En el bus

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Marta estaba fatigada tras la carrera que hizo para subirse al bus:

Marta: *Sofocada* Ufff... hola...

Autobusero: Hola buenas.

Marta: Buenas, buenas.

Sobre este punto Marta solo pensaba en sentarse.

Marta: "Hallelujah".

Mientras llegaba a la siguiente parada, Marta tuvo otro presentimiento extraño, aún así no le hizo mucho caso; ella seguía viendo el paisaje. En el momento que el autobús frena, se sube un muchacho que tras validar su tarjeta lo primero que hace es sentarse al lado de nuestra protagonista. Entre tanto, Marta, pensaba en todo lo que había vivido hoy, pero el chico sentado junto a ella tenía otros planes en mente. Aprovechó que el bus se paró para robarle la mochila con todas sus pertenencias.

Marta al verse en esa situación decidió ir tras él, así que a pesar de que quedasen algunas paradas para llegar a su destino se bajó para recuperarla. Ella esta vez corrió más incluso que antes ya que ese chico era muy veloz, pero aún así le costaba mucho poder alcanzarlo, mientras tanto Marta pensaba que por una vez le hubiese gustado no tener razón con respecto a su corazonada.

En un momento dado, el dichoso ladrón de mochilas se giró y Marta vió que sostenía una piedra en la mano derecha que este se dispuso a lanzar contra un escaparate lleno de televisores y otros aparatos electrónicos; de esta manera el cristal se hizo añicos como el chico lo había planeado para que cuando pasase Marta se cayera todo y él pudiera escapar, porqué en la posición que estaban era obvio que al mínimo golpe se caerían.

Marta no se dió cuenta de que todo se le vendría encima porqué estaba enfocada en otro objetivo y en el tiempo que conectó con su entorno ya era tarde. Sin embargo volvió a suceder, el acto fue indoloro pero esta vez también se oscureció el ambiente, ¿pero qué extraño?; pensaba ella agachada con las manos en la cabeza para guarecerse del golpe. Cuando alzó la cabeza pudo volver ver al misterioso ángel que la cubría con sus hermosas y majestuosas alas:

Marta: P...pe...pero ¿cómo es posible? ¿No estaré soñando de nuevo?

X: Pues va a ser que no. ¿Pero que te ha pasado?, te ves agotada.

Marta: *Cogiendo aire* Es que... ese me ha robado la mochila y le tuve que perseguir para intentar quitársela.

X: Por eso no te preocupes, quédate aquí.

Marta: Vale, ¿pero qué vas a hacer?

X: Nada, voy a decirle un par de cositas a ese chico.

Marta: ¿Qué tipo de cosas?

X: Déjame esto a mí, tranquila. *Se va volando*

Mientras Marta le obedecía, nuestro ángel iba derecho hacía el ladrón para recuperar la mochila de una vez por todas, después del fallido intento de ella. Cuando vió que se paraba, él se escondió en un callejón para ocultar su forma angelical.

X: ¡Oye! Devuélvele la mochila.

Ladrón: Que te crees tú eso.

X: Con que esas tenemos. *Coge un imán* Tienes 3 segundos para darmela. Empiezo a contar: ¡Uno!

Ladrón: JAJAJAJA, ¿qué me vas a hacer con un imán? Uy cuidado es un chico súper peligroso, tiene un imán JAJAJAJAJA.

X: ¡Dos!

Ladrón: Y sigue jajajajaa.

X: Y... ¡ TRES!. Que sepas que te lo advertí. * El ladrón se elevó cuál pluma cuando hay algo de viento*

Gracias al poder telekinetico que poseen los ángeles, el imán era para disimular a parte de que él estaba lleno de hierro.

Ladrón: ¡AAAAA! Oye tío bájame.

X: El qué, perdona, no te oigo desde tan arriba.

Ladrón: Vale, vale te daré la mochila pero bájame, dijo lloriqueando.

* Baja al muchacho*

Ladrón: Toma.

X: Un placer hacer negocios contigo. Y otra cosa, vuelve a robar y bueno, y ya sabes lo que te espera.

Ladrón: Sí, sí, no vuelvo a robar.

*Se vuelve al callejón y emprende el vuelo*

X: *Se aclarara la voz* Señorita, su mochila.

Marta: Ay, gracias

X: Venga, va que te llevo a casa.

Marta: No hace falta.

X: Que sí, insisto.

Marta: Bueno, valee; pero solo esta vez.

X: Perfecto, agarrate fuerte.

Marta: Vale.

Él de un aleteo milagroso consiguió alzarse sobre las nubes y estar en su casa en un santiamén.

X: Pues ya hemos llegado.

Marta: Oye, pues gracias por las molestias.

X: No es nada jeje. Bueno, ya es hora de que me vaya.

Marta: Espera, ¿antes de que te vayas, te puedo preguntar una cosa?

X: Pero solo una eh.

Marta: ¿Cómo te llamas?

X: Me llamo Apolo.

Marta: Pues tienes cara de Heracles jajajaja.

Apolo: Es mi tío jajaja. Bueno ya sí que me tengo que ir, buenas noches * besa la mano de Marta*

Marta: * Se sonroja* Ehh...buenas noches y buen viaje.

Apolo: Adiós, hasta la vista.

Marta:*Mueve la mano como seña de despedida*

- A la mañana siguiente -

*Pip-pip* *Pip-pip* *Pip-pip*

Madre: *Clic* Buenos días dormilona.

Marta: *Bostezo* Buenos días mamá.

Madre: Vistete y vente a desayunar.

Marta: Vale, voy.

Marta se puso su ropa muy rápido, bajó y desayunó más rápido todavía, para así asegurarse que no llegaría tarde.

Marta: Adiós mamá, te quiero; que vaya bien.

Madre: Adiós cariño, igualmente.

Salí ya de casa con un aura alegre y radiante, nada ni nadie me podría estropear este día tan estupendo. Ella a cada rato pensaba en ese ángel tan apuesto y se preguntaba cuando lo volvería a ver y justo en ese preciso momento se cruzó con Marcos:

Marcos: Hey, ¿qué tal?

Marta Hola, bien. ¿Y tú?

Marcos: Bien, bien. Eso sí, me da una pereza abismal tener que ir al colegio.

Marta: Pero si acabamos de empezar las clases jajaja.

Marcos: Ya pero es que ahora toca historia.

Marta: Es verdad, pero a mí me gusta.

Marcos: Pues serás de las pocas que les guste.

Marta: Ya jajaja.

Ellos seguían charlando como si nunca se les acabara la cuerda mientras se dirigían a la puerta de la clase.

*Entran en clase*

Profesor: Buenos días a todos, sentaros que vamos a empezar la clase.

Alumnos al unísono: Buenos días profe.

Después de varias horas intensas, por fin llegó el patio y hasta ahora no había pasado nada raro. Marta fue a sentarse junto a Marcos y el resto.

Marta: Hola a todos.

Todos: Holaaa.

Pero justo ahí ella notó un escalofrío.




Un Misterioso AquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora