El Misterio Del Árbol Del Bosque

La carta de despedida: Primera hoja

¿Como empiezo esta carta? Supongo que no pensé hasta este momento que tendría ganas de dar mi último aliento en crear una estúpida carta, la cual sería responsable de posibles lágrimas de parte de mi padre. En fin yo se que con el tiempo el entendería que aferrarse a un estúpido pedazo de papel no tiene sentido, no es que crea que los que lo hacen son sólo idiotas que no saben mirar hacia adelante, sólo que hay un momento en el que te das cuenta que abrazar un recuerdo hasta tu último aliento, te da pocas opciones de mirar hacia un mundo lleno de posibilidades y alegrías, pero a la vez de tristezas y lamentables pérdidas, en otras palabras no te deja vivir. Desde que mamá murió por su enfermedad, mi padre se dejo llevar por el vicio del alcohol y se volvió menos sociable que antes, diariamente (siempre ebrio) me culpaba de lo mismo *Mataste a tu mamá* y otras cosas que salían de su boca que es mejor no detallar. Creer que llegue a vivir 8 años así, sólo me hace ver que mi mente fue lo suficientemente fuerte para no perder la cordura y volverse una mas de este mundo podrido de por sí. Cuando iba en 4to de primaria mi visión del mundo era muy distinta a la de un niño de esa edad, las muñecas y el maquillaje eran cosas que ya no entraban en mi cabeza desarrollada por culpa de un hombre que me culpaba y me insultada todos los días de la semana (exceptuando los sábados y domingos). Pensar en cosas normales de una niña de 10 años eran incómodas para mi, claro que tener novio tampoco era una opción, simplemente "todo me sabía a basura". Empecé a juntarme con varones más que con mujeres, jugaba juegos de varones, me vestía casi como un varón, llevaba uniforme de varón, etc. Tal vez por eso me llamaban marimacha en ese momento, o quizás sea porque muchas veces terminaba golpeando y haciendo sangrar a mis compañeros por una u otra razón, tal vez era el sentimiento de saber que podía defenderme y a la vez desquitarme con otras personas que no sean mi padre lo que me inspiraba a seguir siendo "un hombre", fue hasta la graduación de la primaria que me di cuenta de que había sido una ingenua total. No importa cuantos niños sean golpeados, no importa cuántas niñas lo sean, incluso no importa si prefiero comportarme como niño o como niña, mi padre siempre me culpaba de la pérdida de mi madre. Así fue como decidí pedirle a mi padre cambiar de escuela para la secundaria, el se esforzó por primera vez en algo que fuera bueno para mi, obviando el hecho de que por "mi culpa" su esposa había muerto. Empezó su búsqueda por un centro de estudio que estuviera al nivel del antiguo o incluso más, no es que yo esperara mucho ya que lo único que quería era empezar desde cero, supongo que lo hacia para remediar un poco de la infancia que me había jodido hasta éste punto. Un día finalmente vino con una ficha de matrícula, la cual llenamos juntos confirmando así mi ingreso ofixial a esa escuela, posteriormente volvió a irse y regresó con la típica lista de útiles. El colegio si mal no recuerdo tenia el nombre "Dios es vida", nombre común para un colegio católico siendo que este no lo era, era un colegio estatal pequeño donde por lo general estudiaban chicos y chicas de "todo el mundo", encontrabas en ese lugar, delincuentes, abusivos, desgraciados y una que otra persona que sólo estaba aquí para comenzar desde cero, como yo. Cuándo ingresé finalmente, todo había empezado, las chicas recién se conocían, al igual que los chicos. Yo por mi parte prefería estar sola o con la típica chica o chico "especial" del colegio ya que pasaría desapercibida, así pasó el primer año. Cuando regresé el siguiente, varios se habían retirado y otros seguían aquí pero en el salón anterior (habían repetido), yo sólo seguía hablándole a la persona con discapacidad y seguía siendo dejada de lado. Pensé que sería un año más el cual pasaría asi, pero entonces la conocí.

¡¡FIN DE LA PRIMERA HOJA!!