Días malos

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Annabeth despertó. Como era de esperarse, las pesadillas la habían acompañado la noche anterior y lo poco que había conseguido descansar no le fue suficiente. Volvió a cerrar los ojos. El ruido lejano de la ducha se esparció en el ambiente. Pronto, su cerebro comenzó a hacer lo que mejor le salía: pensar. En los últimos meses esto se había vuelto una maldición.

Los recuerdos más vívidos se reproducían una y otra vez en su cabeza, como cuando a su padre se le atascaban las viejas cintas VHS en el reproductor. Sintió su respiración acelerarse y su ritmo cardíaco aumentar. Se cubrió los ojos y notó que en algún punto había empezado a llorar. Y se sentía estúpida por eso.
Necesitaba a Percy.
Lo amaba tanto y, a pesar de los meses que pasaron, aún no se sentía segura sin él.
Todos le decían que no era el momento de hacerse la fuerte, que debía permitirse ser débil. Pero ellos no habían estado allí. No sé acostumbraron al olor a azufre y al ardor en los ojos. Annabeth no se sentía débil, se sentía ahogada. Petrificada. No podía imaginar un futuro en el que se sintiera mejor. Sus pesadillas funcionaban como un recordatorio de las muertes y el horror. 

Su recuerdo más doloroso era la ceguera. Fue perderlo a él, por esos escasos minutos que parecieron una eternidad. La frialdad y desorientación de la soledad.

En ningún momento su respiración se había regulado y abrazaba la almohada de Percy con fuerza. No pasó mucho más cuando sintió su abrazo. El efecto de su toque no fue inmediato, pero en pocos minutos Annabeth se tranquilizó.

Pasaban cada tanto, los ataques de pánico.

Debido a las guerras, el campamento brindaba un servicio psicológico a todos los semidioses que lo necesitaran, inclusive a los que creían no hacerlo. Percy y Annabeth en ningún momento se negaron a aceptarlo. Ambos sufrían pesadillas peores que las de un semidiós promedio (y eso es decir algo) que solían disparar los ataques de pánico. Fueron diagnosticados con TEPT*. Para Annabeth, los constantes flashbacks y la ansiedad fueron un desmotivante muy fuerte, aún no podía disfrutar de las actividades que antes encontraba atrapantes. Percy, en cambio, sufría con pesados remordimientos. Se echaba la culpa. De todo. La depresión parecía ser una ola que había arrasado con la esperanza.

Él le acarició el cabello que estaba algo desordenado y la abrazó.
-Arruiné tu día bueno, lo lamento.
La voz de Annabeth era suave. Percy soltó un intento de risa.
- ¿Aún no lo entiendes, Annie?-dijo- Ningún día es bueno si tu estás mal.
-Ya, pero hoy si era un día bueno. Hace semanas que no te veía tan convencido de dejar la cama, hasta tomaste una ducha!- continuó. La risa que se supone seguiría este comentario nunca llegó.
Annabeth se había vuelto funcional. Cumplía con su trabajo (a veces se obsesionaba con él)m pero Percy era todo lo contrario. Se sentía derrotado. Utilizado y sinceramente furioso. Despertaba pensando en lo injusto que era que los dioses los madaran a hacer su trabajo sucio y era en lo último que pensaba si es que conseguía dormir. En los peores días, Annabeth debía obligarlo a comer.
Ultimamente, los días buenos eran más comunes, aunque eso no los volvía menos especiales. Cuando Annabeth tenía un día malo siempre motivaba a Percy, pinchaba un poco la burbuja de depresión en la que se encontraba ahogado para ayudarla a nadar.
-Déjame intentarlo de nuevo-la miró a los ojos- Mis días son buenos por ti. Y sé que habrá muchos más, ahora lo puedo ver. Sé que en este momento tu no. Pero confía en esa parte loca de mí que cree que habrá un día sin pesadillas ni ataques de pánico. Hoy te voy a cuidar así como tú me cuidas a mí en mis días malos que, aceptémoslo, son más difíciles (no soy tan fuerte como tú).
-Tenemos que enfrentar esto juntos- le tomó de las manos y dijo:-júrame que me lo recordarás, en los días malos. Porque yo te lo recordaré siempre. Esto no será un fantasma más, ¿lo entiendes?

Ambos ya estaban llorando. Percy era muy consiente de que no sería fácil. Le encantaría sentir eso todos los días, darse un discurso motivador y que esa sombra no esté allí. Pero estaba. Y, a pesar de lo que Annabeth había dicho, este se había vuelto un día bueno.

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Hola! Espero que te haya gustado. Si es así, podes fijarte mis otros shots *guiño* *guiño*

Gracias por leer 💕

Feliz cumple @Sol_DL 💖🎂🥳

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