Capitulo 8:

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Rápido subo a mi auto lo enciendo, me quedo en la entrada de mi casa, esperando que ellos pasen para así comenzar a seguirlos.

Tome cierta distancia entre su coche y el mío, pues la calles son amplias y se podía ver que lo iba siguiendo, apenas nos adentramos al centro de la ciudad, Ryan acelero lo suficiente como para perderlo de vista, seguí derecho pensando que podrían ir en esa dirección y así era, estaciono la camioneta frente a un edificio, me acerque un poco mas y pude ver donde estaban, era un centro comercial; ¿Por qué llevan armas si solo van a un centro comercial? Pensé, estacione en el lado opuesto de la acera y me quede en el auto observando, veo que Steffan se baja de la camioneta seguido por ____________, se veía hermosa, -pero que estas pensando Bieber, concéntrate- ellos entraron al centro comercial y después de diez minutos salieron con cafés del Starbucks, -genial-dije en voz alta, lo seguí solo para ver que venían a comprar café.
Ryan se bajo de la camioneta y ayudo a _________ con los cafés que ella traía, después abrió la puerta trasera de la camioneta y le dio un maletín, ella lo puso en el suelo, y alcance a ver qué saco varios cartuchos y rápido los escondió entre su ropa. Se dijeron algo y subieron a la camioneta, pero antes Steffan volteo a ver hacia todas direcciones como para asegurarse que nadie había visto lo que _________ tomo del maletín. Se comenzaron a mover y yo detrás de ellos, claro dejando una distancia para que no sospecharan, seguimos avanzando hasta el punto de comenzar a salir de la ciudad. Íbamos ya por un camino de tierra cuando escucho dos balazos y mi auto comenzó a batallar para moverse. “esto no me puede estar pasando a mi” pensé, ¿me descubrieron?

NARRA ___________
Salimos de la casa y comenzamos a andar rumbo a casa de Carlos, escuchando música, platicando, jugando y acomodando nuestras armas en medio de la ropa para que no se vieran, pero a mitad de camino me dio un poco de hambre, así que tuve que pedir de comer algo.

“Este, ¿Ryan?” dije algo timida, terminando de acomodar mi arma en la cintura

“¿Qué pasa?” me contestó mientras bajaba el volumen a la radio

“De seguro tiene hambre, ¿verdad __________?” Steffan volteo a verme 

Reí “si, pero no hambre de comida, si no de, no sé cómo decirlo, hambre de algo dulce” 

“Yo igual, y si vamos a un Starbucks por café, seguro que eso es lo que ___________ quiere” dijo Adele

“¿Qué comes que adivinas?” le sonreí “entonces ¿si podemos pasar al Starbucks?”

“Si, ya casi llegamos a un centro comercial, yo quiero un café frio y una dona con chocolate” pidió Ryan

“¿Qué no te piensas bajar conmigo?” pregunte

“Ira Steffan contigo, nosotros tenemos que cuidar la camioneta por las armas que traemos.” Dijo Ettore 

“Esta bien pero si se me olvida que es lo que quieren no se enojen, ¿todos quieren café frío verdad, menos tu Adele, quieres un té helado no?” bufe

“Si por favor” Adele me sonrió-

“Anda ya ve por las cosas” me dijo Ryan, yo asentí y espere a que Steffan bajara y yo lo seguí- 

Tuve que bajar por el lado de la calle, ya que Ettore estaba en el lado de la acera y no se iba a querer mover, cuando me baje de la camioneta levante mi vista y me fije que del otro lado de la calle había un carro que se me hacía muy conocido, no le tome tanta importancia y seguí a Steffan dentro del centro comercial, fuimos al Starbucks hicimos fila, llego nuestro turno y ordenamos, pero mi adorado hermano no se decidía si quería un pastel o una dona, ¡Por Dios! Es más indeciso que yo, cuando al fin se decidió pagamos y a los minutos nos dieron nuestras cosas, las tomamos y salimos del establecimiento, al salir del centro comercial vi que el mismo auto seguía ahí, pero no podía recordar de quien era, Ryan se acerco a mí y tomo las cosas que yo tenía en las manos, me paso el maletín, lo tome y saque los cartuchos que estaban ahí, y los escondía al lado del arma que traía por si los llegaba a ocupar.

“Esos cartuchos son los tuyos ___________, los demás ya nos equipamos antes de salir de casa, solo faltabas tu.” Ryan dio un trago a su café 

Fruncí el seño “Y no se te ocurrió otro lugar para dármelos, estamos en un lugar público” dije molesta 

“Descuida, nadie nos está poniendo atención.” Dijo ryan y camino hacia su lugar en la camioneta

“Ninguna persona vio ____________, yo estaba al pendiente de eso, ahora vámonos, se está haciendo tarde y mama nos quiere para la cena.” Steffan abrió la puerta de la camioneta 

“Anda vámonos ya, sigo teniendo hambre.” dije con una sonrisa.

Subimos a la camionera y me sente otra vez en medio de Ettore y Steffan, comenzamos a andar, no nos faltaba mucho en llegar a nuestro destino, Ryan acomodo el espejo retrovisor de manera que yo me podía ver reflejada, ya andábamos por un camino de tierra solitario, y era más que obvio que esa carro negro nos venía persiguiendo. Alcance a ver a la persona que lo venía manejando y se me hizo conocido, hasta que puse la suficiente atención y lo reconocí, pero no estaba segura, así que gire bruscamente para poder identificarlo, haciendo que a Sttefan se le callera lo que restaba de su dona.

“_________¿qué te pasa?, ¿Por qué te volteas así?” Steffan me dijo molesto

Rodee los ojos instintivamente “Es que mira, ese carro”

“¿Qué tiene ese carro ____________?” pregunto Ettore viendo hacia la misma dirección que yo

“Lo vi cuando llegamos al centro comercial se me hizo conocido pero me dio igual y lo ignore, después cuando salimos del centro comercial ahí seguía, y es muy curioso que venga al mismo lugar que nosotros ¿no?” dije mientras hacia un mohín con la boca

“Tienes razón, y ¿ya te pudiste acordar de quién es ese coche?” me pregunto Adele

“Creo que sí, haber espera” dije y me pase a la parte trasera de la camioneta donde ya no hay asientos y me pegue al vidrio “es Justin, el hijo de Jeremy Bieber, maldito bastardo, lo mando a seguirnos.”

“¿Qué planeas hacer ___________? Recuerda que Justin es tu responsabilidad” Ryan acelero la velocidad de la camioneta

“Ahorita lo arreglo, ¿puedes abrir el quemacocos?” dije con una sonrisa triunfante.

L'art du meurtre et de l'amourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora