oops baby, i love you

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Si fuera por Renjun el honestamente tomara una maquina del tiempo hasta el día en el que le dijo adiós a Jeno y jamás le diría aquellas palabras, jamás hubiera sido un total idiota con el.

Lamentablemente no podía, las cosas no eran así y debía remediarse de una forma más realista y lo haría, sin importar que cursi o tonto se viera lo haría.

Incluso aunque Donghyuck decía que era un poco humillante y muy de "adolescentes" lo que estaba por hacer, no le importaba, el quería demostrarle al rubio lo importante que era para el, enseñarle que lo quería para más de un rato y que no era solo su ex con el que tuvo el mejor sexo de su vida.

Sonrió hacia el cartero antes de ofrecerle lo que tenía en sus manos y despedirse. Soltó un suspiro pensando si realmente era una estupidez pero luego decidió ignorar sus pensamientos y partir a la universidad.

Jeno media hora después estuvo en la misma situación mientras cerraba la puerta de su departamento pero justo cuando giró para partir hacia la universidad un cartero que miraba hacia la carpeta en sus manos lo asustó haciendo que diera un pequeño brinco.

-Oh...

El cartero levantó la mirada con una sonrisa antes de inclinarse levemente.

-Buenos días, ¿Usted es Lee Jeno?

-Eh, si.-respondió confundido.

-Esto es para usted, ¿Puede firmar?

Jeno pestañeó totalmente confundido antes de aceptar la pluma que el contrario le ofrecía y firmar donde le indicó.

-Pase feliz resto del día.-sonrió.

-Usted igual.-susurró mirando el gran ramo de rosas en sus manos.

Lo observo con detenimiento antes de notar que este tenía una nota así que la tomó de inmediato para abrirla y leer lo que tenía escrito.

"Mentí aquel día, ¿podemos intentarlo de nuevo?

Para: Jeno, el único príncipe que deseó en mi cuento.

De: Renjun, el idiota más grande del mundo."

No pudo evitar sonreír y soltar una risita mientras pasaba su pulgar por las lindas letras escritas. Soltó un suspiró girandose para poner las rosas en agua y que no se marchitaran.

Toda la semana fue lo mismo, llegaron rosas, girasoles, dalias, hortensias, orquídeas... Cada ramo con una nota diferente, palabras que Jeno sentía totalmente honesta del Chino hacia el. Ese día justo cuando llegaba de su trabajo a medio tiempo en un restaurante encontró al mismo cartero de siempre mirando su celular mientras esperaba fuera de su puerta.

-¿Buenas?

-Oh, Jeno.-sonrió mirándolo.-Renjun dijo que llegarías a las siete del trabajo.

Jeno asintió ligeramente antes de soltar una risita incómoda, ¿Qué rayos?

-Fue por el tránsito...

-Oh ya, ya sabes que hacer.-sonrió pasándole la carpeta.

Jeno la tomó de inmediato firmando como siempre y cuando espero tener un nuevo ramo de flores en sus manos recibió una caja.

-¿Qué es esto?-pregunto confundido.

-No lo se, feliz resto de la noche.-sonrió despidiéndose.

Tomó la caja ligeramente pesada antes de entrar a su departamento, al entrar quitó sus zapatos mientras la movía con cuidado para poder escuchar lo que había dentro. Finalmente se tiró en el sofá y soltando una respiración la abrió, vio dulces, muchos de sus dulces favoritos estaban dentro, también había un dibujo de una vieja foto que se habían tomado cuando aún eran amigos, eso lo hizo sonreír; continuó revisando para darse cuenta que debajo de los dulces había un reproductor de música con una nota pegada en ella.

Oops [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora