Observaba con ojos aburridos a través de la ventana del automóvil, sentada en los asientos de atrás con sus pintas de "punk barata" como la solían llamar sus padres, quienes, en silencio, ocupaban los asientos delanteros del vehículo. Tampoco había mucho de qué hablar, de igual manera se negaría a hacerlo si alguno de ellos se atrevía a dirigirle palabra alguna, ignorando cualquier sonido con el alto volumen que salía de sus audífonos. Sus ojos rodeados de ojeras se perdían en el exterior de la ventanilla, mientras sus uñas pintadas de un desgastado esmalte negro jugaban con los huecos de sus medias de rejilla, rascándolas al ritmo de aquella canción de My Chemical Romance que nunca se cansaba de escuchar.
Ahora mismo no podía evitar pensar que la letra era algo irónica teniendo en cuenta el lugar al cual se estaban dirigiendo, pues escuchar "mama, we all gonna hell" mientras el destino al que te diriges es una iglesia no parece realmente tener sentido, pero para ella aquel lugar podría ser el verdadero infierno oculto tras la fachada de "casa de Dios" o "terreno de ángeles".
No le apetecía en lo más mínimo tener que pasar lo que probablemente sería un año siendo obligada a alabar a un ser inexistente, escuchando a un viejo en bata cerrado de mente tirar mierda a todo aquello que vaya "en contra" de Dios, rodeada de personas tan huecas como para creerle más a un libro de fantasías que a hechos ya comprobados por el hombre.Pero no tenía otra opción, no cuando sus padres conservadores la pillaron llegando a casa con porros y coca en los bolsillos, pues al ser tan devotos a su Dios de pacotilla, les parecía más sensato manadarla a una iglesia en vez de un centro de rehabilitación como personas normales, pero no, ellos eran fieles corderos del Señor. Al final, no se quejaba tanto, después de todo podría volver tranquilamente a sus adcciones y disfrutar de estas sin remordimiento alguno, tan solo aguantar un tiempo y luego seguir como si todo hubiese sido solo un mal sueño.
Finalmente, tras el tortuoso y aburrido camino, llegaron a una construcción pintada de blanco, decorada con algunas pocas flores por en frente y una gran cruz en lo alto del edificio. A su opinión, tenía el mismo nivel de estética que una papa, obviamente, nada comparado con su estilo.
Bajó del vehículo con la misma expresión cansada que decoraba su rostro en los últimos días, aunque bajo el efecto de las drogas estaría sonriendo cual tonta, ahora mismo sentía esa misma euforia como para hacerlo. Espero a que sus padres igualmente llegaran hasta donde ella, para luego caminar a paso lento hasta el portal.
- Esto no va a servir de nada - masculló entre dientes para sí misma, pero a su madre no le costó escucharla al estar caminando prácticamente a su lado.
- Ya te he dicho Hortencia, esto es lo mejor para tí, no hay cosa que el Señor no pueda arreglar.
- Tu madre tiene razón - entró su padre a la conversación - te has desviado del camino de Dios, pero sabemos que estar aquí te hará volver a él.
Rodó los ojos con molestia, no soportaba cuando sus padres hablaban de esa manera, a su parecer se escuchaban como todos unos tontos, aunque no podía hacer nada para cambiarlo, tan solo suspirar y seguir aguantando con esta desgracia.
Una vez cruzaron el gran portal de madera, una monja se acercó a ellos desde el largo pasillo que daba vista al altar, la señora parecía estar esperándolos allí desde hace un buen rato, pues era la única excusa que encontraba para la cara de pocos amigos que llevaba, o tal vez solo era una amargada más del montón.
- Paz y bien, Hermana ¿La hicimos esperar por mucho tiempo? - saludó su madre juntando sus palmas mientras la anciana dibujaba con sus dedos una cruz en el aire.
- No se preocupe Señora Pérez, estoy más que acostumbrada - repitió la misma señal en su padre, para luego posar los ojos en su persona. Notaba cómo la anciana la observaba de pies a cabeza, juzgándola con la mirada y mostrando una mueca de asco al final del proceso - ¿Es ella su hija?
- Así es, Hermana. Hemos venido por su ayuda - habló ahora su padre en un tono desesperado - no es difícil notar que fue tentada por el diablo, necesitamos que vuelva al caminó de Dios ¿será eso posible?
- No hay nada imposible para nuestro Señor todopoderoso - habló la mayor alzando las manos al cielo en señal del alabanza, tan solo pudo volver a rodar los ojos, pensando en la vergüenza ajena que le causaba ver aquello - Tengo a alguien que trabaja conmigo desde hace un tiempo, es más joven que yo, supongo que sabrá tratar mejor con el caso de su hija ¡Viktoria, ven por favor!
Al sonar el gritó dentro del gran salón, no se tardó en escuchar el taconeo de alguien salir por uno de los pasillos. Allí fue cuando la vio por primera vez, su figura recta dirigiéndose a donde ella estaba, los largos cabellos platinados meciéndose con el movimiento de su andar, aquel bello rostro decorado con una muy leve sonrisilla, las vestimentas recatadas pero que, al mismo tiempo, le daban un aire elegante. Todo en ella hizo que el tiempo se detuviera por unos segundos, dejándola hipnotizada ante tal bella dama frente a ella, sentía como si con tan solo haberla visto entrar a la sala todo el mal genio que traía haya abandonado su ser, siendo reemplazado por los fuertes latidos que aquella mujer causaba en su corazón. Si es que al final la verdadera diosa sería ella, a la mierda todos los demás, esa mujer era quien se merecía un altar.
- ¿Me llamó Hermana Clara? - su tono de voz tranquilo le transmitía tanta calma que no pudo evitar soltar un leve suspiro al escucharla, hasta su voz era como la de un mismísimo ángel.
- Así es, ella es la chica de quien te hablé, estará bajo nuestro cuidado hasta que el Señor vuelva a iluminarla - informó la mayor, recibiendo un asentimiento como respuesta de la peli plata.
- Mucho gusto, mi nombre es Viktoria Volkov, esperamos poder ayudarla - la miró fijamente, aún con la misma leve sonrisa, mientras extendía la mano en forma de saludo.
- Hortencia Pérez
No dijo más, tal vez sonó un poco grosero de su parte no decir nada más que su identidad, pero era difícil buscar las palabras cuando un ángel estaba parado frente a sus ojos, y lo era más aún cuando el dulce y cálido tacto de la mano contraria rodeó la suya propia.
Joder, si es que al final ni le molestaría estar allí, si eso significaba estar junto a ella, aguantar a la iglesia y sus idiotas valía la pena.
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// no tengo mucho más que decir, además de que se supone iba a actualizar más temprano, pero los tweets sobre perxitaa me distraen fácil:(((
Sé que estos días fueron bastante fuertes, más que nada para todos aquellos que siguimos al fandom por twitter, por lo que tan solo pido que intenten tomar un respiro y, si pueden, apoyen con mucho amor a todos los bellos streamers que nos permiten disfrutar de su contenido. Tanto ellos como nosotros nos merecemos disfrutar juntos de los lindos momentos, por lo que intentemos actuar tranquilos y dejar de lado los bardos innecesarios.
Ahora, sin nada que decir, espero verlos la próxima💕💕💕💕💕
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🥀My Strange Addiction🥀 Volkacio Fem [CANCELADA]
FanfictionNunca consumió droga alguna en su vida, jamás supo lo que era realmente vaciarse a algo hasta que probó sus labios. Había sido criada con todos los valores que Dios había dejado al ser humano para, al final de todo, terminar cayendo por su precioso...