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Busco a X ¿Alguien la conoce? Se veía estúpido y tierno a la vez, la gente que pasaba a su lado lo miraba como: ¿Qué le pasa a este loco?... Y bueno quien sabe, tal vez se enamoró más de lo que debía de la castaña.
Hablando de ella, X lo estaba viendo atentamente, escondida atrás de un árbol cerca de aquel y con una boba sonrisa en sus labios. Hablando de enamorados, aquí está la esperada castaña, vestida tal y como habían acordado. Sus amigas estaban por todo el museo, la más expuesta era la real, quien no se preocupaba si la descubrían. Si Niall lo hacía, ella era más que feliz.
La joven no se pudo detener, la tentación le ganó, y decidió empezar con la acción. Todo lo decía, una palabra con cinco letras era su idea, carta; sólo que de una manera especial, ¿Por qué no tirárselo en avioncito? Buena idea chica, vamos a ser más loca psicópata que antes.
Por suerte en su cartera siempre lleva una libreta y alguna birome por esta misma razón, siempre hay que estar previstos. Escribió el pequeño texto de una manera extra rápida; nuevo record chica, e hizo el mejor avión de papel que le salió, esperemos que funcione. Se ubicó en una manera fácil para tirarlo y también que él no la pueda ver, con la mayor agilidad posible; casi como ninja, tiro aquel avioncito que voló casi a la perfección. Ella deseaba que le cayera en la cabeza, pero no hizo algo mal y cayó muy para abajo, para ser específica a sus pies.
 
 
Aquel muchacho vio un avión en sima de su pie, lo cual le pareció extraño, pero sin protestar lo agarro para ir a tirarlo, aunque por suerte se dio cuenta que tenía algo escrito. Sus esperanzas fueron máximas y al instante lo abrió con una cara de feliz cumpleaños.
 
Niall:
          ¿Cómo me estás? Yo ansiosa, deseando que me encuentres, no creo que lo hagas con un simple cartel. Esto sólo es una simple pista de que estoy cerca, búscame, mi amor.
 
Esa carta no tenía firma y estaba escrita en el momento, las esperanzas no se esfumaron. Era el mejor día de su vida o eso creía el…
 
1, 2, 3 corre para que tu amado no te encuentre.
4, 5, 6 él está cerca.
7, 8, 9 sólo tienes que correr.
—     ¡Browclynn!, ¡No corras, Browclynn, no corras! — Grito aquel rubio viendo a su vieja, no tan vieja, amiga. Pero aquella no escucho y siguió corriendo. Lo único que pudo escuchar fueron unos ruidos de frenos y sentir un terrible dolor, después no abrió más los ojos…

Message.- n.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora