— ¡Amor!… ¡Rápido! ¡Llegarás tarde al trabajo! — Gritó Nat desde la cocina mientras terminaba de dar los últimos toques al desayuno que había estado preparando toda la mañana para su pareja.
El tarareo enérgico sonaba dulcemente en el piso ocupado por los recién enamorados. Haciéndole sentir tranquilo y feliz en mucho tiempo, Luke aún no podía creer que estuviera viviendo con el pequeño estudiante, es más no tenía ni idea lo bien que se sentía vivir con la persona que quería. Con pesadez camino hasta la cocina para encontrar a su pareja de espaldas colocando los cubiertos —No quiero ir…— dijo quejumbroso — quiero quedarme contigo… — Murmuró abrazándolo por sorpresa por la espalda, sin duda este momento era su parte favorita del día.
— No seas un vago —Respondió con un fingido tono serio —Debes ir, además yo tengo clases. Ven, comamos…— Sentenció al tiempo que se dio vuelta para poder besar a su novio, de igual manera notó que este aún no se colocaba su corbata — Mírate, ni siquiera te terminaste de vestir…— Regaño juguetonamente — ven aquí…— alzó sus manos para poder ponerle correctamente la corbata; aunque sabía que Luke lo hacía apropósito, se había hecho una dulce costumbre desde el tercer día que comenzaron a vivir juntos — ¡Listo! Ya está. ven aquí…— sentenció jubiloso poniéndose de puntillas para dejarle un fugaz beso en los labios, observando la notoria felicidad de haberse salido con la suya — Ahora, come lobito…— aquel apodo le hacía derretirse, el menor lo había nombrado así después de una noche donde prácticamente lo había estado cazando cual lobo a venado, y todo con tal de hacerle el amor.
— A sus órdenes, mi amor — Respondió dulcemente colocándose en posición firme para después sentarse y empezar a desayunar.
Han transcurrido más de cinco meses desde aquel glorioso día en que sus vidas se cruzaron, más de cinco meses desde que Luke por fin se sentía realmente feliz. Muchas cosas habían cambiado, y todo el mundo a su alrededor lo notaba.
Ohm quizás ha sido el testigo principal de este cambio, había visto incontables veces a su amigo tararear una que otra melodía mientras revisaba algún documento, tampoco podría olvidar cuando lo vio bailando, bueno, intentando bailar mientras miraba por la ventana de su oficina. Luke era feliz, y todos se daban cuenta de ello, incluso él mismo se preguntaba constantemente si estaba soñando o no.
— Amor, te preparé más comida para la noche — anunció Nat suavemente, casi pasando desapercibido para Luke— como dijiste que hoy te quedarías trabajando en el nuevo proyecto — la voz firme del menor interrumpió sus pensamientos, alzó su mirada para encontrarse a su novio entregándole una caja mediana de comida — Te hice los rollitos de huevo que tanto te gustan. No te sobre esfuerces ¿lo prometes?...
Su preocupación despertó un sentimiento que quería acallar definitivamente, aquel sentimiento estaba ahí latente y pesando en los momentos menos esperados, tiñendo de negro su resplandeciente felicidad, la culpa sin duda es un sentimiento del que quería librarse. En todos estos meses, Luke no le había dicho absolutamente nada sobre su matrimonio y cada día se le hacía más difícil decir aquella verdad, por ello sus “reuniones de nuevos proyectos” no era más que una burda excusa para poder ir a “su casa” y pasar con “su esposa” fingiendo que nada ha cambiado, pero sobre todo evitando que llegara a sospechar de su relación extramarital o la existencia de Nat. Sabía que estaba mal, pero no encontraba la manera de cómo afrontar el tema con Nat.
— Gracias amor —murmuró acariciando la cabeza del menor — Vendré temprano en la mañana e iremos a comprar tus libros para tu proyecto, sí? — Su rostro formo una sonrisa fingida, tratando de disimular la culpa y tristeza en su voz. Hoy tenía que aguantar a su jodida esposa en lugar de pasar con su novio.
El pequeño estudiante asintió eufórico, después de unos momentos dejaron su apartamento, y como de costumbre el mayor lo dejaba a dos calles de la universidad, ya que el menor se lo había pedido para evitar el escándalo o que todos lo mirasen, a decir verdad, Nat no quería que nadie viera a Luke, aunque no lo aparentaba, el estudiante era demasiado celoso. Aquella petición lo había tomado por sorpresa el día que se lo dijo, a lo cual aceptó con gusto, pues eso les evitaría muchas habladurías de la gente. Y su relación estaría a salvo.
— Ten un buen día. Te quiero — musitó Nat dejando un fuerte beso en los labios de su novio, despidiéndose renuentemente de él, con un pequeño puchero se obligó a bajarse del carro e ir caminando hasta la universidad.
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— ¿Ya le dijiste? — Inquirió Ohm en tono bajo al ver a su amigo estaba perdido en el espacio, abstraído de todo lo que le rodeaba y sin prestar atención a su junta — tal parece que no…— concluyó rápidamente, rodando los ojos a modo de crítica.
— ¿Cómo se lo digo?... si se lo digo... él se ira… estoy seguro. El me dejará Ohm…— la pausa en cada palabra emergiendo de su boca dejaba palpar el temor y terror que le recorría al imaginarse perdiendo a Nat.
— Si te ama... él entenderá la situación, sin embargo, si no se lo dices lo más pronto posible él lo tomará como que lo estás ocultando a propósito — concluyó seriamente.
Su mejor amigo tenía razón, sabía que debía hacer algo, tenía dos opciones actualmente, divorciarse o contarle a Nat sobre su terrible matrimonio. Las dos opciones generarían consecuencias desastrosas, quizás grandes pérdidas para los involucrados por lo que quería pensar que se encontraba calculando los riesgos para obtener solo el mejor resultado y éste era, quedarse junto a Nat, de ello no tenía duda.
Un poco de tiempo y se lo diré. Se dijo tratando de volver su mente a la junta.
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Por su parte Nat estaba a punto de terminar las clases, ese día pasaría solo en aquel enorme departamento, ya extrañaba a Luke, pero debido a las innumerables veces que su novio debía concentrarse en sus proyectos se estaba acostumbrado, sabía que Luke era un hombre muy ocupado, y por ello entendía que no llegara a dormir una que otra noche entre semana, esas eran las noches más largas desde que vivían juntos, la mayor recompensa era que el mayor pasaba con él todo el fin de semana, con mucho pesar guardó sus libros en su mochila y así poder ir a casa.
— No tienen idea, Luke es un hombre tan grandioso…— La voz de Bass se podía escuchar por todo el salón de clase — se ve tan, pero tan sexy con todos los trajes que se pone… — suspiró dramáticamente — muy sexy, sobre todo esas corbatas…— Sin verlo sabía que se estaba abanicando el rostro. Nat rió para sí mismo, si tan solo su odioso compañero supiera que él era quien colocaba esas corbatas en su jefe, pero el menor no tenía ni una pisca de presumido, por lo que en silencio estaba a punto abandonar aquel lugar cuando le escucho hablar nuevamente — Estoy así de tenerlo en mi cama… confíen en mí.
— ¿Cómo estás tan seguro? Han pasado 5 meses y por lo que ha contado ni siquiera te ha mirado…— Habló otro compañero de clase.
— Dime solo un nombre, solo un nombre ¿quién se me ha resistido? — contraataco Bass cruzando sus brazos con superioridad, y bueno en eso tenía razón, ningún hombre lo había rechazado antes, para nadie era un secreto que entre sus ex parejas se encontraban médicos, ingenieros, abogados, etc — ese hombre estará comiendo de mi mano antes de que termine mi tiempo de pasantía…— Se jactó.
— ¿Por qué mejor en lugar de estar de zorra haces tu trabajo? — Los celos se apoderaron de Nat, sus puños estaban tan apretados que se estaba lastimando la piel con sus propias uñas — tanto presumías de haber conseguido la pasantía… es un trabajo serio, no el maldito burdel donde trabajas — Sus palabras resonaron fuertemente silenciando a los presentes, estaba realmente enojado y antes de que pudiera escuchar la respuesta de su odioso compañero, salió del aula con un fuerte portazo.
Completamente enceguecido por los celos, tan celoso que cuando fue consciente de ellos se dio cuenta que estaba por llegar al trabajo de su novio, se detuvo en seco frente a la puerta principal, no quería ser un niño, no quería causarle problemas innecesarios a Luke, el mayor no le había dado ningún motivo para desconfiar de él. Con un fuerte suspiro se dio la vuelta para ir a su casa.
— ¡AUCH! — se quejó antes de caer al suelo por un fuerte empujón, Nat escuchó la voz aguda de una mujer, su trasero había caído justo en el filo de una grada — ¡FÍJATE POR DONDE CAMINAS NIÑO! — Chillo iracunda la mujer
— Yo… lo lamento… — balbuceo una sincera disculpa que ni siquiera fue escuchada, cuando se levantó había perdido a la mujer de su vista, regresó a mirar a todos lados para disculparse correctamente, y ál encontrarla, la vio entrar al edificio en el que trabaja su novio, notó que era una mujer de cuidado, vestida con la ropa y joyería más cara que había visto, lentes oscuros y un caminar bastante presumido. Claramente se veía que era una mujer muy hermosa, su piel parecía de porcelana y su cabello era tan liso que estaba seguro era la envidia de muchas mujeres. “Si es una clienta de Luke, pobre de mí novio" pensó Nat mientras veía a la mujer adentrarse en el edificio, para momentos después dirigirse a su hogar.
Los minutos pasaban lentos cuando el mayor no estaba en casa, el empresario le había hecho renunciar a su trabajo cuando notó que la mayoría de noches se desvelaba haciendo sus tareas, no quería ser un mantenido, pero era verdad, el tiempo no le alcanzaba para poder descansar bien, y la gota que derramó el vaso fue cuando no tuvo el suficiente tiempo para entregar un trabajo, al menos su profesor era bastante comprensible y le permitió entregarlo fuera de tiempo por menor nota, aquella situación preocupó mucho a Luke y después de tantas suplicas y negociaciones, Nat había decidido renunciar, por lo que dedicaría la noche a adelantar trabajos y ver sus series favorita.
Al entrar al apartamento, se dio cuenta que no le había enviado su mensaje diario a su novio por lo que con una sonrisa pícara texteo.
[SMS TO LOBITO]
Como mi lobito va a estar muy cansado, te dejo esta foto para que te animes. Buena tarde. Ya te extraño.
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— ¡NECESITO DINERO! ¡TÚ NO ENTIENDES LO QUE UNA MUJER NECESITA PARA SOBREVIVIR! — los estridentes alaridos de “su esposa” estaban nuevamente retumbándole en los oídos, los típicos reclamos de “su mujer” no lograban calarle en esta ocasión, con el paso del tiempo solo quedaba el fastidio y el remordimiento de tomar decisiones apresuradas para evitar el escándalo.
— No sé por qué haces esto todos los meses, sabes que no te daré más dinero, ahora vete — Luke alzó su mirada, ni siquiera le molestaba la presencia de su esposa, sencillamente pensaba en el menor y su mundo se iluminaba.
Si mujer estaba a punto de gritar de nuevo y a su paso arrastrar lo que estaba en el escritorio, sus acciones se detuvieron cuando notó algo sumamente extraño, en el extremo del escritorio se encontró con una caja transparente con comida, claramente aquello contenía comida casera. Se abalanzo presurosa hacia la caja, pero antes de llegar fue frenada por Luke.
— Solo haces que pierda mi tiempo, vete a casa, nos veremos ahí — Luke lucía tan relajado sosteniendo la caja de comida, y hablándole de manera indiferente a la aguda mujer, sin embargo, por dentro los nervios se apoderaban de todo su cuerpo.
— ¿Qué es eso? — Cuestionó su mujer con curiosidad sin apartar sus ojos de la misteriosa caja, era la primera vez que veía algo así dentro de la oficina de su esposo.
— El novio de Ohm nos hace el almuerzo a él y a mi…, al menos alguien se preocupa de que coma y no solo me está pidiendo dinero — soltó con todo el sarcasmo posible, eso sin duda había sido un golpe bajo para aquella mujer.
— Nos vemos en la noche — dijo su esposa mientras rodaba los ojos, no era ninguna estúpida, un pequeño vistazo le bastó para ver que había una notita con forma de corazón pegado a ese envase transparente, rápidamente sacó su celular para marcar a una de sus mejores amigas — Necesito tu ayuda. Creo que Luke tiene una amante.