Desvelada

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Estaba en mi cama mirando el oscuro cuarto, las sombras, la tenue luz de la luna, mis pensamientos era insoportable. De alguna manera me sentía fatal, asquerosa e inhumana podia sentir dolor en cada uno de los recuerdos, mis asesinatos, mis amenazas.

¿porque estoy pensando en esto cuando nunca me he sentido mal por mis acciones? Lo que siento ¿es remordimiento? 

No lo sabía. Lo único de lo que era consiente ahora era que posiblemente las personas que asesine tenían familias esperandolos en casa. Yo era una muy mala persona. ¿Que haría si algún día Dae desaparece de de mi lado por culpa de alguien como yo? No lo soportaría.

Quizas esos pensamientos de debia al echo de que mañana volveria al lugar donde prácticamente me crié. Era aterrador.

Ver a todos esas personas que lograron más que yo en menos tiempo era doloroso, sobre todo ver a Andrew, el me rescató en el incendio que mató a mis padres, el me crío como parte de su familia aunque nunca lleve el apellido Kenner siempre fui parte de el... o eso creía

Su hijo menor Jackson Kenner se había enamorado de mi. El mintió a todo el mundo. Dijo que yo había amenazaria a su familia si no estábamos juntos. Fue estúpido de su parte, lo se. Lo más triste el que yo apenas tenía quince años de edad y el no me importaba en lo más mínimo.

Desde ahí me fui a vivir con Daemon. En síntesis me prohibieron la entrada a la cede de Dark Moon por esa idiotez.

No podía dormir. Así que me levante, no me preocupe por dejar la cama en un desastre de sábanas. Fui hasta el balcón y me apoye en la barandilla, el aire fresco lleno mis pulmones, el olor a lluvia era delicioso

Lluvia...Ashton.

No pienses en eso. No ahora idiota.

Desde aquí tenía una buena vista de la ciudad, los edificios, los faros de automóviles y la gente que pasaba.

Tengo miedo- admiti para mis adentros. Tenia tanto miedo. No por la citación. Sino porque hace años no voy a la cede y No se que hacer.

Siento a alguien detrás de mí. Nada grabe sólo es Daemon

— ¿No puedes dormir Ggany?— Daemon siempre me llamaba Ggany, creo que se lo inventó apenas me vio, pero eso no importaba. No ahora.

— ¿Quien podría? — reí sarcásticamente. — Y tu ¿que haces aquí? —

— Estoy nervioso. Preocupado— admitió con tono triste.

— oh Mony — dije tierna-tistemente. — No tienes que estarlo. Puedo manejarlo y lo sabes. — mentí.

— Lo se, — se frotó el rostro —Se que eres valiente y capaz... por eso tengo más miedo — agachó la cabeza.

— No haré nada malo. Lo prometo — no debí haber prometido algo que no podía cumplir.

— ¿Quieres helado? —

— ¿Sabes que te amo? — le dije. El ya no afectaba por esa clase de palabras, es mas ya estaba acostumbrado a ellas ya que sabía que el era hermano.

— Se que me amas, porque soy genial —

— woaa ¿quien alimento tu ego últimamente? — imite una mueca de sorpresa

— Vamos y callate — sonrió.

Salimos de mi habitacion y bajamos las escaleras, el agarra un casco y me lo lanza yo lo atrapó en el aire

— ¿Moto hoy? — pregunto sorprendida. Casi siempre usábamos mi Ford Falcon negro

— Quiero aire — sonrió

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