"La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo su corazón se irrita contra el Señor" proverbios 19:3
Ana Paula
Falta un día para celebrar año nuevo.
Me dirijo sobresaltada hacia donde se escuchan los gritos de don Rogelio y mientras me acerco alcanzo a escuchar también a Daniela. La escena en un principio no me es desconocida, encuentro a Hugo que sostiene a Daniela en una actitud protectora y cuando veo al señor Montero me doy cuenta de la razón, él está con su látigo en la mano de forma amenazadora, su mirada echa chispas, María y algunos de los empleados están allí pero solo observan desconcertados, siento mucho miedo aunque no entiendo lo que está sucediendo, no sé qué hacer.
- ¡De mi nadie se burla!- Grita- ustedes dos ¿hace cuánto me tienen delante de todos como un muñeco pintado en la pared?
-¡Rogelio, precisamente por esto no te había dicho nada!- le trata de explicar Daniela
Pero él está tan ofuscado que casi no le permite hablar, así que entiendo que se ha enterado de la relación entre Daniela y Hugo y trato de mediar.
- Don Rogelio- Intervengo - por favor traten de hablar, esto no tiene porque ser así.
-¡Así que tú también lo sabías!- ahora soy yo el centro de su ira- ¡Pero claro que lo sabías! si andan juntos para todos lados, aquí el único idiota he sido yo.
Diciendo esto toma de nuevo con fuerza su látigo y lo lanza hacia donde está Daniela, no lo pienso dos veces y me pongo en medio, siento un corrientazo en el brazo y no sé si es la impresión o el dolor lo que me hace caer de rodillas, al momento están todos a mi lado.
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Mi brazo tiene una curación que me ha hecho Hugo. Alguien toca en mi cuarto. Es Daniela.
- Hoy se ha desatado el infierno por mi culpa- Me dice
- No digas eso, esto no es el infierno ni es tu culpa-
De repente está llorando y yo la abrazo.
- ¿Cómo es que pasó esto? Rogelio te hizo daño - Me dice ahogada por los sollozos.
Me siento triste, porque esto lo cambiará todo, agradezco que mi hermano no estaba en la Hacienda, se había ido a pasar año nuevo en casa con mi tía.
- No te preocupes - le digo a Daniela- Aquí el problema no es que yo esté herida, pues de todos modos alguien habría salido herido.
-Rogelio quiere verte en el despacho... no me ha dejado hablar del tema y aclararle por qué tuve miedo de decirle lo que pasaba entre Hugo y yo. Paula, no sé qué hacer, ha despedido a Hugo.
- Daniela, lo lamento mucho - tengo que decirle la decisión que he tomado - pero también debes saber que si él no me despide ahora, igual yo renunciaré.
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Cuando entro al despacho no me mira directamente, me habla observando unos documentos en su escritorio.
Él habla primero
-¿Cómo está?- Y esta vez su mirada se dirige hacia mi brazo.
- Estoy bien, sólo ha sido un rasguño.
Él continúa diciendo:
- No le voy a negar que me decepciona que usted que siempre se ha caracterizado por ser una persona correcta en todo y en quien además pensé que podía confiar, no me haya comunicado lo que sucedía entre Daniela y Hugo... pero eso no es excusa para lo que ha ocurrido, me disculpo sinceramente y por favor si necesita mayor atención en esa herida no dude en pasarme las facturas médicas, igualmente entendería que me haga una denuncia por lesiones personales.
En este momento me extiende unos documentos y un sobre.
- Aquí está la carta de terminación de su contrato.
-Falta poco mas de un mes para que se cumpla - Es lo único que atino a decir, pues me acabo de acordar de ese detalle.
- No se preocupe Paula, yo soy el que está terminando el contrato, por lo tanto seré yo quien le pague la penalización por hacerlo antes de lo acordado, como además creo que su hermano no regresará también he puesto en el sobre el dinero que se le debe.
- Muy bien, gracias por todo.
No me siento capaz de decir una palabra más, salgo de allí sin siquiera abrir el sobre.
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Hoy todos quieren disculparse conmigo: Ya he recibido a Daniela y Hugo, pero les aclaro que no tengo nada que perdonarles, lo que ha sucedido no es su culpa.
Me voy el mismo día de año nuevo, espero llegar a casa temprano, ya les he llamado aunque no les he dado mayores detalles. Me entristecen las despedidas y aunque no pensé que sería tan pronto, se ha llegado el día de hacerlo de todos en la Hacienda.
Hugo sale conmigo y conduce la camioneta, don Rogelio le ha dado instrucciones para que nos vayamos en ella y luego él la mandara a recoger. Hugo piensa quedarse en San Gabriel con un familiar mientras planea qué hacer, cuando nos despedimos le deseo lo mejor.
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¿y ahora qué será de la historia de Ana Paula y Rogelio? 🤭 Don't worry! algo hará Dios.
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El que sí podía amar
Romansa- ¡Nooo! ¡Déjelo! - Grité y salí corriendo a tomar al niño y apartarlo de aquel hombre, quien aunque estaba en silla de ruedas tenía un látigo en la mano con el que amenazaba a un niño indefenso y le gritaba, además había allí un caballo brioso que...