La fiesta

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        Llegaron al castillo del príncipe que era donde sería la fiesta.

- Marina, vos te quedas acá y no te vas, yo te llamo cuando te necesito.- dijo Lady Hertrudis entrando al salón.

        Marina se quedo en el pasillo parada en una esquina, cuando escuchó que estaban presentando al príncipe Jack.  Ella moría por él entonces se asomó para verlo. No podía creer lo que estaban viendo sus ojos, el apuesto príncipe era el joven que la había ayudado hace unas horas.

        Ya casi era media noche, Marina estaba sentada en el piso durmiendo, y entre sueños escuchó que su Señora la llamaba a grito pelado, ella se levantó y entró corriendo al salón donde la esperaba Hertrudis muy enojada.

- ¿Por qué tardaste tanto? - le gritó su Señora muy enfadada.

- Es que me quedé dormida y no la escuchaba. - le contestó  ella nerviosa.

- Bueno, ahora tu trabajo va a ser el doble, no solo vas a pulir el piso de mi cuarto sino que lo vas a hacer en todo el castillo, vas a lavar los platos, bañar al gato, limarme las uñas y no vas tomar el desayuno. ¿Te gusta? ¡Por llegar tarde! - gritó la Lady.

        Después de ayudar a su señora a acomodarse el vestido volvió al pasillo donde estaba esperándola Jack.

- Mi Señor... Siento mucho lo de ayer, soy una torpe - dijo Marina con una reverencia.

- Por favor, dime solo Jack, lo de ayer fue todo mi culpa - dijo el príncipe agarrándola de la mano. - ¿Bailas?-

        Marina y Jack pasaron el resto de la velada juntos. Hasta que llegó el final de la fiesta; vino Lady Hertrudis y muy enfadada agarró del brazo a Marina y se la llevó al carruaje que las llevaría a casa.

Te amo de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora