2. Salido de cuentas

1.9K 143 25
                                    


- Venga primita, tienes que salir ya de ahí eh. - acarició la barriga de su tía con suavidad.

- Vamos Elia – habló Flavio entrando en la habitación ya listo para salir de casa. - ¿Qué haces? – susurró sonriente.

- Estoy hablando con Aura – tapó sus propios labios con el dedo índice para que se callara y señaló a Samantha que dormía plácidamente. – Le estoy diciendo que debería salir ya porque se va a perder la acampada musical.

Flavio se acercó a ella y se agachó a su lado.

- El problema es que la acampada empieza hoy, como nazca en estos próximos tres días nos lo perderemos.

- Es verdad – respondió asustada – bueno, primita, mejor espérate al sábado ¿vale?

Samantha salía al día siguiente de cuentas y aunque Flavio no quería ir al campamento por miedo a perderse el nacimiento, ella le insistió en que fuera, no sentía nada fuera de lo normal y tenía la certeza de que la pequeña tardaría algunos días más en salir.

Flavio agarró la mano de la niña y ambos salieron del cuarto para dejar a Samantha descansar.

- Vamos a llegar tarde al autobús. – la avisó.

- No pasa nada, eres el director, te esperarán.

- Anda, coge tu maleta, monito, te espero en el cuarto de baño para peinarte.

- ¡Vale! – Elia corrió hacia la habitación de invitados a por su mochila.

Se quedaba a dormir de vez en cuando en aquel cuarto, incluso lo había decorado a su gusto.

- Ya está – la niña llegó al cuarto de baño y saltó de emoción colocándose frente al espejo.

- ¿Una coleta o una trenza?

- Tú no sabes hacer una trenza, Tito Fla.

- ¿Cómo que no? Y me sale genial. – presumió.

- Pues una trenza – decidió – pero si no te sale bien me la quitaré, tú mismo.

- Tenemos una clienta exigente hoy. – respondió cambiando el tono de voz.

- Eres tontísimo. – dijo entre carcajadas.

Flavio acabó el peinado y puso la goma orgulloso del resultado. Le enseñó su hazaña a la niña que sonrió y levantó los pulgares en señal de aprobación.

- Genial, pues ya estaría todo, voy a despedirme de la jefa, ¿me esperas en la puerta? – Elia asintió y corrió hacia el recibidor.

Flavio caminó lentamente hacia la cama de matrimonio, Samantha seguía dormida. Llevaba días sin poder dormir, así que, al verla tan tranquila se le hizo imposible reprimir una sonrisa.

- Adiós – susurró dejando un beso en su frente. – Y adiós a ti también, abejita. – dejó otro beso en su barriga.

Había sido su tía la que había llamado desde un inicio a la bebé "abejita", "Débora" significaba "abeja" en hebreo y le hacía especial ilusión tener ese vínculo con su primera sobrina. En un principio, ella era la única que usaba ese apelativo cariñoso, pero al poco tiempo todos los demás empezaron a imitarla.

Se volvió a poner de pie para marcharse, los labios de Samantha se curvaron, estaba despierta.

- Hasta el viernes por la noche, portaos bien.

Aura {Secuela Polo Opuesto}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora