EGO

Capítulo 5: New Divide

Saint miraba por la ventana del auto aquella zona rural, grandes montañas, caminos de tierra y largos campos llenos de árboles de mandarina, quizá Bangkok no se comparaba a las grandes metrópolis de Asia pero era una ciudad que se defendía, él raras ocasiones visitaba zonas rurales tan alejadas. Ahora debía pasar un mes entero en una comunidad cercana a la ciudad de Chiang Rai, la cual se se ubicaba al norte de Tailandia, era una provincia montañosa.

—No luces muy contento. —Poppy comentó con una burlona sonrisa mientras miraba por el espejo retrovisor como el menor se hundía en el asiento trasero. —No te preocupes se te va pasar rápido el tiempo aquí.

—Lo dudo. —Musitó con un gesto de enfado mientras se acomodaba los lentes negros.

Después del atentado Max regreso de su viaje de Singapur, tuvo una reunión muy agresiva con Mr Pruk debido a que ese tipo de eventos estaban prohibidos, fue perdonado simplemente porque el evento comprobó que existía un traidor dentro de sus propias filas, ya que la decisión de asistir fue precipitada y la planeación fue finamente planeada. Poppy y Joss volvieron a ser los guardianes de Saint mientras que Zee fue enviado a una misión como castigo además de encargarse de encontrar al traidor. Para proteger al heredero menor del clan MingEr este fue enviado a un sitio desconocido.

—Si dejas de hacer ese puchero prometo contarte todas las historias del pequeño Pruk. —Una sonrisa se dibujó en los labios de Joss al ver como Saint giraba el rostro sorprendido. —Mark, Poppy, Zee y yo crecimos en este sitio, es nuestro hogar.

—Éramos los chicos malos de la zona, desde pequeños nos metimos en problemas. —Agregó con una pícara sonrisa el copiloto. —Con algunos amigos formamos una banda llamada Domundi, cada año en la cosecha nos metimos a robar las mandarinas de algunos plantíos, éramos un un total dolor de cabeza para nuestras familias.

El heredero se quitó los lentes atento a escuchar las anécdotas de un pequeño Zee, más animado miró a su alrededor, su hermano le había prohibido despedirse de sus amigos, a quienes no les pudo decir a donde se iba. Aquella situación lo tenía en mal estado pero lo que realmente le preocupaba había sido el problema en el que metió a P'Zee, hasta ese momento su hermano no había dicho palabra alguna sobre su "inusual relación", aunque era un secreto a voces, pero después de lo sucedido dejó en claro que debían terminar y que no toleraría más errores.

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El sonido de una palma estampado con una mejilla resonó por todo el salón, los presentes desviaron la mirada ya que el líder del Clan en Tailandia acababa de golpear al líder de su guardia personal, su mano derecha y hombre de alta confianza, todo porque había cometido un error de principiante, un mal juicio que quizá pudo causar una tragedia.

—Pensé que eras más listo y que tu lógica estaba por encima de la calentura de tus pantalones pero está claro que me equivoque. —El líder le grito mientras lo barría con la mirada. — Te comportaste como un tonto adolescente tratando de "cumplir el capricho" a tu amante.

Zee mantenía la barbilla levantada con la vista perdida en algún punto lejano, sus manos estaban puestas en su espalda, las crueles palabras dichas por el líder eran ciertas, un golpe sobre sus rodillas le obligó a caer al piso de rodillas y una mano jalo su cabello hacia atrás. Max acercó su rostro para sujetar con la otra mano la barbilla de Zee.

—Solo te recuerdo que eres un juguete de media noche para mi hermano. — Le escupió furioso, estaba decepcionado de su actitud tan infantil. — No olvides tu lugar.

Saint dio un par de pasos hacia adelante para detener los actos de su hermano pero Poppy y Joss se interpusieron en su camino.

—No eres más que un simple perro guardìan que solo tiene un maldito trabajo, proteger a su amo. —Las manos de Max presionaban con fuerza la barbilla del menor quien no se inmutaba por los insultos. —Si estas cansado de ser un perro solo debes decirlo para cortar tu cabeza y entrenar a uno nuevo.