El sonido de las monedas cayendo al piso alertó a Mob quien desde su mostrador presenciaba una escena algo confusa y desagradable
— ¡Devuélveme mi dinero! —Vociferó la azabache— ¡Sólo eres un farsante, quiero mi dinero ahora! —Aquella histérica mujer insultaba a su maestro cosa que a el no le agradaba así que se levantó de su escritorio pero una seña de Reigen lo puso en su lugar.
Reigen muy calmado a diferencia de su contraria, se levantó de su escritorio.
—No sé que habrá pasado... ¡Pero tal vez ese espíritu malvado nunca se fue y te está poseyendo! —Al decir esto el estridente sonido de una palma estampada en la mejilla del orador resonó en la habitación.
—¡Maestro! — dijo Mob del otro lado de la habitación listo para intervenir hasta que escucho un sollozo proveniente de la perpetradora de aquel gesto de violencia.
—Yo debería llorar, tú me pegaste —Alegó el rubio.
—¡Me mentiste! ¡tú me mentiste! —Rompió en llanto— ¡¿Que sientes cuando engañas a la gente?! ¡debe ser muy agradable acabar con los sueños de las personas! ¡¿Quién te ha dado el derecho de pronosticar un futuro falso destrozando las esperanzas de la gente y sólo por algo común como el dinero?!—Aquellas palabras saltaban por la habitación y caían en la conciencia de Reigen— Él único espíritu que deberías eliminar es el que vive dentro de ti— Hizo una pausa dejando escapar pequeños sollozos junto con un mar de lágrimas.
Reigen tomó aire para aceptar que habría hecho el mal hasta que de aquella voz de respiración entre cortada salieron las palabras más letales y las que el rubio nunca olvidaría.
—Te odio Arataka Reigen, ¡Te odio! ¡Te desprecio y no puedo esperar el día de tu muerte para celebrar bailando sobre tu tumba! —Esto último caló con un frío jamás sentido toda la habitación.
La figura femenina huyó del lugar sollozando lágrimas de sangre dejando una estatua del psíquico charlatán.
Habían pasado al rededor de 6 meses después de ese desagradable momento. En tanto tiempo Reigen reflexionó habían acciones de su compañía que enserio perjudicaban a las personas.
Daba una calada de su cigarrillo mientras escuchaba el maullido de aquel gato, la lluvia era fuerte pero no tanto como la voluntad de aquella chica que perseguía al minino.
—¡Oye! —Se acercó con su paraguas hasta donde estaba la muchacha con aquel felino cubriéndolos— Te puedes resfriar —Su vista se perdió al ver que aquella chica era quién le había deseado la muerte. Su cabello estaba más largo aunque un poco mojado y había crecido un poco aunque él seguía siendo el más alto.
La mente de Reigen colapso al ver que aquellos ojos que tanto lo odiaban aún lo recordaban, sin embargo sus ojos ya no gritaban rabia sólo clamaban por un poco de comprensión.
—Lo lamento el primero en hablar fue Reigen —Al ver que el shock de la muchacha no desaparecía, arrojó el paraguas y se arrodilló en el frío y mojado asfalto— ¡Lo siento mucho, tenías la razón! ¡merezco la muerte por hacer lo que hice! yo jamás debí mentirte, debí decirte que su tiempo era muy poco pero no quería... ¡No quería quitarte la ilusión de una vida a su lado!
Esperaba una patada o un insulto, al contrario sintió un calor agradable de unos brazos que lo rodeaban de forma firme pero gentil.—Lo siento mucho —Entre lágrimas se disculpaba la jovencita— no debí decir cosas desagradables que lo podían herir.
Entre aquellas lágrimas a pesar de la nostalgia que se sentía en el aire ambos corazones se sinceraban debajo de aquella lluvia la cual corría al igual que sus resentimientos.
—Podemos empezar de nuevo —Reigen se levantó para tenderle la mano— Me llamo Reigen es un gusto conocerte.
Un hermoso carmesí adorno la contraria la cual correspondió aquel gesto con una sonrisa que se quedaría con Reigen por el resto de su vida.
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能力の╭𝑴𝒐𝒃 𝒑𝒔𝒚𝒄𝒉𝒐 𝟏𝟎𝟎 𝒐𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔⇢
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