"Hola de nuevo"

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P.O.V Louis

A la semana siguiente los niños —más bien chicos— volvieron a casa.

Ese día fue un día de discursiones constantes con Melanie. Me dijo que ella sola no podía llevar todo eso, que no tenía dinero suficiente.

Ha conocido a alguien, un chaval de no más de 20 años. Me has dicho que te vas a ir a vivir con él.

Es decir, no tienes dinero para tus hijos pero si tienes dinero para comprarte un piso junto él.

Lo mejor es que me has dicho que "habías conocido a alguien" ¿crees que me importa? No, tu y yo no somos nada y lo único que nos une son mis hijos.

—¿Papá?

Me giré hacia donde provenía la voz.

—Oh, Verónica. Dime.

—Te estaba diciendo que este finde  semana unos amigos van a ir a una casa en el campo y me han invitado. ¿Puedo ir?

—¿Quién irá?

—Marie, Robert, Dean, Amanda...

—¿No irá James? Eso es raro en él, él se apunta a todo.

—¿Eso es un si?

Ay dios, que hago. Verónica es una chica estudiosa, y nunca de mete en ningún lío pero... Ya sabéis el típico pánico parental.

—De acuerdo, pero no te separes mucho de Robert.

Robert era uno de los mejores amigos de Verónica. Y en realidad, si a ella la pudiese pasar algo yo sabia que él iba a protegerla.

—¡Gracias! —gritó abrazándome.

—Por favor, no te drogues y no bebas. Todavía tienes 18 y hasta los 21 no es legal.

—Te lo prometo.

Después, se alejó de mi con cara sonriente. Debía dejarlos disfrutar ahora antes de que el mundo se les eche encima.

Tenía la casa sola, Samuel se había ido a pasar el finde semana con su pareja —que, espero que no haya ningún regalo— y ahora Verónica también tenía planes.

Aunque fuese finde de semana, mi labor de adulto no se iba a ir de la nada. Tenía que ir a trabajar.

Me puse mi uniforme y me fui al coche. Hoy no estaba de humor ya que Melanie ya me había empeorado el día.

Mi rostro serio se notaba a simple vista, no tenía ganas de sonreír y la pregunta que me hizo Samuel sobre Greece el otro día tampoco me ayudaba mucho.

Mentí, y seguro que si ella sabe que lo hice me odiaría.

Ya en el coche me dispuse a conducir, eran unos 15 minutos de mi casa al banco y mi turno de tarde no empezaba hasta detro de 20, me daba tiempo a preparar algunos papeles.

—...“I wanna love like you made me feel...” —canturreé. Esa canción era todos los recuerdos que tenía que Greece en una sola melodía—...“when we were eighteen”.

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Después de aparcar busqué una de las llaves de las puertas del banco en uno de mis bolsillos, cosa que no me hizo mucha falta al ver que al acercarme la cerradura estaba forzada.

Miré rápidamente por la ventana, sin intentar mostrar sospechas en el caso de que hubiese alguien dentro. No vi nada. Nada fuera de lo común, ningún billete en el suelo, nada.

Por un momento dudé, no había nada fuera de lo común y solamente estaba la cerradura un poco forzada, no había indicios de que haya entrado alguien.
Quizás fueron algunos niños intentando abrir la puerta pero la sospecha se mantenía.

Cartas Invisibles ~Louis PartridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora