III.

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Despierto por un insistente golpeteo en mi puerta, seguido de la voz de Boldem avisando que ya son las 7am, me siento un par de segundos en la cama sintiendo el frío matutino de París, mis ojos vagan por la habitación hasta encontrarme con mi vieja máquina de escribir y las palabras escritas en la carta hacia la cantante del balcón la noche anterior viajan por mi mente como si de una canción se tratara, me pongo de pie asomándome por mi balcón pero no veo ninguna señal de vida en el balcón de la chica, me quedo un par de segundos observando las personas caminando por las calles y luego decido bajar al gran salón, me han contratado para ayudar no para imaginar mi vida en París, de eso estoy seguro tendré tiempo de sobra luego.

Al bajar al gran salón me encuentro con todos los muchachos allí, todos con una tarea cada uno, miro a Boldem y me hace señas de que ayude a Stefan con los asientos del teatro, este se encuentra quitandoles el polvo y arreglando algunos que están flojos colocándoles tablas debajo, comienzo a ayudarlo hasta que cada uno de los asientos queda en buen estado, luego de eso comenzamos a limpiar el gran escenario ya que según Boldem "Los ensayos necesitan hacerse lo más antes posible"

−¿Siempre hacen los mismos shows, cierto? ¿Por qué la necesidad de ensayarlos siempre? Deben saberlos de memoria− comento mirando a Boldem.

−Aún no lo entiendes−dice sonriendo− ¿Algunas vez has escrito cartas?−pregunta deteniéndose en medio del escenario llamando la atención de todos−.

−Bien, ¿Algunas de esas cartas tuvieron frases o sentimientos similares? Me refiero a que si tuviste que plasmar cosas parecidas en diferentes cartas− dice, me quedo un rato pensándolo y asiento, en Cleiton la mayoría de las cartas iban destinadas de jóvenes que querían declarar sus sentimientos, o de mujeres que le enviaban sus esperanzas y fotografías a sus esposo que habían ido a trabajar lejos para poder formar un futuro juntos con lo recolectado fuera del pueblo, muchas de ellas solo repetían "Te amo" y "Te extraño" en las cartas, pero para esos hombres era más que suficiente viniendo de las mujeres que amaban, en algunas ocasiones me pedían ayuda al no saberse expresar .

−Genial allí tienes tu respuesta, nuestros ensayos son como esas cartas que escribiste una y otra vez tratando de plasmar el mismo sentimiento pero para receptores distintos, hemos ido por todos y cada uno de los pueblos en París llevando las mismas obras, eso es cierto pero nunca sabemos qué clase de público tendremos, si los actores se sentirán cómodos en el escenario y si el teatro está listo para regresar a la vida de nuevo, Dimitri, nunca sabrás como se sintieron esas personas al leer las cartas, no sabes que fibra dentro de su ser tocaste, si algunos rieron, si otros lloraron o si otros simplemente actuaron como si nada ante tus palabras, nosotras tenemos la oportunidad de ver eso una vez que comienza el show, los nervios son como si actuáramos por primera vez, porque veremos caras nuevas en el público y tendremos la oportunidades explotar los sentimientos de esas personas, esa es la razón por la que ensayamos una y otra vez Dimitri, nunca sabremos que nos esperara en el show−dice dando por terminada su explicación, todos los chicos a nuestro alrededor se me quedan mirando, pero antes de pronunciar alguna palabra una voz femenina me interrumpe.

The Last Show.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora