Capitulo 1

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M

Uno

Dos

Tres

Solo bastarían tres pasos hacia adelante para terminar con mi vida.

La carretera era peligrosa, los autos pasaban sin precaución... y lo único en lo que pensaba era si estaba lista para hacerlo.

Las voces en mi cabeza solo me pedían terminar ya.

No ser una cobarde y caminar hacia allá.

Las murmuraciones eran las que mandaban aquí. Dentro de mi mente

La decisión del sí y no, retumbaba en mi cabeza. Quería morir pero no tenía las agallas para hacerlo.

Era una cobarde intentando ser valiente, una pequeña tomando el rol de un adulto.

Pero al final, todo terminaba en lo mismo: No era el momento.

Tal vez mis pensamientos jugaban conmigo y a veces caía en ellos pero siempre había una parte de mí que me decía: sigue luchando.

No tengo una buena relación con mi padre y tampoco la tenía con mi madre.

Tenía... o mejor dicho tengo, un serio problema con mi vida.

Las personas que quería se iban.

Y nadie me aceptaba.

Vivía prisionera de mi misma, por no poder ser y seguir.

Me aleje lentamente de la autopista caminando paso a paso hacia atrás hasta que mi espalda chocó con algo. Pero cuando me di la vuelta me di cuenta que no era algo, si no alguien.

— ¿Bonita noche para suicidarse, no? — El chico sonrió irónicamente — lástima que no hayas logrado con el cometido sería un problema menos.

— ¿Tú-tú quién eres? — logré preguntar, la voz se me había trabado.

Él no me respondió, solo coloco ambas de sus manos en los bolsillos de pantalón para mirarme de forma gatuna.

— Las preguntas las haré yo — se alejó unos pasos — sígueme.

Sin esperarme se dio media vuelta y empezó a caminar, esperando a que yo lo siguiera. Pero no lo hice, me quede quieta en mi lugar unos segundos antes de ir por el camino contrario a él.

Había visto a ese chico hacer cosas que cualquier persona no podría ¿Y espera que yo lo siga?

Eso es desquiciado y muy tonto. No lo seguiría, aún más sabiendo que puede hacerme algo.

Sin importarme si aquel chico me seguiría camine rumbo a la parada de autobús sin problemas, hasta que llegue ahí.

No había nadie.

La banca en la que usualmente todos se sentaban estaba vacía, los faroles apagados y no había absolutamente nadie salvo yo en esa calle.

El miedo y pánico se apoderaron de mí ya que una persona con la que me había topado antes se encontraba delante.

— ¿Por qué tratas de huir cuando sabes que puedo encontrarte? — soltó el humo de su boca, deshaciéndose después del cigarrillo.

¿Cómo había llegado más antes que yo a la parada?

— No estaba huyendo, solo no quería seguirte — me cruce de brazos.

Claro que estaba huyendo y obviamente no se lo diría.

Nos separábamos por unos metros de distancia pero ya él iba acercándose paso a paso, como un león con su presa.

Sabía en el fondo que este encuentro era inevitable. Al final de cuentas yo había visto lo que él hizo con la niebla, algo que cualquier persona no podría hacer en este mundo.

Darkness (Secreto #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora