¿En el cielo?

19 0 0
                                    

Todavía no había abierto los ojos por el pánico, pero sí sentía la brisa del viento. Asimismo me cuestionaba como es que seguía consciente después del "choque", así que por fin me decidí a abrirlos y sino me falla la vista juré ver un ángel, para comprobar que no estaba soñando me pellizque en el brazo y de esa manera verifiqué que no me equivocaba, ERA UN ÁNGEL. Él me dió un suave golpezito en la frente que me dejó dormida por completo y cuando desperté ya estaba en el colegio.

Me dirigía a mi aula con celeridad porqué observé que no había nadie en los pasillos y eso según mis predicciones era un indicio de que llegaba tarde. Cuando entro, la presión que acumulaba salió de mí en un gran suspiro al ver que la clase no había empezado aún ya que el profesor había salido de clase a buscar su carpeta al salón de los profesores, así que procedí a sentarme en el sitio que me asignaron.

En ese mismo instante, observé que entraba en clase un chico con pinta de ser alguien agradable, pero no pude evitar pensar que su rostro me resultaba familiar, sin embargo ese pensamiento tal cuál vino se esfumó cuál plato de comida delante de una persona hambrienta. Cuando después de varios minutos regresó el profesor, empezó la clase. Una vez nos explicó parte del temario, nos puso a hacer unos ejercicios para ver si los comprendiamos o solo era para evitar su aburrida y eterna explicación. Al haber estado un rato haciendo los deberes mi cerebro insistió en volver a intentar recordar repetitivamente que ese chico lo había visto en algún otro lado, mas no podía acordarme de ninguna manera.

Y justo con ese pensamen, pedí permiso al profe para que me dejara ir al servicio:

Marta: Profe.

Profesor: Dígame, ehhh... "¿cuál era su nombre?"

Marta: Marta.

Profesor: Eso,Marta, ¿qué quieres? ¿alguna duda?

Marta: No, no es eso. Ehhh... ¿puedo ir al baño?

Profesor: Sí, sí claro.

Marta: Gracias.

Me levanté de mi asiento y fui al lavabo. Al regresar, unos de mis compañeros se desperezó con la mala suerte de que me tropecé con su pierna, ya que siempre tengo la mente en las nubes, y justo en ese momento...

Un Misterioso AquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora