CAPÍTULO 1

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GIANNY 17

Candy miraba la plateada urna mientras la lluvia caía afuera de su departamento, había estado en ese mismo estado por al menos cuarenta minutos y empezaba a sentir el frio del ambiente sobre su piel. Suspiró o al comprender que aquello no la iba a llevar a ningún lado y poniéndose de pie caminó hasta la cocina para poder servirse una copa de vino, observó el líquido y mientras lo balanceaba dentro de la copa de cristal, se concentró en escuchar las gotas que golpeaban su ventana.

"Intenta salir de viaje, tal vez eso te ayude a que tus ideas regresen"

Le había dicho su publicista al verla pasar por uno de los peores momentos de su carrera y no es que no se vendieran sus libros, al contrario estaban de moda entre el público infantil y juvenil y lo seguirían estando por al menos una larga temporada. El problema era que estaba atravesando el peor bloqueo de escritor de su corta carrera y ya iba a cumplir un año dentro de un mes y por lo que se observaba le iba durar una buena temporada.

Se llevó la copa a los labios y mientras bebía de ella sintió el vibrar de su móvil sobre la mesada de la cocina, suspirando de manera cansada tomó el aparato y llevándoselo al oído atendió la llamada.

---Dime.- Habló en un tono suave.

---Señorita White.- La voz de la mujer del otro lado sonaba muy emocionada.- La casa ya está amoblada, terminaron de hacerlo hoy en la tarde solo falta los muebles del jardín y termino mi trabajo con usted.

---Gracias señorita Park.- Agradeció más por compromiso que por felicidad.- Saldré mañana al medio día y espero llegar a Vermont antes del anochecer .

---Perfecto, la estaré esperando en el aeropuerto para guiarla a su nuevo hogar.

---Gracias.- Y sin decir más colgó la llamada para seguir bebiendo el dulce licor.

Ya no podía seguir posponiéndolo más, era hora de ir, hacer lo que tenía que hacer y acabar con todo aquello de una buena vez.

Ooooooooooooooooooooo

----Tus llaves están en la mesa de comedor.- La dulce voz hizo que Terry sonriera y colocándose su chaqueta fue a buscarlas.- Ya vete que sabes que odia esperar.

---OK, voy saliendo.- El castaño las tomó y retirándose del aquel lugar abordó la camioneta negra para después dirigirse al aeropuerto en busca de la ansiada visita.

Treinta minutos fue lo que manejó hasta el moderno lugar, para después de estacionar su vehículo dirigirse hacia la puerta de ingreso y esperar pacientemente.

Mientras chequeaba su móvil se percató como los pasajeros del último vuelo aparecían para ser recibidos por amigos o familia, negó divertido al imaginarse la respuesta del recién llegado al verlo esperándolo en lugar de una bella y sensual mujer. Pero poco le importaba, iba a cumplir su tarea de llevarlo de frente a casa sin hacer ningún pare innecesario en el camino.

Y mientras miraba como la gente sonriente saludaba a los suyos, se percató de la delicada figura femenina que se balanceaba frente suyo, dejó de respirar al verla y por un momento se olvidó del motivo que lo trajo hasta ahí.

Su hermoso cabello dorado flotaba a cada paso que daba dejando ver el níveo rostro de la mujer, aquel par de ojos verdes nunca antes vistos por esos lugares lo cautivaron, ella aunque cubierta por el negro abrigo de lana dejaba ver sus exquisitas y refinadas curvas de su cuerpo y mientras el sonido de sus altos tacones resonaban en todo el lugar, bastó para llamar la atención de varios de los presentes.

Terry la miró perplejo y sin querer una sonrisa suya se formó en su rostro cada que ella se acercaba más a él, sintió un extraño nerviosismo cubrir su cuerpo y sus manos empezaron a sudar, peinó su cabello disimuladamente mientras la veía caminar de forma sensual.

----Señorita White por aquí.- La voz a su espalda lo hicieron girarse y poco después ver la figura de la guapa mujer pasar por su lado para encontrarse con la otra que había hablado hasta hace poco.- ¿Todo bien en el viaje?

----Si.- El ronroneo que salió de esos labios lo hicieron estremecerse y sin querer nuevamente se encontró sonriendo.

---White.- Repitió con suavidad mientras la veía alejarse.

----¿Qué haces?.- La conocida voz lo hicieron girarse de manera exagerada y dejando caer su móvil lanzó la grosería. - ¿Qué te pasa?.

----Nada.- Rápidamente el castaño recogió el móvil y acercándose al recién llegado lo abrazó .- Bienvenido hermano.

----Tanto tiempo sin verte.- El rubio respondió de la misma forma.- ¿Cómo están en casa?

----Esperándote.- Después de separarse ambos empezaron su andar hasta el vehículo y después de abordarlo se dirigieron hasta su hogar.- ¿Qué hay de nuevo?

----Compraron un perro.- El rubio sonrió ante la noticia.

---- ¿Qué raza esta vez?

----Un husky siberiano.

----Vaya.- El rubio buscó entre sus pertenencias y sacando un paquete se lo entregó al castaño.- Esto es para ti.

----Me compraste un regalo, que lindo.- Se burló  mientras tomaba el presente e intentaba no chocar con otro auto. - Gracias primo de mi corazón. - Lanzó el regalo hacia el asiento de atrás.

----Estuviste llorando por esto la última vez que vine.- Terry guardó silencio y mientras paraba el auto meditaba lo escuchado.

----Me compraste...¿tú me compraste el último libro de Harry Potter?.- Hablo en tono bajo.

----Fue vergonzoso hacerlo pero...te lo mereces.

----Joder Albert.- De pronto el cuerpo de Terry se estiro hasta el asiento donde había arrojado el paquete y tomándolo empezó a descubrirlo con mucho cuidado, cuando el libro quedo expuesto la cabeza de Terry se movió en tono afirmativo y acariciando su impecable portada lo volvió a envolver.- Esta muy bueno el presente.

----No sé porque te gusta eso.- Le reclamó mientras se acomodaba en su asiento.- No sabes la vergüenza que pase comprándolo...¿No puedes buscar otro pasatiempo?

----Los leo porque considero entretenida la trama y muy bien escrita la obra.

----Deberías leer libros para hombres.- Le espeto el divertido.

----Harry Potter es para todo público.

----Naaa...creo que criar a tantos perros te está afectando.

----¿Debería dejar de hacerlo y dedicarme a lo que haces tu?.- Le soltó en el mismo tono del rubio.

----No, el viejo me mataría si se entera que bromee con eso.

----Por ahora estoy bien.- Le dijo muy sereno.- Pero algún día saben que tendré que irme.

---Si.- Y asintiendo ambos, siguieron su camino.

Al cabo de un tiempo el auto se detuvo frente a la enorme puerta de aquella casa gigantesca y bajando ambos ingresaron a la casa para ser recibidos por gritos, abrazos y bromas. Terry después de un momento tomando su presente salió de la sala para dirigirse a su habitación y poder disfrutar de su lectura a solas.

Había cumplido con su tarea y recibido a su primo Albert, ahora cansado de toda esa emoción familiar y cuchicheo sin sentido intentaría busca paz en su nuevo libro o en el recuerdo de la bella joven que vio en el aeropuerto.  

SOLO ÁMAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora