Al rescate

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Pensé rápidamente y apoyé las manos para prevenir caer de cara, ahora bien, no sentí que llegara a tocar el suelo ni tampoco ninguna sensación de dolor, puesto que el chico de antes me pudo agarrar a tiempo.

Marta: Ehhh...vaya...ehhh...

X: ¿Nada roto?

Marta: Ehhh, no jeje. A posta perdón y gracias.

X: No ha sido nada,no te preocupes.

Marta: Por cierto, ¿cómo te llamas?

X: Me llamo Marcos, ¿y tú?

Marta: Ah, pues encantada "Marcos" jaja, soy Marta.

Marcos: Igualmente "Marta" jajaja.

Después de una entrañable conversación, nos fuimos cada uno a su sitio. Una vez acabaron las tres primeras horas era el momento de salir al patio:

Marta: "Bueno me voy a sentar aquí ya que no conozco prácticamente a nadie y me da vergüenza decirles algo"

Una voz a lo lejos: " ¿Será ella ? Creo que sí ". ¡¡Hola!!

Marta: * Susto* " No logró ver quien es entre tanta gente ".

Esa misma voz acercándose: ¡¡¡Aquí!!!

Marta: "Si es Marcos". Hola.

Marcos: ¿Qué haces aquí sola?

Marta: Es que no conozco a nadie y me da corte hablarles.

Marcos: Levántate un segundo.

Marta: " ¿Para qué querrá que me levante ahora?" * Me levanto*

Marcos: * Se pone detrás de Marta y prodece a empujar hacia un grupito de gente*

Marta: ¡Pero qué haces!

Marcos: Quitarte la vergüenza.

Marta: "Pues bueno ya estoy aquí. ¿Ahora qué digo, qué hago? ¡Aaaaaa!"

Marcos: Hola.

Adrián: ¿Qué hay?

Juan: Qué pasaaa *choque de puño*

Lucía: Holii.

Isabel: Hola, ¿ y tú eres...?

Marta: Me llamo Marta.

Todas al unísono y con una voz amigable: Hola Marta.

*Ring * Ring* Suena la campana de clase.

Marta: * Pues son bastante majos* Bueno hasta luego.

Vuelvo después a mi aula. Una vez empezamos me concentré para aprovechar el tiempo. Asimismo, como pasó antes; los segundos, minutos y horas pasaron volando dando paso a la hora de irse a casa.

Me despedí de mis nuevos compañeros, mas con el esfuerzo que hice y con lo simpáticos que son, ya los considero mis amigos. Me dirigía hacía la parada del autobús con celeridad porqué creí poder verlo desde lejos, y no me equivocaba; así que corrí tan veloz como el rayo y solo así me pude subir.

Un Misterioso AquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora