Horacio trataba de analizar en qué momento las cosas se habían puesto tan sumamente feas, todo esto para él era muy extraño. Él solo quería proteger a todos los que le rodeaban... a Gustabo... No quería que nadie sufriera, solo quería volver a reírse como antes, disfrutar, sin preocupaciones. Todo se había vuelto demasiado oscuro en apenas unas semanas.
En otras circunstancias probablemente estaría bromeando y cenando un kebab con Gustabo, sin embargo, se encontraba en el CNI, con una sensación de soledad y vacío por dentro. Intentó dormir en unos de los sillones que se encontraban en la recepción pero miles de preguntas y dudas le comían la cabeza. La mafia, Pogo, Gustabo...
Esta situación terminaría por acabar con él. Se encontraba tan inmerso en sus pensamientos que ni se dio cuenta de que alguien se había sentado en el sillón de al lado interrumpiéndole todos sus pensamientos.
-Eh... ¿Horacio? Te traigo esto.- Era Volkov. Tenía una botella que parecía ser de alcohol en una de sus manos, y en la otra un par de vasos. Horacio no dijo nada, tampoco le salió decir palabra alguna. -Estuve buscando Whisky por toda la sede debido a que usted mencionó antes que quería, pero no encontré nada. No obstante, hace unos días traje una botella de Vodka. No me importa compartirla con usted si lo desea.- Horacio sonrió perezosamente y asintió. En otras circunstancias se sentiría muy nervioso por tener al ruso al lado, pero esta vez tenía otras preocupaciones por su cabeza. Volkov dejó los vasos sobre la mesa que había al lado de éste, sirvió los vasos y acto seguido se lo ofreció al de cresta.
-Gracias Volkov.- Dijo mientras se llevaba el vaso a su boca para darle un sorbo.
-Verá Horacio, yo... Yo quería disculparme. Intenté hablarle estos días pero con esta situación ha sido algo complicado. No debí haberle llamado retrasado ni tratarle de aquella forma.
-Volkov, de verdad, no hacía falta. Ya está todo olvidado.- Horacio se acomodó mejor en la silla para poder seguir la conversación.
-Yo también pensé que estaba olvidado, pero el día que Conway nos dijo que le estuvieron torturando por días, que podrías haber muerto, Horacio... Yo... -pero este último le interrumpió.
-Pero estoy aquí, estoy vivo y acabaremos con los que hicieron aquello.- Se acordó nuevamente de Gustabo y volvió a venirse abajo. Volkov pareció notarlo. Horacio se bebió el Vodka de un trago y dejó el vaso sobre la mesa.
-Así como usted se preocupó por mi cuando murieron los agentes y trató de comprenderme... Yo le quería decir que le entiendo también. ¿Cómo se encuentra?-
-Perdido. Muy perdido.- Justo después de mencionar aquellas palabras, Volkov puso una de sus manos sobre su hombro en muestra de apoyo.
-Acabaremos con esa mafia, intentaremos que Gustabo vuelva. Saldremos de esta juntos. ¿Se acuerda? Todo saldrá bien Horacio.- Ambos se miraron y no pudieron evitar darse un abrazo, como si fuese una necesidad. Fue un abrazo sincero y cálido, un abrazo que no sólo necesitaba Horacio, sino también el ruso.
A partir de ese momento Horacio no volvió a sentirse solo dentro del CNI.
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Au's Volkacio
RomanceAquí os dejo pequeños Au's Volkacio que voy escribiendo. También lo podéis encontrar en mi Twitter @lunaxlin