Segunda carta

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Hoy también seguías triste, maldiciendo que hubiese sido yo la desafortunada.

Tenías los ojos rojos de llorar y tu habitación estaba echa una lobera.

Si yo siguiese viva estaría ahí, contigo. Abrazándote.

Cartas Invisibles ~Louis PartridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora