tras la línea telefónica, la menor estaba tardando demasiado en llegar.
- Aaww ¿Estás preocupada por mi? - reía en un tono jugueton, mentiría si dijese que aquel tono no la había puesto un tanto nerviosa, incluso los colores se le habían subido a las mejillas, menos mal su esposo ya no estaba allí para verla - estoy cerca, llego en cinco.
- Y-ya, ten cuidado - dijo por último antes de cortar la llamada, no quería dejarse más en evidencia.
Obviamente iba a estar preocupada, le mandó la dirección hace ya casi una hora, por poco y no va a buscarla ella misma. Si es que esa chica iba a dejarla calva de los nervios, pero no podía culparla, era ella quien empezó a tener esos sentimientos tan intensos en primer lugar, igual solo los ignoraría, como estuvo haciendo desde el comienzo.
Habían pasado ya cerca de dos semanas desde lo sucedido en la casa de la menor, por un momento tuvo miedo de que su relación se volviera tensa o incómoda desde entonces, pero terminaron siendo incluso más cercanas que antes, y aquello le ponía realmente feliz, demasiado debería decir, tanto que incluso a veces llegaba a alarmarle.
Esa tarde invitó a Hortencia a su casa para que la ayudase con unas cosas, era el cumpleaños de su esposo y, siendo su primer cumpleaños que pasaban ya casados, pensó en hacer algo especial. Sabía que a Paul no le gustaban mucho las fiestas, por lo que no sería algo demasiado grande, tan solo una pequeña cena entre ambos, quería que todo se viera perfecto y para ello necesitaba un poco de ayuda ¿Quién mejor que su querida amiga? Nada podía salir mal.
Los pequeños golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos, no dudó en salir casi corriendo a abrirla, aunque al estar frente a esta se detuvo unos momentos para arreglarse el cabello ¿Por qué se estaba preocupando tanto por ello?
Una vez giró el pomo, la figura de la joven chica se alzó ante ella, radiante como siempre, pensaba que ese vestido con dibujos de fresas le quedaba divino, mejor se guardaría esos comentarios.– Espero no haberte preocupado demasiado - su sonrisa divertida le había contagiado la alegría una vez más, no pudiendo evitar que una leve curvatura se formara en sus labios también.
– Para la próxima iré a buscarte yo, no me sorprendería que terminases en otra ciudad por error - hizo espacio para que su amiga pudiese pasar, pero en vez de eso se acercó a ella para envolverla en un tierno abrazo. A veces le sorprendía lo cariñosa que podía llegar a ser la menor, causaba que su corazón latiera como loco, y eso le preocupaba.
– Deja de preocuparte tanto Vik, pareces mi madre.
Su risa de ángeles solo logró tensionar más sus sentidos, tan solo al separarse volvió a tener control de sus reacciones, pero, al mismo tiempo, sintió un leve frío sobre su piel al no tener los brazos de la joven alrededor de su cuerpo.
Agitó la cabeza, obligándose a sí misma a volver a la realidad y luego guiar a su invitada hacia la cocina, donde estarían trabajando mayormente..
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– ¿y usted?
La tarde se la habían pasado más que nada tranquilas, a un ritmo más lento al estar tan concentradas en sus charlas y no en el trabajo principal, pero aquello no les digustaba para nada, es más, agradecían poder pasar el mayor tiempo posible juntas.
– ¿A qué te refieres?
– La otra vez en mi casa me preguntaste sobre mis parejas, supongo que no siempre estuviste con tu esposo - vaya, Hortencia era demasiado curiosa, pero no le molestaba responder, la chica ya había confiado en ella anteriormente, sabía que no debía preocuparse, también confiaba en Hortencia.
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🥀My Strange Addiction🥀 Volkacio Fem [CANCELADA]
FanfictionNunca consumió droga alguna en su vida, jamás supo lo que era realmente vaciarse a algo hasta que probó sus labios. Había sido criada con todos los valores que Dios había dejado al ser humano para, al final de todo, terminar cayendo por su precioso...