En esa noche, hacía un frío tremendo, una madrugada helada.
De no ser por la gran cantidad de frazadas que tenía encima, probablemente su piel se hubiera vuelto pálida -aún más- y todo su cuerpo temblaría como gelatina.
Eran de esas noches terriblemente heladas, de esas que ni un café muy caliente y ni un suéter muy grueso podrían ayudar. Pero extrañamente a él le gustaban y estaba un poco acostumbrado.
Como cualquier humano de su edad, había pasado aquella "hermosa" etapa de la adolescencia, en la que sus problemas los veía del tamaño de una montaña y se ahogaba en un vaso de agua. Y, la única solución que el encontraba a sus problemas, era salir corriendo, para ir a cualquier lugar, y quedarse hasta tarde, muy tarde.
Con su corazón latiendo rápido, sus pulmones calientes, su garganta quemándole y las plantas de sus pies doliéndole como si fuesen atravesados por alfileres.
Pero nada de eso era impedimento para quedarse en donde sea que fuera hasta la madrugada, se había enfrentado a lugares peligrosos, horas altas y temperaturas muy bajas, por ello, el frío le traía nostalgia, satisfacción y... ¿Un poco de dolor?
Él no fue un mal hijo, de eso está seguro. Sus padres fueron los que le exigieron demasiado. Sí, fueron ellos. De no haberlo presionado tantas veces y tan intensamente, no hubieran hecho que él estuviera acostumbrado a esas heladas noches. No lo hubieran hecho recordar las terribles situaciones por las que tuvo que pasar.
O quizás está exagerando.
Después de todo, era un adolescente en ese entonces, todo lo que le pasaba alteraba su vida inevitablemente, cualquier cosa parecía el fin del mundo. Aunque no lo era.
De cualquier manera, los culpables de esos recuerdos y sucesos no eran más que sus padres y su torpe mentalidad junto con su pobre madurez de ese entonces.El sonido de golpes en la puerta le impidieron terminar de reflexionar.
Haciendo caso omiso de los golpes, se quedó acostado en su cama. Uno, dos, tres y cuatro golpes más, y ésta vez con más intensidad.
¿Qué es lo que querían a esa hora? ¡Por el amor a todo! ¡Son las dos de la mañana!
De manera enfadada, apartó las colchas de su cuerpo. Y, descalzo, se dirigió hasta la puerta principal, girando el picaporte para observar finalmente la persona que interrumpió su momento de reflexión y nostalgia.
Frente a el, se encontraba aquél chico pelirrojo que tanto odiaba, Ichigo Kurosaki.- ¿Qué es lo que quieres?- Comentó el joven somnoliento y enfadado, con marcas de almohada por todo el rostro.
- ¡Llevo tocando la puerta desde hace minutos! ¿Eres sordo o qué?- Gritaba el chico, que aún se encontraba afuera del departamento. Pasando por alto las marcas del joven, que pudo haber sido razón suficiente para burlarse de él.
- Soy pianista, por ende, no estoy sordo. ¿Tu sentido común quizás no puede decirte que... no quería abrirte?- Respondió con ironía el chico, y agitó su cabello despeinado.
- Qué graciosito. ¿Me vas a dejar pasar o qué Conde Drácula?- El chico cruzó los brazos e hizo una mueca de enfado.
- Por lo menos límpiate las patas antes de entrar, animal.- Se apartó Ulquiorra de la puerta, haciendo que Ichigo entrase y tuviera que cerrar la puerta.
- A ver cuándo vas a la playa y te asoleas, me empiezas a dar asco.
- ¿Por qué viniste?- Preguntó finalmente el joven, quién parecía estar ya muy cansado y con poca paciencia.
- Aizen me envió.- Suspiró el joven y rascó su nuca, para después proseguir.- A darte una noticia, específicamente.
- ¿Y esa noticia es... ?
- Inoue Orihime aceptó la propuesta.
Sus ojos se abrieron.
Así que finalmente esa mujer iba a dar el siguiente paso.- ¿Y era realmente necesario que vinieras tú a esta hora a decirme?- Respondió Ulquiorra con indiferencia. Tratando de disfrazar su sorpresa con la misma.
- Fueron órdenes de Aizen, si tienes alguna queja, díselo a él directamente.- El chico de cabello anaranjado sonrió triunfante.
- Tengo muchas.- Comentó secamente.- ¿Y por qué vienes a decírmelo a mí?
- Yo tampoco estoy bien informado, me supongo que quiere que participes en la producción de la película, como siempre, en la banda sonora.
- ¿Y tú haciendo papeluchos de personajes clichés y estúpidos?
- Así es. Parece que Aizen quiere hacer de esto una tradición.- Bufó molesto el muchacho.
- ¿Y cuándo comenzará con todo lo demás?- No hizo ningún comentario por la anterior afirmación del chico, ya que, por primera vez, estaba de acuerdo con el mismo.
- Mañana mismo.- Su mirada cambió a una con un atisbo de seriedad.
- Al parecer está muy animado con esta historia. Quizás y no cambie nada, y siga siendo un director de cuarta.- Mencionaba el muchacho sin ningún pudor.
- Pues, para los demás artistas él es una gran estrella y un ejemplo a seguir, pero no están mas que equivocados. Pero, ¿Quién no podría tacharlo de una persona bondadosa? Después de todo, impulsó a Tia Harribel en su carrera como cantante, y ahora está en la cima.
Y también donó una gran cantidad de dinero a múltiples fundaciones y campañas contra enfermedades desconocidas.
La reencarnación del ángel más puro y bondadoso.- Desahogó sus pensamientos con sarcasmo y mucha saliva. Para después dar una gran bocanada de aire.¿Qué estaba sucediendo? Por primera vez, parecía que estaba de acuerdo con la opinión de aquél chico sin cerebro de Kurosaki.
- Creo que es hora de que te vayas. Has cumplido tu misión, bestia, ahora salte de mis tierras. - Señaló la puerta principal con el dedo índice.
- Está bien, está bien. Tendré encajados tus colmillos en mi cuello si no me voy ya.- Dio media vuelta y giró la perilla, abriendo la puerta.- Y no era mentira sobre lo de la playa; si no te apresuras, te confundirás con tus paredes blancas.
Ulquiorra sólo se limitó a mostrarle el dedo corazón con mucho orgullo. Y sin más; aquél chico molesto, se fue del sitio, cerrando la puerta.
Se quedó parado por unos minutos más, sobre aquella alfombra color marrón, mirando a la nada.
De nuevo estaría involucrado en la banda sonora de un film. Si seguía con eso, su reputación se vería manchada.
Ya llevaba colaborando con Aizen en muchos otros proyectos, no quería que lo vieran como la mascotita o el fiel seguidor del mismo. No quería rebajarse a algo como eso.
De no ser por ese maldito trato con él, no estaría en esa situación.
Teniendo que crear nuevos temas para películas de cuarta, sin ni siquiera chistar o quejarse.
¿Valió la pena?
Era la vida de tu hermana, Ulquiorra.
Pero ella de igual manera terminó muriendo, no cambió absolutamente nada. Con o sin ese trato, hubiera muerto de todas maneras.
Pero se sentiría culpable, porque no habría intentado algo para cambiarlo.
O quizás no, podría haber sido un inhumano, sin haberse preocupado en lo absoluto por la grave enfermedad que tenía su hermana, que estaba haciendo que se muriera lenta y dolorosamente.
Pero, de haber sabido que no cambiaría nada, que su "destino" era la muerte ¿Aún así lo hubiera hecho?
Probablemente sí, aunque, más por razones egoístas que para ayudar a su hermana; para sentirse bien consigo mismo.Comenzó a marearse, y decidió volver a la cama.
Se tambaleó hasta su habitación, desplomándose en su amplia cama boca abajo.
No tenía que pensar en todo eso, no en ese momento, al menos.
Después de todo, mañana tendría muchas cosas que revisar y planear.
Aizen lo trataba como su esclavo, después de todo.
Y, deseaba con todo el ardor de su alma que, por lo menos en esa noche, pudiera descansar sin tener la muerte de su hermana en mente.Continuará~
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Las cosas van muy leeentas, lo sé, pero es para dejar la historia sin huecos argumentales.
Ya habrá más acción entre Orihime y Ulquiorra a partir del próximo episodio. 😏 (¡Que yo también ya quiero eso!)
Acepto comentarios, quejas y sugerencias.
Que tengan un lindo día.
Saludos~ ❤️
ESTÁS LEYENDO
My Only Hope » UlquiHime
Fiksi PenggemarInoue Orihime, una joven adulta de 21 años que, su vida da un giro de 360 grados al convertirse en la dueña del libro más exitoso del momento, "Insomnio". Después de una serie de sucesos, se encuentra extrañamente con un pianista que no creía que s...