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Madame Pompfrey insistió que Harry se quedara ahí por el resto de la semana y Harry accedió, con la única condición que no tirará los restos de la Nimbus, sabía que no había forma de repararla pero Harry quería atesorarla. Delilah se recuperó más rápido que él, tuvo que volver a tener el brazo en un cabestrillo pero no le molestaba mucho y aunque pudo salir días antes que Harry, ella decidió permanecer a su lado.

Mucha gente fue a visitarlos, el equipo de Gryffindor, ahora Wood incluido, fueron a consolar a Harry, fue lo mismo con el equipo de Hufflepuff, incluso el capitán, Diggory, le trajo un ramo de flores a Delilah.

Susan, Hannah, Justin fueron a visitar a Delilah; sin embargo, las personas que más fueron eran Ron y Hermione, los cuales se quedaban hasta que Madame Pompfrey los corría; era en la noche que empezaban los momentos preferidos de Harry.

Durante el día siempre había gente visitándolos y algún que otro niño con dolor de estómago o accidente en clase de pociones, sin embargo, ellos eran los únicos que permanecían de noche en la enfermería.

Estar solo con Delilah lo ponía nervioso, pero, también encontraba una sensación de paz, como cuando iban al parque de noche a jugar en los columpios o cuando se hospedaron antes de entrar a la escuela y recorrían el callejón Diaggon. Harry no sabía desde hace cuanto tiempo tenía este sentimiento en el pecho, el cual solo se activaba cuando pensaba en ella, creía que había empezado aquí en Hogwarts, pero momentos así, ellos dos solos, le hacían darse cuenta de que esto podía tener mucho más tiempo.

Delilah era hermosa, pero no era la forma como se veía que hipnotizaba a Harry, no era su nariz gruesa y redonda o sus labios gruesos, casi rojos, no era por la línea suave de su mandíbula o las pequeñas pecas en sus mejillas; Delilah era hermosa por la forma en la que sus ojos se cerraban cuando sonreía, o como nunca podía peinarse sin que unos rizos se soltaran, por como sacaba la lengua cuando intentaba concentrarse.

Harry siempre la había considerado hermosa desde que vivían en Privet Drive, cuando le faltaron dientes y tenía el cabello cortado en mechones de diferentes tamaños simplemente porque un día le dieron ganas de cortárselo ella misma, pero Harry no podía decir nada de esto, sí, Delilah era hermosa, pero eso no significaba nada, Hermione también era linda y no quería decir que le gustará, pero, muy dentro, Harry sabía que era diferente.

Se le quedó viendo unos segundos, ella estaba con su mirada en la entrada de enfermería, como si esperará que alguien llegará.

- ¿Si sigues aquí?- pregunto Harry sacándola de su trance- ¿Todo bien?- Delilah lo miro con esos ojos grises oscuros y Harry sabía que si ella lo decidiera, podría destruirlo con una sola mirada.

-Sí, solo...-negó con la cabeza- No es nada- terminó diciendo, pero Harry sabía a quién Delilah esperaba: Draco no había ido a visitarla ni una sola vez.

Eso es lo que Harry temía, que Delilah se encariñará de esa serpiente y como siempre, él terminaría apartándola, alejándose y lastimándola. Pero no diría nada al respecto, porque si Delilah no quería hablar de ello, no la presionaría.

-¿Pensando en Quidditch?- le preguntó él cambiando el tema- Ninguno de los dos podrá jugar en un rato- exhaló

-Sí, eso es triste- dijo Delilah, estaba sentada en la misma cama que Harry pero en cada uno en un extremo, ella estaba sentada con una pierna colgando a un extremo de la cama- Mi primer partido y me lastimo, que basura- se burló

-Y es porque estás loca y te lanzaste al vació- le recordó Harry pero también estaba riendo

-Ah ¿Así que debía dejarte caer?- le preguntó ella ofendida- Te salve la vida ¿Y así me lo pagas? Traición Potter- Delilah le dio una ligera patada para intentar hacerlo caer.

Delilah Jolet- 1 (Harry Potter & Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora