LA PRINCESA DEL PANTANO

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Eres hermosa, eres tan preciosa que ni siquiera puedo dejar de pensarte cuando quiero dejar de hacerlo, todo en ti es cómo cuchillos con filo brillante, me lastimas mientras me deleito ante tu belleza.  Tu cabello es un bosque que quiero explorar cada día de mi vida, tus ojos son lo único que quiero observar sin, por un instante, dejar de parpadear,  tus mejillas me suplican que las pruebe y tus labios me incitan a encontrar la gloria en un beso, pero no me atrevo a besarte porque mis labios se pudrieron esperando ser besado.

Te observo y no le encuentro principio ni final a tu perfección, eres la estrella que debería salir cada noche y el único rayo de sol que debería quemarme hasta caer en cenizas y diluirme en tu sangre, quisiera decirte lo perfecta que en realidad eres.

Mis labios, además de pútridos, sangran porque no puedo evitar morderlos para controlar  mis absurdas e intensas ganas de besarte, suelo mirar a otro lado sólo para comprobar que no hay algo más hermoso que tú cuando estás conmigo o ausente.

Quisiera que tus dedos acariciaran mi rostro, que tu cuerpo se fundiera con el mío, que me susurraras al oído partir al infinito y nunca jamás regresar, quisiera que dejaras de ser sólo aquello que deseo y te volvieras aquello que tengo y nunca cometería la torpeza de perder.

Quizá me enamoraré de alguien más en 4 días desde la última vez que te vea, pero de la forma en que yo te veo jamás alguien te verá, de la forma que yo me detengo a contemplar cada detalle en ti nadie lo hará, de la forma que te imagino al escribir esto nadie lo hará, porque ahora mismo te amo y así mañana alguien te arranque de mi corazón y tome tu lugar, siempre serás la protagonista en mi cuento ideal, lastimosamente yo tan sólo seré el triste enamoradizo que te observe desde la esquina más sucia de tu castillo.

Eres el ángel de mi desierto, la nube de mi firmamento, el suspiro en mis sentimientos y la debilidad en mi paraíso.

No tengo la osadía de confesarte lo feliz que me hace describirle al vacío en mi corazón lo perfecta que eres y lo bien que encajarías en él, soy un cobarde que se esconde tras una hoja de papel y te dibuja besándole mientras tú destruyes su mundo imperfecto y transformas cada pedazo en pequeños retazos de absoluta perfección.

Quizá, algún día me encuentre contigo, a lo mejor te bese en la mejilla y mi corazón ya no palpite con furia, tal vez tome tu mano y te muestre los millones de paisajes que siempre quise observar a tu lado y probablemente te diga "te amo" y descubra el firmamento en tu sonrisa.

No es la última vez que te escriba, no es la última vez que susípire pensando en tu gesto leyendo esto y, definitivamente, no es la última vez que pase horas pensando en tu manera de cautivarme con el simple hecho de existir.


Escritos de Cedrik GodrikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora