•SeokJin•

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El invierno se acercaba. Y se notaba en cada detalle de el campo extenso y colorido.

Pequeños animales correteando por el campo, haciéndome sentir pacífica, haciéndome sentir en casa.

A mis espaldas estaba él mirándome fijamente y aunque no lo estuviera mirando se que tiene una de sus hermosas sonrisas en su rostro.

Giro y por inercia sonrío al verlo, apoyado en el auto mientras tiene sus manos en su casaca negra que le regalé el año pasado, desgastada por las veces que lo usó, su favorita.

— ¿Ya nos vamos?

Dice con voz cautelosa mientras observa como poco a poco me acerco a él, con pasos firmes y cortos. Sin decir nada sigo con mi caminata y me detengo cuando quedo cara a cara con él.

— Ya nos vamos

Le respondo con voz decidida entrando a el auto seguido por él.

Mientras observo por la ventana el extenso campo y los enormes árboles, recuerdo el día en el que lo conocí.

Un 18 de Enero, si me preguntan ¿Cuándo lo conocí?, te diré una hermosa tarde soleada del 18 de Enero.

Los autos pasaban de forma regular por la carretera, mientras yo caminaba por la vereda, a mi costado la Playa en su máximo esplendor.

En esta se podían escuchar risas, la gente se divertía y era feliz. Por pura curiosidad entré a la playa, procurando que mi mochila esté bien acomodada y de no ensuciar la.

Escuchar a las olas chocar con la arena era relajante.

No te mentiré, nuestro encuentro fue algo cliché, pero, solo basta que él y yo estemos juntos, solo basta eso, y se vuelve único para ambos.

Mientras miraba el sol y las olas, él se acerco a mi.

Y en ese momento mi vida giró 360 grados.

En todo el trascurso que él y yo estuvimos juntos, fue hermoso.

No sabía de lo que me estaba perdiendo, ya que antes yo era de esas personas que preferían estar en casa viendo películas a ir a un bar a bailar y tomar.

Me enseñó nuevos sabores, experiencias y lugares.

Y mientras experimentaba todo eso con él, me iba enamorando poco a poco.

De su sonrisa, de su risa contagiosa, sus chistes, que, son tan malos que dan risa, su cabello negro sedoso que me encanta acariciar, sus ojos que brillan cada vez que me miran haciéndome sentir única y amada. Seguiría diciendo cada cosa que amo de el pero tardaría mucho, amo cada parte de él.

¿Ustedes alguna vez sintieron terror de perder a esa persona de su vida?, de darse cuenta que se volvieron dependientes a esta y cada vez que pasan un momento juntos no puedes evitar sentir tristeza por que puede que un día se valla y no vuelva.

¿Si?

¿No?

Bueno, eso pasaba conmigo, sentía que, si hacia un movimiento en falso lo perdería, se alejaría de mi y no volvería a verlo, como los demás amigos que tuve.

Ese sentimiento no solo lo tuve con él, también lo tuve con mis familiares. Soy una persona insegura que necesita que le digas que la amas todos los días, todas las mañanas y todas las noches.

Pero, esas inseguridades se iban cuando en sus ojos miraba ese brillo que conozco muy bien, el brillo que yo también tengo en mis ojos al mirarlo.

Pero... ¿Qué tanto me amas? ¿Me amaría sabiendo los miedo que tengo? ¿La ansiedad? ¿Lo harías?. Esas preguntas rondaban por mi cabeza, lo sé, aún no éramos nada, solo amigos.

Pero eso no impedía que mis dudas crezcan y se incrementen.

Un 26 de abril, estábamos en la playa, la misma donde noche conocimos, pero esta vez de noche, viéndose reflejado la luna en el mar, haciendo una paisaje espléndido ante mis ojos.

— ¿Deberíamos de irnos? — Observo como comienza a ver la hora en su celular — Son las 9

— ¿Te quieres ir? — le respondo con otra pregunta mirándolo fijamente.

— La verdad, no, estoy bien — dice sonriendo, haciendo que por inercia yo también sonría.

— No tengo ningún problema en quedarme

Digo con suavidad volviendo a dirijas mi mirada el mar, siento que me está observando, eso hace que me tense en respuesta.

Su risa se escucha a mis espaldas, pero la ignoro, continuando mi deleite a la luna, admirando su hermosura.

— Hey

Se acerca a mi quedando cara a cara.

— Que paso? — me veo toda tranquila, pero en realidad ya me hice pis por la cercanía de ambos.

En ese momento te declaras. Amor, se que me dijiste un montón de cosas, un montón de palabras hermosas hacia mi persona, pero solo se me quedaron grabadas las palabras "Me gustas".

Esas palabras causaron un estruendo en mi interior, sabía que tenía una gran sonrisa plantada en mi rostro.

Nos besamos, es esa noche, ante la luna mostrándole el cariño que nos teníamos.

Ese fue sólo el comienzo de una relación alocada y sin filtro, cuando comenzamos a tener más confianza llegamos al punto de tirarnos un pedo y solo reírnos, o un eructo. Es algo normal del cuerpo humano, y si quiere salir que salga.

Y en ese momento supe, que todas mis antiguas relaciones eran superficiales, con obligaciones y estereotipos.

Por que tú y yo tenemos una relación amena. Por que, las relaciones amorosas deberían ser como "mejores amigos" pero más, mejores amigos pero con un paquete ilimitado de besos, placer y caricias.

Sin ese estereotipo de "el hombre siempre paga en las citas", los estereotipos apestan, son terribles.

En ese momento, aprendí lo que es una relación sana y unida. En ese momento comencé a amarte.

No explicaré cómo fue nuestra primera vez por que eso sería hablar de más, tu y yo sabemos como fue y lo apreciamos.

Con el paso de los años comenzamos a vivir juntos, dividir la renta de el departamento. Me acostumbré a verte todos los días en ropa interior, a levantarme tarde y encontrar mi desayuno en el comedor junto con una nota que decía "Cuídate linda, te amo".

Y que todos los domingos nos pongamos a hablar sobre cómo nos fue en toda la semana y las cosas graciosas que nos pasaron.

Y ese día en el que me dijiste que iríamos a ver a tus papás, no sabes el miedo que sentí, por que tal vez no me acepten como tu novia y eso sería fatal. Pero con besos y caricias me calmaste.

Y estamos acá, tú conduciendo por la grande carretera, a mis costados el pasto con arboles y el sol en su máximo esplendor.

— Jinnie..

— ¿Si linda?

Dices deteniéndote en frente de la grande cada de mis suegros.

— ¿Me amas?

Digo sabiendo de sobra la respuesta, pero no quiero parar de escuchar la.

— Claro que te amo

Dices para después darme un beso en los labios.

Y mientras caminamos en dirección a la gran casa, yo le entrego mi corazón.

Lista para lo que nos espera, lista para amarte toda la vida, por que tengo la suerte de encontrar te, amarte, y te juro que no te dejaré ir.

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𝙲𝚘𝚕𝚘𝚞𝚛𝚏𝚞𝚕𝚠𝚒𝚗𝚝𝚎𝚛 ఌ︎

Imagina con BTS (One shots)Where stories live. Discover now