Curiosidad

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El planeta Tierra, un joven geoide de un cuadrante desconocido del multiverso, conectado por la antigua raza Sentient a las vastas e infinitas zonas de batalla. Era uno de tantos planetas de la realidad misma, el cual permitía permanecer unidas a todas las dimensiones conocidas. Este pequeño cuerpo celeste albergaba a su especie más desarrollada, la humana, que por su poca interacción con otras especies inteligentes había quedado atrás en el desarrollo de la civilización y las ciencias complejas que otros planetas estaban ya creando.

Jóvenes e inexpertos, extrañamente autodestructivos, aún con comportamientos primitivos para su tiempo, vivían en una poco constante armonía y eran secretamente defendidos por un selecto grupo de "campeones" orgánicos. Lo mejor de la raza humana, que a pesar de su corto conocimiento tecnológico habían logrado subsistir durante más de un año al enfrentamiento contra tres clases diferentes de enemigos. Lo mejor de cada continente había sido reunido por una Sentient Azul próxima a su mayoría de edad para una misma causa, recolectar las llaves de batalla y restituir lo poco que quedaba de los creadores del multiverso restaurando así el equilibrio de la línea de tiempo en la que se encontraban.

Entre ellos se encontraba Vert Wheeler, el joven guerrero de piel ligeramente tostada por el sol, ojos claros y cabellos dorados, al cual le gustaba ir a toda velocidad por el desierto, un hecho que de vez en cuando le traía problemas con la policía local. Había entablado una gran amistad al pasar de los años con el ser que había optimizado las funciones de sus vehículos, y a este le había enseñado como convivir con la existencia orgánica de aquel desconocido planeta para ella. Poco a poco, su forma de ser con ellos había pasado a ser amable y abierta, disfrutando claramente de la compañía que le brindaban.

Al rubio le gustaba esta nueva vida, que mezclaba lo cotidiano con la ciencia ficción, más aún ahora, que su misión iba más allá de solo proteger su hogar de invasores. Proteger el multiverso y tres planetas de la destrucción por parte de su más reciente enemigo se había convertido en su principal objetivo por lo cual se sentía orgulloso de su puesto de líder guerrero ante la presencia del poderoso Sentient Rojo, Krytus, al cual no le guardaba particular resentimiento debido a que conocía fragmentos de su verdadera historia. Lo poco que había escuchado venía por parte de personas que ya conocía y en las cuales confiaba ciegamente, reconociendo que se estaba inclinando de manera unilateral a sus opiniones acerca de la parte Roja de la especie Sentient.

Vert le tenía un gran respeto a Krytus a pesar de las diferencias y los engaños que este le había presentado en el no tan distante pasado. Lo veía como un gran rival y también un potencial aliado si en algún momento este se arrepentía de su deseo egoísta de ser el dictador del multiverso. No le odiaba, no sentía rencor por él. Sentía una gran empatía y una inmensa curiosidad por saber, qué había sucedido con él para convertirse en un ser tan despiadado y sin alma como le describía Sage. Se preguntaba si en algún momento, esa capacidad intelectual que cargaba había servido de beneficio para sus iguales o si siempre su volatilidad había nublado su pensamiento llevando a decisiones que terminaban en guerra.

Vert inhaló profundamente, llenando sus pulmones con el oxígeno nocturno del desierto. Estaba cansado de no saber mucho más sobre su enemigo, cuya forma de ser le parecía tan extraña, ajena a lo que había descrito su amiga Azul. Veía como el Sentient rojo pasaba de una completa confianza y compostura ante sus estrategias, al pánico total combinado con la ira cuando alguien de su equipo era eliminado por las armas en sus vehículos modificados. Aquello le era tan absurdo, sobre todo para un ser que era mostrado como un ser arrogante y sin escrúpulos.

Bajó a la base del enorme taller con aquel pensamiento en la cabeza, dispuesto a resolver sus dudas, ya sea con su vieja amiga o con las computadoras que almacenaban cierta cantidad de información de las memorias recientemente recuperadas de la Sentient azul. La vio allí, flotando mientras observaba a la pantalla y deslizaba lentamente sus dedos sobre lo que parecía ser un video de un par de pequeños seres que corrían uno al lado del otro formando objetos en el aire. Uno era azul y el otro era de color rojo, con intensos ojos anaranjados mostrándole al rubio que la identidad de aquel era Krytus. No se parecía en nada a lo que ahora era.

PASIÓN ROJA [BF5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora