ANA PAULA
Estoy caminando por la Hacienda, pero hay un jardín que no había visto, es extraño. De pronto escucho la voz de Margarito que me llama y cuando volteo él está en una piscina, lo miro extrañada
¡un jardín, una piscina!
Este lugar no puede ser la Hacienda Del Fuerte, debo estar en otro lugar, pero luego escucho mi nombre desde otro lugar y veo a Daniela y Hugo tomados de la mano, pero lo que más me sorprende es que están vestidos de novios, me alegra verlos felices, pero de pronto unos gritos que reconozco se escuchan detrás de ellos, es el señor Montero, no entiendo lo que dice pero Daniela me mira aterrada mientras él se les acerca y está blandiendo su látigo, corro hacía ellos, pero no los alcanzo, cada vez están mas lejos.
Cuando abro los ojos lo veo allí, pero ya no hay enojo en su expresión sino sólo preocupación, pero ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? no sé qué está pasando y empiezo a tener dificultad para respirar, escucho que don Rogelio llama a un médico, así que entiendo que estoy en una clínica, llegan varias enfermeras y de pronto un hombre me inyecta algo que me lleva a un sueño profundo.
********************************Cuando vuelvo a despertar me encuentro sola, no hago ningún movimiento, pues no sé qué me ha pasado así que me calmo respirando profundo y trato de recordar lo que sucedió y empiezan a llegar imágenes de la noche, la tormenta, el bosque, el caballo y ...
-¡Margarito!-
De pronto todos se encuentran en mi habitación, mi hermano Miguel, mi tía Rosaura, Hugo, Daniela y ¡don Rogelio!
Un hombre al que identifico como el médico me habla pero no le presto atención.
- ¿Dónde está Margarito?- Es lo único que quiero saber en este momento.
Todos se miran hasta que finalmente quien habla es don Rogelio.
- Él está bien, ya está en la Hacienda con María - Me dice.
Creo que se da cuenta que no estoy completamente satisfecha con esa respuesta porque saca su celular y parece que hace una llamada, dice algo que no alcanzo a entender y luego se acerca y me pasa el celular, pero éste casi cae al piso si no es por Daniela que lo atrapa, no soy capaz de sostenerlo entonces Daniela lo hace por mi y escucho la voz de Margarito y sólo con eso me vuelve el alma al cuerpo, a lo lejos escucho también a María que habla, pero me siento muy mal y no escucho más, Creo que el médico se da cuenta porque dice:
- Hay muchas personas aquí, por favor deben salir, Ana Paula necesita descansar y además debemos examinarla.
No me doy cuenta de mucho después de eso, el doctor me habla pero no logro comprender, apunta una luz a mis ojos y me fastidia un poco.
****************************
No sé qué hora es, me doy cuenta que estoy en una clínica pero ya no me asusto, hay alguien conmigo pero sólo logro escucharla, es mi tía Rosaura, quiero preguntarle tantas cosas pero no puedo, me siento adormilada, creo que estoy soñando aún porque ella está expresando cosas que nunca le había escuchado: Que me quiere, me pide perdón, siento su caricia en mi cara, definitivamente debo estar en un nuevo sueño, porque ella nunca ha sido cariñosa.
******************************Cuando por fin logro estar más lúcida me entero que estamos en Tuxtla, que me han traído en el helicóptero hasta la ciudad, y no puedo evitar avergonzarme por causar tantas molestias al señor Montero.
- Y yo que siempre quise subirme a ese helicóptero, pero cuando por fin lo hago estoy inconsciente - Le digo riendo a Daniela.
¡jajajajajaja! Estallamos en carcajadas.
- ¡Ay! Estoy tan contenta de verte tan bien, estuve muy asustada - Me dice de pronto Dani.
Le digo a mi amiga que me ayude a levantarme, quiero probar fuerzas, pues conozco mi informe médico y sólo tuve un esguince en la muñeca izquierda, veo en sus ojos temor pero al verme tan decidida a intentarlo no le queda más remedio que ayudarme. Así nos encuentra el señor Rogelio, nos mira con una extraña expresión que no sé si definir como temor, pero yo estoy firmemente de pie.
-¡Por Dios Paula! debes estar en la cama- Me dice un poco alterado - Daniela por favor llévala a la cama.
- Estoy bien - Le digo con ánimo de defender mi independencia- tengo que empezar a caminar, así saldré de aquí más rápido.
- ¿Así que tienes afán por irte?- Me dice
- ¡Claro!¿Quién no lo tendría? quiero recuperarme pronto.
- Daniela, déjanos solos - Dice serio.
Cuando Daniela se va ya estoy de nuevo en la cama, como buena paciente.
- ¿Pasa algo don Rogelio?
- Pues ya pasó lo peor, pero gracias a Dios usted se está recuperando - me dice en un tono que no sé si es broma.
- ¿Se está burlando de mi? - Le digo
- No, sólo estoy señalando un hecho.
- Bien, ahora voy al grano- Dice nuevamente muy serio- Quiero que me diga si ha pensado irse con su tía y hermano o regresar a la hacienda.
Ya me había planteado la situación así que le respondo:
- Pues creo que ahora no sería de mucha utilidad en la Hacienda - Le digo esto señalando mi muñeca vendada - así que considero que debo recuperarme en mi casa para poder volver a cumplir con mis funciones.
Él me mira pensativo, pero finalmente me dice:
- Pues bien, yo creo que debe irse con nosotros -
Yo no puedo creer lo que está diciendo, él abre la puerta de la habitación y llama a Daniela, cuando entra él continúa hablando.
- Hermana, debes ayudarme a convencer a Paula para que regrese con nosotros a la Hacienda, allí el aire del campo le hará mejor y cuidaremos muy bien de ella para que se recupere pronto.
Daniela habla cuando sale del asombro.
- Si- Dice ella- ¡Claro que si! por favor debes regresar, te prometo que estarás muy bien, me encargaré de cuidarte personalmente.
- Pues precisamente eso es lo que no quiero, causarles más molestias, ya ha sido suficiente todo lo que han hecho por mi, aquí nadie me ha regañado, pero soy consciente de que todo esto fue culpa mía, fui muy irresponsable.
- Hablando de responsabilidades- Interrumpe don Rogelio - Ya le había dicho que todas las personas que trabajan para mi son mi responsabilidad, esto sucedió en mi hacienda así que usted debe recuperarse bajo los cuidados de la misma.
De pronto se acerca más a mi, su mirada se torna mas suave y toma mi mano buena.
- Si no quieres regresar a la Hacienda también lo entenderé - Me dice esto y me deja con Daniela.
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¿Qué decidirá Ana Paula?
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El que sí podía amar
Romansa- ¡Nooo! ¡Déjelo! - Grité y salí corriendo a tomar al niño y apartarlo de aquel hombre, quien aunque estaba en silla de ruedas tenía un látigo en la mano con el que amenazaba a un niño indefenso y le gritaba, además había allí un caballo brioso que...