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Termine de leer esa mini nota hecha por la supuesta chica rara, bueno no tan rara, aunque ese no es el punto. Aunque no me entiendan, se siente raro saber que tienes un loca siguiéndote; aunque no lo hace desde hace unos cuantos meses. Por más loco que suene, no es tan malo tener una ‘’admiradora secreta’’, no es tanto eso ya que fui algo rudo con ella.
Hoy es lunes, tendría que haber ido al colegio, pero no lo hice por los tratamientos que me hacen para reforzar mi mente y recuperar la memoria, una porquería. Ahora me encontraba sentado en el sillón de mi casa, con un paquete de papas fritas a mi lado y un vaso de cerveza.
—     Niall, sabes que te hace mal tomar esta porquería y más después de una sesión — Me reprocho mi madre mientras que me sacaba el vaso que tenía a mi lado.
Por un lado estaba mi papá, quien pensaba que no me serviría de nada no tomar cerveza, no hacer deportes y pasar todo el día resolviendo ejercicios de matemática y estudiando, en cambio, por el otro estaba mi mamá, ella seguía todos los pasos que el doctor. Yo pensaba como papá.
—     Pero, ¡Mamá!  — Dije apenas vi lo que se llevaba.
—     Nada de peros, tú estudia — Se dio la media vuelta y se chocó con el tacho de basura — ¡Niall! ¿Qué hace el tacho acá? — Cosa que no me preocupe en responder — ¿Y esto? ¿Una carta? Niall ¿Por qué tiraste una carta de una chica que gusta de vos? — Me pregunto cuando termino de leer aquella nota. Su voz sonaba desilusionada, no es secreto que ella siempre quiso que tenga una novia decente y tierna.
—     Porque no me interesa saber de una chica que me sigue como loca, y más si no la conozco.
 
Dicho esto subí a mi cuarto, que quedaba en el tercer piso, lo sé cansa tener que subirlos por escalera muchas veces diarias. Hoy tengo que ir a una fiesta, y no me pensaba quedar pensando en la pibita esa.

Message.- n.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora