Citación

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Mire mi reloj.

13:50

Ya era hora de irme. Camine por las calles ya plagadas en plena hora pico. Gente de traje, demaciado pérdida en su vida para percatarse de los demas que pasaba a su alrededor.

Parejas que demostraba demaciado afecto en las esquinas. Pretendiendo no ser vistos mientras gemían no muy silenciosamente. Algunos de ellos los reconocía del Instituto, pero trate de no hacer mucho contacto visual.

El típico tráfico, conductores enfurecidos colgados de las vocinas, insultando o chocando.

¿En serio somos una sociedad civilizada?

Me entretuve mirando vidrieras. Todo era tan rosado y tan brillante. Bolsos rosados y morados, amarillos y naranjas, de cualquier color que quisieras. Tops y shorts demaciados cortos o transparentes. Tan vulgar y tan diferente a como yo me vestía. Toda con ropa holgada y negra. Mi ropa me gustaba.

Me pare en la vidriera de un local lujoso donde
un maniquí usaba una riñonera negra con cadenas y cierres dorados.

Eso seria muy práctico para cuando debo salir a "trabajar"

La ultima vez que compre un bolso para el trabajo tuve que tirarlo. Lleno de sangre y viseras que sinceramente era penoso volverlo a usar.

Lamentablemente yo era una de las más impulsivas a la hora de los asesinatos. Algo que Daemon trataba de erradicar. Inútilmente por supuesto.

Me dejaba llevar. Disfrutando el dolor ajeno, el sufrimiento y la desesperación, pasar el cuchillo por lugares claves- los que más duelen para ser precisos- eso me encantaba. También adoraba la forma en la que me veían. El temor en sus ojos cuando sonreía y les preguntaba si les dolía. Una vez apuñale a un hombre 18 veces en cada costilla, y al mismo le clave en el ojo un vidrio que encontré tirado en el mismo momento. Ese día fue magnífico. Podía imaginarme a Jackie en esa situación,

Cernía encima de ella, ya con un charco de sangre debajo. Espesa y carmín. Yo sonreía mientras cortaba y desfiguraba su rostro de una manera tan divertida,

— bye bye bonita — pensaba

Mi cerebro y cuerpo me pedía más, exigia más daño, mas dolor, más miseria. Baje hasta ella y clave clavos en sus ojos. La forma en la que la sangre brotaba daba mil años de vida

¿que tal un corte de pelo Jackie? — la atraje hacia mi y corte con mi daga desproligos mechones marrones. Aun riendo la levante y la estrelle contra la pared. Con un sonido pegajoso y nauseabundo callo al suelo.

Raspé cada una de sus uñas perfectas hasta dejar flácidos dedos sangrientos. Luego corte su lengua mientras la oía gritar y chillar. Ilusa. Tome el pedazo de lengua y se la metí de nuevo en la boca.

¿Qué pasa Jackie? ¿Sin respuestas ingeniosas?

Sonreí ante el ficticio pensamiento. Daemon me mataría si yo llegaba a herir a Jackie. No porque me lo prohiba. Si no porque si Dark Moon se enteraba que usábamos nuestras habilidades y recursos para matar a alguien a quien no se nos encomendó. Seria tan rápido como pestañear el desaparecer.

Llegue a casa. Esta no era lujosa pero no están tan mal, entre por la descolorida puerta y me dirigí a la sala de estar. Tire mi mochila a uno de los sillones de cuerina bordo y saque una manzana del cesto de "decoracion" que había en la pequeña mesa negra.

— ¿Daemon donde estas? — grite y mordí mi manzana. El sabor dulce entró en mi boca e hizo explosión en mi paladar

Jesús. Amo a esta manzana.

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