De inocente a indecente

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Corazón agitado retumbando en sus oídos, aire entrecortado que apenas lograba llegar a los pulmones, pómulos sonrojados a más no poder, los finos cabellos plateados se adherían a su frente perlada en sudor mientras soltaba el aire a bocanadas en un espeso vapor lujurioso.

—Aaah... Se-señor Meliodas— gimió tímidamente la joven princesa enredando sus dedos en los mechones dorados, empujando su cabeza más a ella. Rogaba por un poco más de sus atenciones, anhelaba ese calor punzante y abrazadora en cada tramo de su piel blanca.

—Nishishi— lamió su rosado pezón erecto repetidas veces observando sus rasgos sorpresivos, tan abierta a las sensaciones y flexible a cada movimiento en su cuerpo —Eres tan sensible— bajó sus besos de sus senos hasta su plano estómago, mordiendo de vez en cuando, dejando notables marcas rojas que tardarían en desaparecer. Su mano izquierda bailo descendiendo por sus curvas hasta el centro más receptivo de su cuerpo —También estas tan mojada.

Elizabeth mordió sus labios observando las acciones del rubio, jadeo ruidosamente al sentir sus dedos trazar la línea de entre sus pliegues por encima de la tela empapada; tan ansiosa comenzó a acuciarlo con una mirada llena de deseo.

—Por favor... no me torture más...— movió sus caderas al ritmo de sus dedos en busca de más fricción que aliviara su hormigueo inquieto en su sensible perla.

—Di lo que quieres...— su voz era más ronca, burlándose en su vientre bajo —¿Cómo puedo complacerte, princesa? — dio masajes en círculos encima de su clítoris hinchado haciéndola llorar de placer; sin embargo, no era suficiente, esas caricias eran casi nulas como gratificadoras.

—Agh...hmm...— chilló, estaba tan cerca de alcanzar la cima, podía tocar el placer con la yema de sus dedos —Yo quiero que...— empezó a frotarla más rápido ocasionando que arqueara, un temblor sacudió sus caderas.

Solo era un poco más...

—¡¡¡Capitáááááán!!!— despertó de golpe jadeando violentamente, su pecho se alzaba y bajaba notablemente, un ligero sudor frio recorrió su frente hasta perderse en su mejilla —¡Gowther volvió a ponerse mi uniforme! — escuchó un reclamo chillón por parte de la gigante desde afuera de la taberna.

Observó a su alrededor notando los rayos del sol colarse entre las delgadas cortinas. ¿Solo fue un sueño? Su mano se posó en su pecho que latía frenéticamente tratando de recuperar el aliento, ¡había tenido un sueño muy vivido con el hombre rubio del que poco a poco se había enamorado! ¿Cómo debía tomarlo?, apenas aceptaba sus sentimientos por él y ya estaba teniendo sueños lujuriosos con él.

Se sonrojó fuertemente, desde un tiempo atrás, el capitán había sido el protagonista de sus sueños más hermosos e inalcanzables, pero de poco en poco, esa intensidad entre ambos incrementó acaloradamente, reflejando sus más profundos deseos. No lo entendía, nunca había sido morbosa o pensado en esa forma, se supone que él era el pervertido en esa extraña amistad que compartían.

Soltó un suspiro colgando sus piernas por la orilla de la cama, sintiendo la humedad proveniente de su ropa interior. Asustada removió las sábanas que la cubrían, soltando un aire de alivio al no ver evidencia de lo que fue su sueño.

—¡Hey, Elizabeth!— apareció Meliodas acompañado de Hawk, inmediatamente dejo la sabana en su lugar, apretó las piernas y se sonrojo furiosamente al verlo tan relajado y pacífico como todos los días.

—S-S-Señor Meliodas, Hawk; buenos días— disimuló su voz titubeante. Meliodas se le acercó con un semblante sospechoso, nunca la había visto tan nerviosa, sin embargo, lo dejó pasar indiferente.

—¿Dormiste bien?, parecías tener pesadillas— poso sus manos dentro de sus bolsillos, por otro lado, esta pregunta le puso la piel de gallina a la doncella.

—Pe-¿Pesadillas? — vaciló con un pequeño tic en su pierna, la humedad en sus bragas comenzaba a molestarla.

—Te removías mucho— se hundió de hombros a lo que la platinada calló un chillido. No se habría dado cuenta, o ¿sí?

—Ah ¡¡sí!!, solo fue una pesadilla— sonrió nerviosamente "Fue una pesadilla no alcanzar mi orgasmo. ¡¿Pero qué cosas pienso?!" gritó internamente.

El pequeño cerdo se acercó a observarla algo preocupado ante ese semblante tan forzado de su parte.

—Elizabeth, ¿segura estas bien?, pareces tener fiebre — el rubio posó su mano en la frente comprobando con afirmación su ligero aumento de temperatura y el color rojo en su rostro.

—Estoy bien, en serio— se hecho atrás al sentir el ligero roce del pecado.

—Si algo te preocupa sabes que te puedo hacer sentir mejor— en un parpadeo ya estaba detrás de ella, con sus piernas aferradas a su cintura y sus manos amasando los costados de sus pechos desvergonzadamente.

Elizabeth soltó un grito tratando de quitárselo de encima y no porque le molestara sus constantes "chequeos", más bien porque podía sentir sus pezones endurecerse con sus burlones movimientos.

—¡¡Suéltala!!, pervertido— el cerdo lo embistió de un golpe, lanzándolo al otro lado de la habitación soltando un respingo de irritación. Ese hombre no se detenía por nada.

—Auch— se quejó mientras era amarrado con un kilómetro de cuerda por el porcino.

—¡¡Huye por tu vida Elizabeth!!— alertó a la mujer quien solo negó levemente.

—Tranquilo Hawk — calmó manteniendo sus brazos cruzados sobre sus pechos —Iré a tomar un baño y en seguida bajo.

—No te preocupes, yo vigilare a este idiota — esta no tardó en encerrarse en el baño soltando un suspiro. Bajó la mirada a sus montes confirmando que le había gustado esos roces en su cuerpo.

—Ugh.. ¿por qué...?

.

.

.

Hay kami, perdoname por satisfacer a estas pequeños pecaminosos ...

Bueno... Creo que ya saben de que trata esto, como quiera les dejare unas cosas en claro:

*Este libro no tiene sentido :p. Así que no se preocupen por una trama profunda o una cronología.

*Mucho lemon y lime Melizabeth.

*Serán capítulos cortos, pero no se cuantos capítulos tendrá (no pasaran de 20)

Sin mas, gracias por leer y espero les guste esta nueva historia Melizabeth llena de comedia, romance, drama y algo de lujuria 7w7.

¿Cualquier duda?, estaré respondiendo.

Una Princesa No Tan Inocente || MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora