Pensé en voz alta. Como en esas películas que los pensamientos son escuchados por el que las ve. Simplemente lo dije por la mera inersia de mi lengua conectada_ o quisa no_ con mi cerebro. No lo quería decir. En realidad no se si fue un herror o hice bien en decirlo. No se si me dio seguridad, o me la quitó. Tampoco sabia como iba a reaccionar América. Aunque jamas me prestara atencion. Quisa esta vez si lo había hecho. Como quizás no. Cruce los dedos y espere una respuesta.
_Hagamoslo_ me miro y sonrió. Tomo mi mano de me arrastro hasta la puerta de madera que estaba habierta escaleras arriba. En el porche había unos chicos fumando. América los saludo. Nadie me dirigía la mirada. Entramos a la casa. Era moderna, aunque por fuera parecía una cabaña de la época media. Tenia muebles en tonos grises y negros, una gran pantalla plana y un equipo de música algo pequeño. Pero el sonido no venia de allí. Venia de otro lado. Sonaba muy fuerte y provocaba que mis oídos sumbaran. No podía distinguir de donde venia. Sin embargo a América no parecía preocuparme. Aun me tenia de la mano y miraba la pantalla plana fijamente. En la pantalla se veían peces, como si fuera una pecera. Se veía hermoso. Habla sobre algo pero no la escuchaba. No le estaba prestando atención y el sonido no me lo permitía tampoco.
Comencé a mirar la pantalla yo también. Ambas en silencio. Y era como si mirarla hiciera que el resto del sonido, las personas e incluso mis pensamientos y miedos, desaparecieran.
Estaba sumergida en ese mundo a parte dentro de la fiesta, mirando a la pantalla cuando América vuelve a arrastrarme.
_Mira, MIRA ESO_ corríamos de la mano como una niña y su madre por una juguetería. Íbamos en dirección a una mesa donde había bocadillos y algunas bebidas. Bueno, algunas es una bonita forma de decir. Desde CocaCola, Fanta, jugos, hasta tekila, ron, cervezas de distintas marcas, frizze, vino... Mi cerebro no podía recibir tanta información. Eran demasiadas cosas.
Estaba leyendo cada marca. Algunas las conocía por mi papa, le gustaba tomar una copa antes de dormir. Otras por amigos de amigos. Tíos de amigos. Pero otras no tenia mi la mínima idea de que eran. Y me preocupaba eso. América ya se había servido tres vasos de una botella de color azul. Aún no estaba ebria. Ella estaba acostumbrada a tomar, si yo tomaba esos tres vasos caía en coma alcohólico.
_Prueba_ me mostraba el vaso del líquido azul.
_No, no se lo que es.
_ Yo tampoco pero es rico
_Y que sabes sino tiene drogas.. O.._me interrumpió. Bailaba por el salón de la casa mientras cacareaba. Moría de vergüenza. Todos la miraban. No sabia si estaba ebria o no. En realidad no sabia si una persona en sus cabales podía hacer eso.
_Ya basta Am, deja de hacer eso... Todos nos miran.
_No hasta que bebas_ me arrimo el vaso.
_No América mo voy a beber de eso.
Y continuo. No paraba. Espere a que se cansara pero mo se cansó. Entonces le arrebate el vaso de la mano y bebí un poco.
_¿Feliz?
_No hasta que no lo bebas todo.
_No voy a beberlo todo.
_Esta bien, solo voy a contarte algo... Una vez que to grite "fondo blanco" se va a formar un circulo de chicos alrededor tuyo y hasta que no lo bebas todo de un tirón no se va a desarmar....
_Pero...
_FOND...._ Y no la deje terminar. Bebí esa cosa horrorosa hasta el fondo. Era un asco. Sentía como bajaba por mi garganta hasta mi estomago. Me quemaba. No hubiera querido ver mi cara pero había un espejo justo frente de mi. Tosi. Me ahogue. Y América reía. Y no paraba de reir.

ESTÁS LEYENDO
No revoluciones mi paz
RomanceA los 16 años solo deberíamos soportar el peso de los estudios y las hormonas en estado de descontrol. Nadie le había dicho a Emma lo difícil que seria enfrentarse al rechazo de sus padres, sus nuevos compañeros, y su primer amor. A veces hay que se...