One-Shot - AU: [Protectora]

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Tipo: One-Shot [AU]
AU: Protectora
Contexto: Valeria Fenix muere durante una pelea con su hermano y se queda en el mundo mortal para cuidar de Joe. Una chica con dones especiales le informa de esto a Joe.
Palabras: 1145


La escuela era grande y parecía prestigiosa, o al menos lo suficientemente prestigiosa como para poder llamarla. Mientras pasaba por los pasillos notó que el lugar estaba lleno de vida, tal vez por eso habían notado cierta actividad: algunos espíritus se aferraban a la vida de otros en negación de la perdida de su propia vida.

Los espíritus eran aquellas almas que no entraban ni al cielo ni al infierno, por lo que se pasaban el resto de la eternidad deambulando hasta que encontraban un propósito o la oportunidad de renacer. Había algunas excepciones a la regla, como aquellos que salían de su lugar designado en orden de permanecer en el mundo mortal; a veces para proteger, a veces para dañar.

Siempre le causaba curiosidad cual sería el caso.

Se detuvo frente a la puerta para revisar que era el número correcto. Entró.

El profesor la presentó, pero no le prestó atención. La había visto.

Había nacido con el don de ver espíritus, aquellas almas desamparadas que se quedaban entre los vivos. Con el tiempo aprendió a separar a los vivos de los muertos: los muertos eran traslucidos, huecos y borrosos. La sombra de la vida. Por lo que no fue difícil destacarla.

Tenía su cabeza recostada en sus brazos sobre un escritorio al frente del salón; cabello largo y rizado, oscuro; ropas casuales, probablemente no esperaba su muerte. La posición en la que se encontraba le recordó a un espíritu que conoció en un bosque: se había perdido y ahogado en un río, pero aún así se enamoró del bosque y deambulaba con los conejos, cazaba con los zorros y dormía con los ciervos.
Pero había visto infinidad de personas así, lo llamativo de ella era su espalda.

Cuando un espíritu decidía quedarse con alguien, se convertía en un Protector. Al convertirse en uno se le eran dadas alas grisáceas con colores nunca vistos. Si bien la mayoría de Protectores se quedaban con un familiar, un amante o una mascota, algunos se aferraban a sentirse requeridos, a tener un propósito, y se convertían en Protectores de la primera vida que veían.
Siempre era fascinante el descubrir el porqué de un Protector.

El salón se silenció cuando se arrodilló. Era una buena táctica al acercarse a un espíritu: si eran soberbios se sentían alagados, si no lo eran no les importaba o les daba un sentimiento de comodidad.

–Hola –la Protectora apretó sus alas contra sí, como una especie de posición de defensa–. No te preocupes, no soy una amenaza.
La Protectora le dedicó una mirada desconfiada, pero bajo sus alas un poco. Le estaba dando el beneficio de la duda.

–¿Cuál es tu nombre? –no esperaba realmente una respuesta, los nombres normalmente eran guardados como un tesoro secreto. La prueba de la vida perdida.

Vio el movimiento de las alas y notó que estaban enlazadas al escritorio donde se apoyaba. En el estaba sentado un chico alto que no parecía prestarle mucha atención a diferencia del resto de sus compañeros, que tenían la mirada fijada en ella. Estaba haciendo algo en una libreta, por los movimientos de muñeca dedujo que estaba escribiendo. Se veía cansado y algo demacrado, notó que lo miraba y le dedicó un mirada neutral, escéptico a ella. Bajó su lápiz con la calma de un muerto, y ella sabía como se veía eso.

Volvió a la Protectora.
–¿Podrías decirme tu nombre?

Abrió sus labios y lo suspiró:
–Valeria.

Asiente lentamente.
–Bien Valeria –el chico se estremeció y vio en su rostro la primera emoción desde que llegó, aunque no pude descifrar cual era–, ¿te molestaría contarme como moriste?

Valeria estaba siendo muy cooperativa, pero aparto la mirada. Se removió en su sitio por unos segundos y finalmente dejó de mirarla de reojo. Volteo su cabeza en su dirección y apuntó a su cuello. Marcas de estrangulamiento, el atacante debía tener manos grandes para dejar tales marcas.

No era la peor causa de muerte que había visto, pero igualmente le dio sus condolencias. Valeria no le tomó importancia.

–Estás aquí para proteger a alguien, ¿podría saber quien? –Valeria recostó su cabeza en el escritorio nuevamente.
–A mi mejor amigo.

Le preguntó quien era su mejor amigo y Valeria levantó la cabeza y miró al chico del escritorio, quien tenía un semblante oscuro y su expresión... Por fin pudo leerla: era la expresión de alguien en duelo, alguien que estaba procesando una perdida.

–Joe... –Valeria puso su mano transparente sobre la de Joe, o al menos intentó ya que no pudo tocarla. Valeria empezó a sollozar y a murmurar una y otra vez una disculpa tras otra. Joe no podía mirar a su mejor amiga por lo que solo miraba hacia adelante, confundido.

–Te llamas Joe, ¿no? –las cejas del mencionado se levantaron, pero no hizo ningún otro gesto ademas de asentir– Valeria quiere que sepas que lo siente, que lo siente mucho.

Los ojos de Joe se abrieron inmensamente a la vez que lagrimas empezaban a rodar por sus mejillas, abrió su boca una vez pero nada salió de ella. Vio sus manos en silencio mientras su cuerpo daba pequeños espasmos propios del llanto.

Su trabajo solo era determinar si había algún tipo de espíritu en el lugar, entonces se levantó.
–Es un espíritu benigno, solo un Protector –le informó al profesor, el cual estaba confundido–. Es como lo que algunos llaman un ángel de la guarda, se encargan de proteger y acompañar a su protegido hasta su muerte. No causará ningún daño a aquellos que no dañen a su protegido.

Volteó a ver al tal Joe, quien seguía aturdido en su asiento.

–Todo estará bien –murmuró Valeria–, me volverás a ver eventualmente. Escribe tus libros, si puedes escribe los míos. Estaré contigo hasta que estés listo para partir, pero hasta entonces quiero ver a mi mejor amigo vivir su vida. ¿Harías eso por mí?

Empezó a tararear una canción que, asumió, tenía algún tipo de significado especial entre ellos. Aunque la gente ordinaria no pudiera ver o escuchar a los espíritus, podían sentirlos. Vio como Joe empezaba a calmarse lentamente.

Se debatió la idea de irse, pero sintió que debía decir algo más.

–Ella dice que todo va a estar bien –Joe levantó su cabeza para verla–. Te pide que escribas y que vivas tu vida, quiere que sepas que te acompañará hasta que estés preparado. Te pide que lo hagas por ella.

Joe asintió lentamente y dirigió su mirada a sus manos una vez más. Él no podía verlo pero su mejor amiga estaba arrodillada frente a él, deshecha en lagrimas con sus manos flotando sobre las suyas.

Alejó su mirada de la escena y se dirigió a la puerta sin mirar atrás. No era la primera ni sería la última vez que vería a personas darse cuenta que sus seres queridos seguían ahí, de una forma u otra.


Tengo esto terminado desde hace unas cuantas semanas, pero no me gustó tanto.
6.5/10, inicio prometedor, no tenía idea de como finalizarlo.

Si son observadores se habrán dado cuenta que en algunos videos se ve a Liam con un libro, el cual guarda rápidamente cuando alguien entra en la habitación. El próximo one-shot será acerca de eso c:

Publicado en: 19/10/2020

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